LA TRINIDAD CELESTIAL


LIBRO I

EL PADRE, JESÚS Y EL ESPÍRITU SANTO
(Nadie, además de Jesús, los ha dado a conocer)
1.      Jesús fue el que dio a conocer la trinidad celestial.  Cuando Jesús descendió, desde su trono Celestial hasta la Tierra, hace dos milenios, nos enseñó que El Padre, el Hijo y el espíritu santo, son tres personas diferentes.  También nos advirtió Jesús, en varias de sus enseñanzas, que aunque definitivamente el Padre es el mayor de ellos tres, sin lugar a dudas ellos tres, estando juntos, o estando separados, son el mismo ser, son el mismo Dios, a los ojos de los seres humanos.  Los tres son Dios y los tres son uno.  Tanto el Padre, como el Hijo y también el Espíritu Santo, son Dios, ya sea estando uno de ellos, o estando dos de ellos, o estando los tres, juntos o separados, son Dios
El Padre, el Hijo y el espíritu santo, nos fueron presentados así por Jesús, el Hijo unigénito de Dios Padre, porque solo así podemos conocer verdaderamente a Dios los seres humanos, según enseñó Jesús, que es quien sabe el por qué nos da a conocer a Dios, en esa forma especial, de ser ellos tres personas, y ser a la vez un Dios único.

2.      Nadie además de Jesús nos da a conocer a Dios. Muchos dicen que dan a conocer a Dios, pero entre los cristianos, nadie  además de Jesús, da a conocer a Dios verdaderamente, entre todos los seres humanos, porque nadie además de Jesús, es el Dios verdadero para todos los seres humanos.  En esto de dar a conocer a Dios, nadie es imprescindible además de Jesús, pues solamente Dios puede dar a conocer a Dios.  Pero los seres humanos, así sean muy grandes y poderosos profetas, como el gran anticristo Pablo, no pueden por sí mismos dar a conocer a Dios, si no es a través de Jesús.  Los seres humanos no pueden, por sí solos, por sí mismos, dar a conocer a Dios, si no son autorizados por Dios mismo, para hablar en su nombre, como sí fueron autorizados directamente por Jesús, para hablar en nombre de Dios, los doce apóstoles verdaderos de Jesús.  Nadie, además de ellos doce, ha recibido una autorización así.

3.      La trinidad se dio a conocer a través de doce.  El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, decidieron darse a conocer de toda la humanidad, a través de doce seres humanos.  Los doce apóstoles verdaderos de Jesús son doce seres humanos comunes y corrientes, que fueron tomados aparte por Jesús durante tres años.  Jesús los nombró con ese nombre de apóstoles, diferenciándolos de todos sus cientos de seguidores y discípulos.  A ellos doce les enseñó sobre el reino de los Cielos y sobre la suprema voluntad de Dios, pero a diferencia de los demás seguidores y discípulos les confirió la autoridad de hablar en nombre de Dios en la Tierra, solo a ellos doce y a nadie además de ellos doce, dados a conocer por sus nombres propios, un número cerrado y sagrado de personas insustituibles desde la eternidad.  Esos doce hombres representan el verdadero puente, el contacto verdadero y autorizado entre Dios y los hombres, representan ese contacto sin errores, esa revelación pura, ese contacto perfecto entre Dios y los hombres.

4.        El número sagrado de doce lo inició el Señor.  Lo inició con el número de los doce hijos de Jacob, que son las doce tribus del pueblo de Israel, y  lo inició con las doce piedras del pectoral del sumo sacerdote del Israel temporal, del Israel terrenal, que es un reflejo del verdadero Israel, del Israel espiritual, del Israel celestial.  Dios padre ya había dado fuertes indicios, sobre que sería un número cerrado de doce el de los apóstoles, doce los voceros humanos autorizados desde el Cielo, doce los de las palabras absolutas, incuestionables e inapelables, doce los seres humanos del contacto perfecto, sin errores, con Dios, los doce únicos verdaderos representantes de Dios
Si el doce es un número sagrado inalterable, un número eterno, un número descendido del Cielo, por lo tanto todo aquel que pretenda ser el trece, es anatema a los ojos de Dios.  Nadie puede ser el treceavo apóstol sin hacerse maldito.  Nadie, además de los doce apóstoles verdaderos de Jesús fue elegido para ser apóstol.  Nadie, además de los doce apóstoles verdaderos de Jesús ha recibido esta autorización de poder hablar en nombre de Dios palabras absolutas de Dios. Esta autorización única y exclusiva a los doce apóstoles verdaderos de Jesús fue emanada desde el trono del Padre y hablada por la boca de Jesús
Dios todo poderoso, descendió del trono celestial a la tierra y eligió a doce israelitas, a los que Él llamó apóstoles, para darse a conocer de toda la humanidad.  Ningún ser humano, diferente de Jesús, los nombró apóstoles a ellos doce, elegidos entre los cientos de discípulos, siervos y seguidores de Jesús.  Ellos a sí mismos no se denominaron apóstoles, fue Jesús en persona quien les dio el nombre de apóstoles, a ellos doce y a nadie además de ellos doce.  Ellos son, desde la eternidad los doce cimientos del muro que rodea a la nueva Jerusalén, la ciudad eterna, que desciende del Cielo de parte de Dios, donde mora para siempre la presencia de Dios, cuyo templo es el cordero mismo (Apocalipsis 21:14)

5.      Solamente las enseñanzas de los doce son incuestionables.  Entre todos los seres humanos, solo las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús son enseñanzas inapelables y son incuestionables.  El único y exclusivo caso en el cual, todas las palabras y todas las enseñanzas de unos seres humanos, absolutamente todas sus palabras, fueron autorizadas y avaladas previamente por Jesús, como provenientes del verdadero Espíritu Santo, desde antes de ser habladas y escritas esas palabras y esas enseñanzas, fue en los doce apóstoles verdaderos de Jesús; cuando les dijo Jesús a ellos doce, pero no a todos los creyentes, ni a todos sus discípulos y seguidores, ni a los sucesores de algunos de los doce, sino solamente a ellos doce y a nadie además de ellos doce, que todo lo que ellos doce ataran en la Tierra, sería atado en el Cielo, y todo lo que ellos doce desataran en la Tierra, sería desatado en el Cielo.  La autorización celestial dada a los doce apóstoles verdaderos de Jesús es total, absoluta, incuestionable y exclusiva
El Hijo unigénito de Dios dijo que las palabras de sus doce apóstoles verdaderos, a partir de la venida del Espíritu Santo sobre ellos, se convertirían en ley, en palabra firme, en bases y fundamentos del cristianismo mundial, que es el verdadero Jerusalén espiritual, pues ellos doce eran, nada más y nada menos, que los testigos oficiales de la aparición de Jesús, descendido desde el trono de Dios, sus doce únicos testigos oficiales aquí en la Tierra, autorizados directamente por el Padre, desde el trono de Dios y desde la eternidad (Hechos 1: 15-26).  Ellos doce son la iglesia verdadera, la primera iglesia, la iglesia de Jesús.  A partir de ellos doce se formó todo el verdadero cristianismo.  Cualquier cristiano es necesariamente testigo de Cristo, de su divinidad, de su resurrección, y de que volverá a juzgar a toda la humanidad, pero solamente hay doce apóstoles verdaderos de Jesús, ni uno solo de los cristianos y discípulos, nadie además de ellos doce, puede llamarse a sí mismo,  o hacerse llamar, apóstol de Jesús.

6.    Hasta en los más grandes profetas se hallan errores.  Los profetas de la antigüedad vieron muchas visiones verdaderas en su mayoría, y los seres humanos han tomado, por siglos, las palabras de esos profetas, como palabras que Dios habló.  Hoy en día se han multiplicado por millones los profetas, y también ven muchas visiones verdaderas.  Pero Jesús enseñó que la mayoría de los profetas de todos los tiempos, no trabajaron solamente para Dios, sino que además de sí trabajar a veces para Dios, también profetizaron muchas veces para el diablo, sin saberlo, engañados (Juan 8: 38-45) (Judas 1:9)
Por lo que el día del juicio, a muchos de los siervos de Dios, admirados por la humanidad durante miles de años, poderosos y visionarios, que pretenderán entrar al Cielo, Jesús les dirá que no los conoce, que son hacedores de maldad, muy a pesar de que ellos profetizaron en nombre de Jesús y en nombre de Jesús hicieron muchos milagros y fueron columnas y pilares de la historia del Pueblo de Dios (Juan 1:18).  Líderes, jueces, reyes, teólogos, maestros de la palabra de Dios, no pocos sino muchos, la gran mayoría, serán arrojados a las tinieblas exteriores, no debido a sus aciertos, sino debido a que con sus errores se extraviaron los seres humanos
El día del juicio de Jesús sobre toda la humanidad estará pleno de sorpresas, en cuanto a los muchos líderes y profetas, que todos creían que eran verdaderos siervos de Dios, pero muchos de ellos, no unos cuantos sino la gran mayoría, serán arrojados a las tinieblas exteriores, por infieles a la verdad, por traspasadores de la verdad de Jesús, por haber robado la gloria de Dios, por interponerse entre Dios y los hombres, por dejarse engañar del diablo en el antiguo testamento y por dejarse engañar de las falaces enseñanzas del hijo del diablo, el gran anticristo Pablo, luego de haberse ido Jesús
Cuando Jesús hablaba de unas profecías del antiguo testamento, profecías muy puntuales sobre el mesías, que se habían cumplido, no estaba diciendo que todo lo que esos profetas, grandes profetas del pueblo de Israel, habían profetizado, era verdad de Dios eterna, absoluta, incuestionable e inobjetable, ni estaba diciendo que por ello, esos profetas tenían la salvación asegurada, sino que Jesús decía que en esas profecías puntuales, verdaderas, entre muchas otras no acertadas, ellos sí fueron de verdad inspirados por el Espíritu Santo
La prueba más simple y directa de los errores de todos los profetas del pueblo de Israel, es que todo hijo de la verdad sabe, adentro de su alma, que aunque hayan dicho por siglos lo contrario, el Padre, Dios, jamás ha autorizado a hombre alguno a asesinar a otros seres humanos en nombre de Dios, ni siquiera Dios estaba de acuerdo cuando exterminaban a los enemigos del pueblo de Israel, pero los profetas todos, grandes y pequeños, engañados, les decían a los reyes y jueces de Israel, que era Dios el que los enviaba a masacrar a sus enemigos.  Muchos muy grandes profetas verdaderos, también han trabajado engañados para el diablo.

7.      Por ignorancia han sido idolatrados los profetas.  Aunque los profetas hablaron inspirados por el espíritu santo, muchas veces.  Cuando un profeta sí fue inspirado por el verdadero Espíritu Santo, cuando ese profeta sí recibió una profecía verdadera y cuando además ese profeta sí fue enviado a los seres humanos con un mensaje divino, eso para nada quiere decir que todas las palabras y enseñanzas de dicho profeta, sean palabras salidas del Espíritu Santo, eso para nada quiere decir que todas sus palabras sean palabras absolutas, inapelables e incuestionables, eso para nada quiere decir que ese profeta tenga la salvación asegurada, o que ese profeta no haya engañado a la humanidad.  Por esa ignorancia e idolatría de los seres humanos hacia los profetas, por ese culto idolátrico hacia las personas de los profetas, es por donde el diablo y su hijo, el gran anticristo Pablo, se han infiltrado, miles de veces, a desviar a miles de millones de seres humanos, por miles de años, desde los patriarcas del pueblo de Israel, hasta nuestros días
Por la ignorancia de los que a ciegas siguen a los profetas, millones de veces, espíritus mentirosos se han hecho pasar por el verdadero Espíritu Santo, y han entrado en profetas que de antemano sí habían profetizado verdades en nombre de Dios, para probar a los hombres, a ver si reconocen la verdadera voz de Dios, a ver si las ovejas del Pastor celestial reconocen la voz de su verdadero Pastor, en medio de muchas voces que suenan parecido (1ª de Reyes 22: 1-38).  Por lo que ha habido siempre grandes profetas con algunas de sus profecías erradas
Pero el hecho de que los grandes profetas se hayan equivocado en algunas de sus profecías, no quiere decir que las grandes profecías sobre el Mesías, que los profetas escribieron, sean falsas, sino que los grandes profetas también fueron engañados, y por ello, aunque sí hablaron verdades sublimes de parte de Dios, también se equivocaron en algunas otras de sus profecías.  En verdad los profetas recibieron el Espíritu de profecía de Dios, mas no todas las profecías que leemos en ellos vienen de Dios.  Pero quedaron allí escritas sus obras y sus profecías completas, para probar con ellas a todos los seres humanos, a ver si creen, los que oyen y los que leen esas historias, que supuestamente Dios les dijo a los profetas unas palabras que Dios jamás diría, como por ejemplo, que les quitaran la vida, en nombre del Dios de la vida, a otros seres humanos, tan hijos de Dios como ellos.
  
8.      Los engaños son los que no han sido descubiertos.  Todos los millones de engaños que en estos dos mil años ya fueron descubiertos, que ya se sabe que no son en verdad provenientes del Espíritu Santo, no son engaños ya, pues ya se sabe la verdad, ya se sabe que son errores y engaños.  Por lo tanto, si Jesús habló de engaños, no pocos, sino muchos, es porque no fueron descubiertos, es porque pasaron como venidos de Dios, pasaron los siglos aceptados por las muchedumbres y aceptados por los líderes superficiales, como si hubieran sido palabras del Padre, o de Jesús, o del Espíritu Santo, durante estos dos mil años.  Miles de millones de cristianos serán engañados en nombre de Jesús, es inevitable, pues fue decidido por Dios, que todo cristiano sea probado a ver si reconoce la voz, las palabras, las enseñanzas verdaderas de Dios
Los engaños vienen del diablo, en el antiguo testamento y de su hijo el gran anticristo Pablo en el nuevo testamento.  Los engaños son las enseñanzas falsas que aún no se ha descubierto que eran engaños, esos son los muchos engaños, no los pocos engaños, y engañaran a muchos, no engañaran a pocos.  Aquellas enseñanzas que a todas luces parecen verdaderas pero en realidad son falsas, son las falaces enseñanzas, esos son los engaños.  Muchos vendrán en nombre de Jesús, engañados por el diablo y por su hijo el gran anticristo Pablo, y creyendo trabajar para Jesús, trabajarán para el diablo, y a su vez esos muchos engañarán a muchos, muchos
La dura prueba a la que esos engaños someten a toda la humanidad, esa prueba que vino sobre toda la Tierra, extraviando a la humanidad, es una orden de Dios.  Esos muchos espíritus impostores, que fueron anunciados por Jesús y por algunos de sus doce apóstoles verdaderos, vinieron y se quedaron en la Tierra, engañando impunemente, durante miles de años, a miles de millones de almas, no por su propio poder, no como si a Dios no le importara, no como si Dios lo ignorara.  Jesús denunció la impostura de muchos espíritus, no porque fuera inevitable para Dios combatirlos, sino porque eran una prueba de parte de Dios.  Esos millones de espíritus impostores han logrado engañar a miles de millones de almas, no porque Dios, que es todopoderoso, fuera incapaz de controlarlos, sino que esos espíritus impostores fueron autorizados por Dios, para poner a prueba a todas las almas humanas, absolutamente a todas las almas humanas, con la excepción del alma de nadie.

9.      Jesús fue el que avaló las enseñanzas de los doce como sin error. Desde antes que hablaran ellos doce en nombre de Jesús, antes que algunos de ellos escribieran a toda la humanidad, Jesús avaló las enseñanzas de los doce apóstoles, elegidos por el Padre desde la eternidad, y llamados por Jesús para ser los testigos oficiales del único enviado verdadero de Dios, delante de todos los seres humanos.  Ese es el único y exclusivo caso, en que todas las palabras de unos seres humanos, fueron de antemano autorizadas por Jesús, como la mismísima voz del Espíritu Santo.  En el resto de seres humanos, todas las palabras de nadie son absolutas, inapelables e incuestionables.  En este poderoso grupo, de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, es donde el gran anticristo Pablo sabía que tenía que tratar de infiltrarse, con prodigios y engaños, pues por fuera de ese grupo de los doce, no tendría ni la más mínima autoridad para seducir y tentar, a todos los cristianos, a ver a quienes le era posible extraviar, con sus falaces enseñanzas, y con los prodigios que le fue dado hacer delante de la bestia.  Pero Jesús no avaló todas las palabras que sus doce apóstoles verdaderos hablaron durante su vida pasada.  Jesús avaló las palabras que los doce apóstoles hablaron y enseñaron, luego de haber sido autorizados por Jesús y confirmados con la venida del Espíritu Santo sobre ellos.  Cuando los doce apóstoles verdaderos estaban en la Tierra con Jesús, incluso hasta el día mismo de la subida de Jesús al Cielo, Él los estaba corrigiendo de sus errores, una y otra vez, estaba enseñándoles, pues el Espíritu Santo aún moraba todo en Jesús y las palabras de ellos doce no eran aún absolutas, se necesitaba que además de ser del número sagrado y cerrado de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, también haber recibido el verdadero Espíritu Santo.

10.     Doce bases eternas del muro de la nueva Jerusalén.  Alrededor de la nueva Jerusalén de Jesús, que desciende del Cielo y es eterna, hay un gran muro, construido con piedras preciosas, rodeándola, protegiéndola, guardándola, y en cada uno de los únicos doce fundamentos eternos del muro de la nueva Jerusalén, el Padre, desde la eternidad, grabó el nombre de, uno por uno, los doce apóstoles verdaderos de Jesús.  Por eso mismo, en el pectoral espiritual del sumo sacerdote, Jesús, el pectoral celestial, del cual fue tomada la muestra para hacer el pectoral del sumo sacerdote del Israel terrenal, están los nombres de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero no se lee el nombre del gran anticristo Pablo, ni en ese muro de la nueva Jerusalén y mucho menos en ese pectoral sagrado.  Son doce cimientos de ese muro, ni uno más, ni uno menos.  En los cimientos del muro que rodea a la nueva Jersalén, en esos cimientos eternos no tiene un lugar el gran anticristo Pablo.  No son trece cimientos, no puede haber un treceavo cimiento, un treceavo fundamento, una treceava base.  El gran anticristo Pablo es un falso apóstol, el gran anticristo Pablo es el más falso profeta de todos los falsos profetas, es el más impostor de todos los impostores, es el seductor de las naciones, es el usurpador del puesto de los apóstoles de Cristo en el cristianismo.

11.   Los doce son las piedras del pectoral celestial de Jesús.  El pectoral del sumo sacerdote del Israel del antiguo testamento, aunque es perecedero y terrenal, no fue creado al azar, sino que fue tomado de un modelo eterno ya existente en el Cielo, en el Israel espiritual.  A Moisés le fue mostrado un pectoral ya hecho, en el cielo, un pectoral eterno, un pectoral con doce piedras preciosas, no cualquier piedra, ni le dijeron solo que usara piedras preciosas, sin darle detalles de esas piedras, ni todas la piedras eran iguales, sino que todas eran piedras preciosas diferentes y llamadas por sus nombres propios, tal cual son los doce apóstoles verdaderos de Jesús.  El pectoral del sumo sacerdote Jesús, es el muro de la nueva Jerusalén, porque la ciudad es el cordero, por eso el sumo sacerdote terrenal, debía llevar un pectoral alrededor de su pecho, donde reside su espíritu, como lleva por toda la eternidad su pectoral de los doce apóstoles, el verdadero sumo sacerdote celestial, Jesús de Nazaret, el hijo unigénito de Dios 
El muro de la nueva Jerusalén, no es la Ciudad misma, porque la ciudad es el cordero, según dice la escritura verdaderamente sagrada, pero el muro hace la parte exterior de esa Ciudad de Dios eterna.  Igual que el pectoral del sumo sacerdote Jesús, no es el sumo sacerdote, sino que el pectoral de doce piedras preciosas, está a su alrededor.  No son doce piedras preciosas en bruto, sin tallar y sin pulir, sino que son doce piedras talladas, enseñadas por Jesús durante tres años e inspirados de por vida por el verdadero Espíritu Santo.  Los doce apóstoles verdaderos de Jesús no son Jesús, pero son los doce que fueron elegidos desde la eternidad para que lo rodearan a Él.  No hay trece piedras en el pectoral, ni hay trece cimientos en el muro de la nueva Jerusalén, ni el  gran anticristo Pablo es del número de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, ni fue enseñado por Jesús ni fue inspirado por el verdadero Espíritu Santo en todas sus enseñanzas.

12.     Los doce apóstoles verdaderos de Jesús son: Pedro, Santiago, Juan, Andrés, Mateo, Tomás, Felipe, Bartolomé, Simón el cananita, Santiago el hijo de Alfeo, Judas no el Iscariote y Matías.  Nadie, además de ellos doce, puede llamarse apóstol verdadero de Jesús.  Tan es esto así de verdadero, que Matías fue tomado del grupo grande de más de cien discípulos que eran muy asiduos, eran muy cercanos a Jesús, eran discípulos directos de Jesús y eran testigos del ministerio, y de la resurrección de Jesús, como lo eran los doce, como era María, la madre de Jesús, como lo era María magdalena, como lo eran los familiares de Jesús.  Pero nadie de ese grupo privilegiado, abusó del nombre de apóstol, ninguno de esos testigos de primer orden, osó llamarse a sí mismo apóstol.  Entre esos doce nombres, de las doce piedras preciosas del pectoral de Jesús, sumo sacerdote, que son los mismos nombres de los doce fundamentos eternos del muro de la nueva Jerusalén, no están ni el nombre de Judas Iscariote, ni el nombre de Pablo, el gran anticristo camuflado, el falso profeta, el seductor de las naciones, el impostor, el usurpador, el supuesto apóstol Pablo, el más grande y famoso de todos los anticristos, cuyo engaño, astuto y sutil, ha durado dos mil años, sin ser descubierto por las naciones.  Es el más falaz de todos los falaces que han habitado el planeta Tierra.  El gran anticristo Pablo, jamás será apóstol verdadero de Jesús.

13.     Pero Jesús es hallado solamente en cuatro evangelios.  En ninguna otra parte de toda la Tierra es hallado el verdadero Jesús, el enviado del Cielo.  Esos cuatro evangelios, aparentemente fueron escritos aquí en la Tierra, por Mateo, Marcos, Lucas y Juan.  Las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, de los cuales no hace parte el gran anticristo Pablo, están alrededor del Jesús de los cuatro evangelios y te llevan directo a Jesús.  Así es como todo cristiano verdadero ve las sagradas escrituras, los cuatro evangelios, en medio de los cuales está el cordero, y alrededor de ellos los escritos de los doce apóstoles verdaderos de Jesús.  Pero el gran anticristo Pablo, a pesar de sus sutiles y poderosos engaños, con sus vastas epístolas y enseñanzas falaces sembradas en medio de cientos de enseñanzas sublimes y verdaderas, no te lleva, ni te llevará, ni puede llevar a ser humano alguno, directo a Jesús.  Mucho menos, el gran anticristo Pablo escribió evangelio alguno sobre Jesús, como en sus epístolas mentirosas dice de su supuesto Evangelio, al cual ni siquiera llama evangelio de Jesús, porque en realidad es un falso evangelio que da testimonio del gran anticristo Pablo y ensalza al gran anticristo Pablo y alaba al gran anticristo Pablo, y por eso lo llama “mi evangelio”.  Jesús no es hallado en las extensas epístolas y enseñanzas del gran anticristo Pablo, sino que por el contrario los cristianos se extravían de Jesús, en algunos puntos de difícil inteligencia de esas falaces enseñanzas, puesto que esas trampas están rodeadas de muchas verdades sublimes.

14.     Solo a través de Jesús se puede dar a conocer a Dios.  Aparte de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, revestidos por Jesús con tan inmensa autoridad, que nadie además de ellos doce tiene, entre todos los seres humanos, de ser los voceros oficiales y autorizados de Dios aquí en la Tierra, también puede dar a conocer a Dios, cualquiera otro ser humano, ya sea grande o pequeño, ignorante en el mundo o erudito, pero solamente lo puede dar a conocer, siempre y cuando lo dé a conocer unido fiel mente a las enseñanzas eternas de Jesús, que están en los cuatro evangelios, pues Jesús y nadie además de Jesús es el sendero a Dios.  Toda la presentación verdadera de Dios a los seres humanos, proviene de Jesús y de nadie además de Jesús.  Pues Jesús, es el único nombre sobre la Tierra y bajo el Cielo, dado a los seres humanos, en que podemos ser salvos
Nadie es tan importante sobre la Tierra, como para que pueda decir que era necesario añadir una enseñanza suya a las enseñanzas de Jesús, lo cual han hecho por siglos los seguidores del gran anticristo Pablo, con las falaces enseñanzas que se leen en sus epístolas.  Pero es que ignoran que Jesús con nadie comparte su gloria.  Nadie puede decir que a Jesús le sobró una enseñanza, o que le hizo falta una enseñanza a Jesús, sin la cual un ser humano no pueda llegar a la verdad total, llegar al Padre, llegar al Cielo, llegar a la nueva Jerusalén.  Por lo anterior, se deduce que la verdad total no era añadirle a las enseñanzas de Jesús, las enseñanzas que supuestamente le habrían faltado, que supuestamente serían enseñanzas importantes e imprescindibles para la salvación de las almas, pues a Jesús no le faltó ni una sola enseñanza.  Sino que la verdad total es reconocer que las naciones le añadieron enseñanzas de hombres a las enseñanzas de Jesús, traspasaron a Jesús, con lo cual impidieron que el Espíritu Santo guiara a los cristianos a la verdad total, la que se desprende de las enseñanzas de Jesús y de las enseñanzas de nadie además de Jesús.

15.     Si un ser humano lee solamente los cuatro evangelios.  Si una persona, lee solamente los cuatro evangelios, y no lee más libros, ni lee más epístolas en toda su vida, ese ser humano sí conoce a Dios directamente.  Y ese conocer a Dios, poniendo por obra esas enseñanzas, como si fuera un sendero a recorrer, le es suficiente a ese ser humano para  llegar a la salvación dada por Jesús, aunque no lea las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, ni lea a uno tan solo de los miles de teólogos con alto grado de fidelidad y bajo grado de infidelidad, pues Jesús es el único sendero, Jesús es suficiente salvador, por lo que las enseñanzas de nadie le hacen falta a las enseñanzas celestiales y sagradas de Jesús.  Si un ser humano, lee solamente los cuatro evangelios, y no lee más libros,  ni lee más epístolas en toda su vida, el Espíritu de Jesús, que vive en esos cuatro evangelios, lo lleva directamente hacia la verdad total, no necesita de enseñanzas de seres humanos, ni de maestros humanos
Las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús no nos llevan a conocer al Padre, sino que esas enseñanzas rodean a las enseñanzas de Jesús, así como los doce apóstoles verdaderos de Jesús rodean a Jesús, son su pectoral de doce piedras preciosas y así como el muro de la nueva Jerusalén, sin ser la nueva Jerusalén, rodea a la ciudad celestial, la eterna, siendo eterno también su muro.  Las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, en verdad son absolutas, son inapelables y son incuestionables, pero también hay que reconocer que si un ser humano no lee esas enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero sí lee los cuatro evangelios de Jesús, según Mateo, Marcos, Lucas y Juan, ese ser humano ya está en el camino, ya conoce a Dios.  Por eso sucedió, que cuando algunos de los discípulos de Jesús, le dijeron que habían visto a unos que estaban arrojando demonios en el nombre de Jesús, pero que como no eran de su grupo, se los habían impedido, entonces Jesús les ordenó que no se los impidieran, porque ninguno que obre un milagro en nombre de Jesús, hablará luego mal de Jesús
Si un ser humano lee muchos libros, de muchos teólogos con alto grado de fidelidad, si ese ser humano lee profecías verdaderas, lee también escritos de siervos de Dios y lee las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero desafortunadamente ese ser humano no pudo leer, o no consiguió que le leyeran, los cuatro evangelios, donde están por toda la eternidad las enseñanzas de Jesús, ese hombre aún no ha llegado a donde Jesús, no ha llegado a la verdadera presencia de Dios, ni ha podido adorarlo.  Pues ese hombre aún no conoce a Dios directamente, no conoce el sendero, ese ser humano ha oído hablar del sendero, pero no está en el sendero.

16.     El cristianismo es un sendero de luz.  El cristianismo no es un proceso.  El cristianismo son las enseñanzas de Jesús, el sendero son las enseñanzas del Cristo, que es Jesús.  Nadie además de Jesús es el Cristo, nadie además de Jesús es el verdadero sendero.  En esas enseñanzas de Jesús están las señales y las instrucciones para nacer de nuevo, para ser hijos de Dios, para tener la vida eterna.  Todo paso que uno dé conforme a esas enseñanzas de Jesús, toda decisión que un ser humano tome conforme a esas enseñanzas de Jesús, que están en los cuatro evangelios, da ese paso en Jesús mismo, lo da en el verdadero y único sendero luminoso de Dios.  Si un ser humano se sale del sendero, nada tiene.  El ser humano tiene luz mientras está en el sendero, si se sale del sendero está a oscuras, pero en cuanto pueda volver al sendero vuelve a estar iluminado
Si el cristianismo fuera un proceso, el ser humano sería poseedor de la luz del cristianismo, no la perdería.  Si el cristianismo fuera un proceso, aunque un cristiano se saliera del sendero, tendría la luz propia acumulada en el proceso, pero como es un sendero, todo aquel que se salga un instante del sendero de luz, anda en las tinieblas.  Sin el sendero no tiene luz.  Nadie además de Jesús es el camino.  Si no es por intermedio de la fe en Jesús y en nadie además de Él y en sus enseñanzas, no viene el verdadero Espíritu Santo a morar en los seres humanos y a guiarnos hacia la verdad total.  Nadie además de Jesús nos envía el Espíritu Santo, y nadie además del Espíritu Santo nos guía hacia la verdad total.  Jesús mismo fue el que dijo que sería contado entre malhechores y que todos, absolutamente todos, los que vinieron antes de Él, como enviados de Dios Padre, eran ladrones y eran salteadores y por eso, aunque millones de seres humanos, engañados y confundidos por sutiles ardides, los oyeron y siguieron sus caminos, para su desventura, las ovejas verdaderas de Jesús, no se dejaron confundir y no los oyeron, porque las ovejas verdaderas de Jesús oyen a nadie, a ningún ser humano, además de Jesús, en este sendero al Padre.

17.     Es necesario añadir las enseñanzas de nadie a las de Jesús.  Es indispensable entonces tener bien en cuenta a ningún ser humano, para seguirlo hacia el Padre, ir en pos de nadie, además de Jesús, dejarse deslumbrar por nadie además de Jesús, porque es indispensable saber que entre los humanos, nadie además de Jesús, es más grande e importante que los demás, es indispensable saber que nadie además de Jesús es Dios, nadie además de Jesús es Cristo, nadie además de Jesús es Mesías.  Es indispensable saber que nadie además de Jesús es el enviado de Dios Padre
Es absolutamente necesario en el cristianismo, tener siempre presente que nadie es imprescindible, además de Jesús, para conocer verdaderamente a Dios, tanto al Padre, como al Hijo y al Espíritu Santo, porque solamente haciendo así, los falsos profetas, entre ellos el supremo impostor, el gran anticristo Pablo, no pueden interponerse entre Dios y los seguidores de Jesús.  El ser humano que invoque al Padre celestial, sin invocar a Jesús, por más profeta y por más milagroso que sea, ese no es de Jesús, sino que es del anticristo.  Nadie es así de importante en el cristianismo.  Jesús es el único sendero al Padre
El gran anticristo Pablo, en sus epístolas, enseñó a los cristianos a tratar de llegar al Padre, teniendo en cuenta a Jesús en unos de sus textos, pero también enseñó a invocar al Padre, sin tener en cuenta, otras veces, a Jesús, en otros de los extensos textos falaces de sus epístolas.  Ese es uno de los más sutiles engaños del gran anticristo Pablo.  Por ese detalle sabemos, que con sutileza trata de desviar a las ovejas del único pastor, desviarlos del único camino al Padre.  El gran anticristo Pablo incita a las ovejas para que  crean que por darle la gloria a Jesús a veces, en sus epístolas, no le roba la gloria a Jesús, en otras enseñanzas de sus epístolas.

18.     El cuidado de no aceptar usurpadores.  Si a toda hora, en todo momento, todo el tiempo, no le añades las enseñanzas de ningún ser humano, las enseñanzas de nadie, a las enseñanzas de Jesús, allá en el lugar sagrado, en el templo y en el altar de tu alma, entonces los falsos profetas, por millones, como una plaga de langostas, dirigidos e instruidos por las seductoras y falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, no te dejarán llegar al conocimiento de Dios, te engañarán, te desviarán, estarás errando y creerás estar ante la presencia de Dios.  Porque añadirle las palabras y enseñanzas de ningún ser humano, las enseñanzas de nadie, a las palabras y enseñanzas de Jesús, es totalmente imprescindible para poder llegar a la verdad total, que es lo mismo que entrar de lleno a la plaza de la gran ciudad, a la plaza de la nueva Jerusalén
Los verdaderos profetas no se interponen entre Dios y los hombres.  En esto también diferenciamos a los profetas verdaderos, de los falsos profetas, en que los falsos profetas y los falsos apóstoles, pretenden usurpar, con sus enseñanzas, las enseñanzas sagradas de Jesús, y están ahí, interponiéndose entre Jesús y los cristianos, como lo está el gran anticristo Pablo.  Aparentemente los astutos falsos profetas no enseñaron a los cristianos a dejar de lado a Jesús, pero dos mil años después ahí están interponiéndose y usurpando, ensuciando y pisoteando el lugar santo.  Sus frutos los desenmascaran
Pueden decir que cuando Jesús llamó a sus doce apóstoles verdaderos, el gran anticristo Pablo era muy joven, según parece por las escrituras, pero eso no era problema para el Padre, haber puesto al gran anticristo Pablo de una edad semejante a la edad de los demás apóstoles verdaderos de Jesús.  Si el Padre de verdad hubiera deseado, por un solo instante, que el gran anticristo Pablo fuera un apóstol verdadero de Jesús, el gran anticristo Pablo hubiera sido del número de los doce, pues el Padre todo lo puede.   El gran anticristo Pablo ni siquiera fue llamado por Jesús, para pertenecer al numeroso grupo de sus cientos de discípulos y seguidores, además de los doce apóstoles, entre los cuales hasta había jóvenes, como Marcos, que huyó, dejando su ropa en las manos de los soldados que apresaron a Jesús, en el huerto de los olivos, un día antes de que fuera asesinado Jesús, a manos de los fariseos y de los romanos
En el tiempo que Jesús estaba sobre la tierra, el gran anticristo Pablo, ciudadano romano e israelí, estaba también en Israel, pero no oyendo a Jesús, sino por el contrario, haciéndose un fariseo recalcitrante, era un joven aprendiz de un maestro mediocre del pueblo de Israel, llamado Gamaliel, que era un maestro fariseo, sobrevalorado en las epístolas del gran anticristo Pablo, para poder engañar a los gentiles.  Pero ese supuesto gran maestro del pueblo de Dios, ni siquiera reconoció quien era Jesús, como si lo reconocieron Nicodemo y José de Arimatea, por lo que en el cristianismo, ese tal maestro Gamaliel, en verdad nada vale
Cuando Pedro y los otros diez apóstoles verdaderos, se reunieron para pedirle al Espíritu Santo, que los guiara a señalar al elegido como verdadero apóstol, según la voluntad de Dios, luego de suicidarse el falso apóstol Judas, para que el número sagrado y cerrado de doce apóstoles verdaderos permaneciera cerrado e inalterable, era absolutamente necesario para ellos, según su gran sabiduría, según su autoridad, emanada del verdadero Espíritu Santo, que el elegido hubiera estado con Jesús durante todo el tiempo de su ministerio divino con sus doce apóstoles, y que también pudiera ser testigo directo de la resurrección de Jesús, y que además hubiera recibido el verdadero Espíritu Santo el día de pentecostés, siendo esos doce apóstoles, los únicos testigos de Jesús autorizados por el trono de Dios desde la eternidad.  Esas eran unas condiciones sin las cuales nadie podía ser del número sagrado y cerrado de los doce apóstoles verdaderos de Jesús
El gran anticristo Pablo pretendió para sí ser el treceavo apóstol, porque necesitaba para su misión probadora de seres humanos, ese puesto de autoridad total y de privilegio,  que a nadie le fue concedido tener, de ser el treceavo apóstol, por lo que con prodigios, argumentos, falacias y engaños, lo usurpó.

19.     El que siga a los doce a donde Jesús llega.   El que siga a los doce, llega a Jesús sin ser desviado; y el que siga a Jesús, al Padre llega sin ser desviado.  Pero el gran anticristo Pablo, diciendo que lleva a los seres humanos a donde Jesús, en verdad también los lleva a adorar al gran anticristo Pablo.  Por ese trabajo tan sutil, de elaborado engaño del gran anticristo Pablo, hoy en día, en toda la Tierra, donde se adora a Jesús, entre todos los católicos, entre todos los ortodoxos y entre todos los de la reforma protestante, también se dice que todas las palabras del gran anticristo Pablo son palabras que Dios habló.  Por sus frutos los conoceréis, y las epístolas del gran anticristo Pablo, han logrado pasar dos mil años como si fueran verdaderas palabras de Dios, pero justamente ese es su problema, que a la vez se ve claramente que ha quedado interpuesto entre Dios y los hombres, ha quedado al lado de Jesús, es seguido, sus palabras son tomadas como si fueran las mismísimas palabras de Dios.  El que estudie las escrituras hoy sin el velo de las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, ve que los humanos van es hacia el gran anticristo Pablo, que no son guiados hacia Jesús, ni llegan al Padre.

20.    El Padre, Jesús y sus doce, todos son uno.  Realmente son uno por la negación de Jesús y por la negación de sus doce apóstoles verdaderos, por su sumisión total a la voluntad del Padre, porque ese Espíritu Santo los une en verdad.  Jesús rogó al Padre, por todos aquellos que crean en Jesús, por las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero Jesús no rogó por los que crean en las enseñanzas de ninguno otro ser humano.  Jesús se negó a sí mismo, y los doce apóstoles se negaron a sí mismos, se hicieron nadie, se hicieron uno con Jesús y con el Padre por la negación de sus voluntades.  Todo aquel que se niegue a sí mismo que deponga su voluntad, para hacer la voluntad del Padre expresada en las enseñanzas de Jesús y en las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, ese, como ya no es alguien, como es nadie, llega a ser uno con Jesús, algo que obviamente el gran anticristo Pablo no pudo ser porque no se podía negar a sí mismo, se tenía que afirmar para poder atraer a los cristianos hacia su persona
Cuando los habitantes de la ciudad de Listra trajeron bueyes para sacrificarlos delante del gran anticristo Pablo, porque vieron uno de sus milagros, él se opuso rotundamente, diciendo que él era un simple ser humano; pero en sus epístolas, el gran anticristo Pablo incita muchas veces a sus lectores a que lo idolatren, a que sean imitadores de él, como si imitaran a Cristo.  El gran anticristo Pablo no les decía que fueran imitadores de Cristo.  El gran anticristo Pablo le escribe a uno de sus discípulos que no tenga temor de dar testimonio de Jesús y de él, del gran anticristo Pablo, que era su maestro, porque el gran anticristo Pablo pretendía ser un puente entre Cristo y los cristianos
El gran anticristo Pablo hace lo uno y hace lo otro con sutileza, da gloria a Jesús y a la vez quita, en otras enseñanzas, la gloria a Jesús, por lo que terminó engañando a las naciones por dos mil largos años.  Si el gran anticristo Pablo se negaba a sí mismo desparecía como gran maestro, no podría ejercer su ministerio extraviador de los seres humanos, tenía que llamar mucho la atención de los humanos hacia su persona para poder distraer a los cristianos, que tenían la atención puesta en Jesús.

21.     Nadie, además de Jesús, merece ser adorado.  Las palabras de nadie, además de las de Jesús, merecen ser tenidas como palabras de Dios, porque entre todos los humanos, nadie además de Jesús es Dios.  El que siga al gran anticristo Pablo no sigue a Jesús, ni sigue al Padre, ni conoce a Dios.  Esa de Jesús es la enseñanza que en verdad desciende de lo alto, esa es la enseñanza que da el verdadero Espíritu Santo, esa es la enseñanza de la verdad total.  Todo aquel que sea de la verdad, todo aquel que conozca verdaderamente a Dios, es decir, todo aquel que conozca a Jesús, tal cual Dios es, se aleja de las enseñanzas del gran anticristo Pablo en silencio, sin arrancar su cizaña, aunque millones de seres humanos estén confundidos con sus milagros y estén engañados y seducidos por sus enseñanzas falaces, encubiertas entre sus muchas enseñanzas verdaderas.

22.    Nadie además de Jesús da el Espíritu Santo.  El ser humano que reciba el verdadero Espíritu Santo, fue porque se lo regaló Jesús, nadie más.  El gran anticristo Pablo no trae el verdadero Espíritu Santo, sino que trae un espíritu del gran anticristo Pablo disfrazado de Espíritu Santo, con mucha astucia, y también disfrazado de espíritu obrador de prodigios, un espíritu que tumba, que derriba a los seres humanos, como fue derribado el gran anticristo Pablo, un espíritu que les quita la fuerza a los seres humanos y les hace perder la conciencia y la luz de los ojos, como encegueció al gran anticristo Pablo, un falso espíritu solo aparentemente santo, enviado por el tentador para probarnos.  Dios es Jesús, y Jesús nos enseñó que Dios es uno.  Pero como Jesús también nos enseñó que son tres Dioses en Él, entonces los tres Dioses unimos en Jesús, por sus enseñanzas y por las de nadie además de las de Él, dejando de lado las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, porque Dios es uno




EL PADRE ES EL MAYOR DE LOS TRES,
AUNQUE LOS TRES SON UNO.
 Jesús fue el que enseñó así sobre la trinidad.


23.  Jesús enseñó que lo envió el Padre, que es mayor que él.  Jesús enseñó que Él, como ser humano, es la única parte del Padre, que nosotros los seres humanos, podemos conocer.  Cuando Jesús, que es Dios hecho hombre, descendió de su trono en el Cielo, y habló con los hombres aquí en la Tierra, enseñó que Dios Padre es tan grande, Dios Padre es tan incomprensible para nuestras mentes, almas y espíritus, que nadie, ningún ser humano, puede verlo o conocerlo o hablar con Él.  Por lo que Dios Padre se redujo a sí mismo a la condición de Hijo de Dios, para darnos a conocer de sí mismo, todo aquello de Dios Padre, que para nosotros sí sea posible y sea necesario conocer
Enseñó Jesús que el Padre, que fue aquel que le dio las ovejas, es mayor que todos, pero enseñó que el Padre y Jesús son uno (Juan 10: 29-30), por la negación de Jesús ante la voluntad del Padre.  Jesús no vino a hacer su voluntad, cuando descendió de su trono en el Cielo, sino que en todo momento Jesús hacía la voluntad del Padre, que lo envió. 
Al reconocer Jesús que el Padre lo envió, reconoce que es mayor el Padre, y al reconocer la absoluta sumisión de su voluntad hacia la voluntad del Padre, Jesús reconoce la plena autoridad del Padre sobre Jesús.  En esa absoluta sumisión de la voluntad de Jesús a la voluntad del padre, está la esencia de que ellos, siendo tres, sean uno.  Jesús es uno con el Padre por la absoluta negación y la absoluta sumisión de su voluntad a la voluntad del Padre.

24.    “Todas las cosas me son entregadas de mi Padre”.  Así enseñó Jesús, añadiendo que nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar» (Mateo 11:27).  Cuando habla en estos términos Jesús, está reconociendo que el Padre es mayor, mucho mayor, puesto que el Padre le entregó todas las cosas a Jesús, pero aun siendo el Padre mayor, el hijo es uno con el Padre por la sujeción total del hijo a la voluntad del Padre.

25.    Jesús no aceptó ser llamado bueno (Marcos 10: 17-18) (Lucas 18: 18-19).  Jesús le dijo al joven que lo llamó Maestro bueno, que no le llamara bueno, que Él no era bueno, que solamente el Padre es bueno.  Con esto Jesús también estaba aceptando ser menor que el Padre.  Todos nos preguntamos por qué razón Jesús no es bueno.  Al ser tentado por el diablo, al tener que tomar de los frutos del bien y del mal, Jesús estaba enseñándonos que solamente el Padre estaba por encima del bien y del mal, Jesús había tenido que pasar las pruebas del mal y salir vencedor.  El padre no está sujeto a esos juicios.  Es mayor el Padre según lo enseñó Jesús.

26.    Jesús enseñó que solo el Padre conoce el día final.  También nos enseñó Jesús, que el día del juicio final nadie lo conoce además del Padre, ni los ángeles del Cielo conocen ese día, ni siquiera el mismísimo Hijo unigénito de Dios conoce ese día, (Mateo 24:36) reconociendo que aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Dios mismo todos tres, el Padre, sin duda, es mayor y que esa condición no impide que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sean el mismo Dios, sean uno solo, puesto que el Hijo y el Espíritu Santo le están sujetos en todo al Padre.  Las enseñanzas de Jesús, como estas enseñanzas, son inobjetables, son inapelables y son incuestionables para todos sus verdaderos seguidores, entre los cuales no han sido hallados, ni serán hallados jamás, los miles de millones de extraviados seguidores de las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo.

27.    Sentarse a la diestra de Jesús, no es decisión de Jesús.  Jesús fue el que enseñó, que estar a la diestra de Jesús en su Reino, es decisión del Padre, no de Jesús (Mt 20: 20-23).  Cuando la madre de los hijos de Zebedeo, vino a Jesús para pedirle que le concediera que sus dos hijos, ya que Jesús los apreciaba tanto, se sentaran, el uno a la derecha y el otro a la izquierda de Jesús, en su Reino, Jesús le dice a la madre de Santiago y de Juan, que esa decisión Él no la puede tomar, porque el conceder esto, está reservado para El Padre, y que el Padre ya ha tomado esa decisión desde la eternidad, con lo cual también sabemos que el Padre es mayor que el hijo y mayor que el Espíritu Santo.

28.    En el huerto de los olivos, Jesús le suplicaba al Padre (Mateo 26: 39 y 42) (Marcos 14:36) (Lucas 22:42).  Le suplicaba que si era posible apartara de Él esa copa de tormento que veía venir, pero que no se hiciera su voluntad sino la voluntad del Padre.  Definitivamente para Jesús, el Padre era muy, pero muy superior, y por voluntad propia le estaba sujeto en todo, para ser siempre uno con el Padre.  Por esa sujeción absoluta, es que se sabe que Jesús era uno con el Padre.
  
29.    El día de su muerte, Jesús reconoce que el Padre es mayor  (Marcos 15:34) (Mateo 27:46).  Cuando Jesús, en la cruz, antes de expirar, le preguntaba al Padre que por qué lo había abandonado, pero con total confianza Jesús se entregaba en las manos de su Padre, para ir a la muerte, diciendo al Padre que en las manos del Padre entregaba su Espíritu, poniéndose a disposición incondicional del Padre, Jesús estaba reconociendo que el Padre es mucho mayor que el hijo y que el hijo y el padre uno solo son, por esa total sumisión de la voluntad de Jesús a la voluntad del Padre.

30.    Aunque es menor que el Padre, Jesús sí es Dios.  Jesús es Dios mismo hecho hombre, reducido por su propia voluntad, a la condición de hombre, pues Jesús le confirmó esto a Felipe, cuando Felipe le dijo que le mostrara al Padre, y Jesús le respondió que solo aquel ser humano que ha visto a Jesús ha visto al Padre.  Nadie más ha visto al Padre, solo aquel que ha visto a Jesús ha visto a Dios Padre, porque al Padre nadie lo ha visto, y Jesús y el Padre, aunque sea mayor el Padre, uno solo son, por la sumisión absoluta de Jesús a la voluntad del Padre.  Solamente en la persona de Jesús y en la persona de nadie además de Jesús, a través del Espíritu de Jesús y a través del espíritu de nadie además del Espíritu de Jesús, se ha dado, se da y se dará a conocer el Padre omnipotente, omnipresente y omnisciente, a los seres humanos.  (Juan 14: 6-11) 

31.     Jesús da a conocer al Padre por medio del Espíritu Santo.  El hijo unigénito, Jesús, que está en el seno del Padre, es quien verdaderamente ha dado a conocer a Dios Padre, y lo da a conocer al Padre por medio del Espíritu Santo (Juan 3: 13) (Juan 14: 6-11).  Nadie además de Jesús, entre los seres humanos,  ha dado a conocer verdaderamente al Padre, porque nadie además de Jesús, entre todos los seres humanos, conoce al Padre, porque nadie, además de Jesús viene del Padre.  Esa es la gran importancia de creer del todo en nadie además de Jesús. 
Solamente el que crea del todo en nadie, además de Jesús, no será engañado por la trinidad usurpadora, que son el diablo, su hijo, el gran anticristo Pablo, y el espíritu aparentemente santo, que dan ellos a sus seguidores, el espíritu falaz.  Trinidad que pretende conocer a Dios y venir de parte de Dios para dar a conocer a Dios
Jesús fue el que enseñó que El Espíritu Santo no nos da a conocer Él solo al Padre, sino que el Padre, por medio del Espíritu Santo, nos lleva a reconocer en Jesús a Dios mismo.  Solo aquel ser humano a quien el Padre, por medio del Espíritu Santo, le revele la identidad de Jesús como el Cristo, como el único enviado, como el único ungido, como el único Mesías, como el único camino al Padre, solo ese ser humano conocerá quién en verdad es Jesús, que es el Padre mismo, hecho hombre.

32.    Nadie, además de Jesús, es el sendero al Padre.  A través de Jesús y de nadie además de Jesús, todo ser humano conocerá al Padre y llegará a la verdad total (Mateo 11:27).  Nadie, además de Jesús, entre todos los seres humanos, ha visto al Padre, por lo tanto, nadie, además de Jesús da a conocer al Padre eterno.  El que conoce a Jesús también conoce al Padre (Juan 14: 6)
El gran anticristo Pablo, con sus falacias, dice ser un camino al Padre y dice dar el Espíritu Santo.  El gran anticristo Pablo, en sus epístolas, trata de usurpar con mucha sutileza, este lugar del Cristo, de ser el único camino al Padre, lo hace el gran anticristo Pablo invocando al Padre, pero desconociendo en sus enseñanzas a veces a Jesús, para invocar el gran anticristo Pablo directamente al Padre
Además el gran anticristo Pablo usurpa el único lugar del Cristo, enseñando en nombre del Padre y en nombre del Hijo de Dios, supuestas verdades que Dios Padre no enseñó por medio de su Hijo unigénito y que jamás enseñaría a ser humano alguno.  El gran anticristo Pablo, en sus epístolas dice haber subido al Cielo, dice haber llegado hasta un tercer Cielo, cuando Jesús en sus enseñanzas, como la del pobre Lázaro, dice que hay un abismo entre el Cielo, el infierno y la Tierra, y nadie puede pasar ese abismo (Juan 3: 13)
El gran anticristo Pablo necesitaba decir que habló con Jesús y además que había ido al Cielo, para poder extraviar a  los seres humanos, que creen que en verdad es un enviado de Dios.  En otras enseñanzas Jesús dice que nadie ha subido al Cielo sino el que bajó del Cielo, el hijo del hombre, que está en el Cielo.  En sus epístolas el gran anticristo Pablo, pretende a veces ser él en sí mismo, un camino a Dios, pretende él dar a conocer a Jesús y estas dos virtudes para nadie son posibles, porque nadie además de Jesús es el único camino al Padre y nadie además del Padre lleva al ser humano a reconocer en Jesús al único Cristo, al único enviado.  Los cristianos, que por siglos han sido probados, seducidos y engañados por las enseñanzas sutilmente adulteradas del gran anticristo Pablo, no conocen a Dios verdaderamente, porque el gran anticristo Pablo usurpó con sus enseñanzas, el ser Jesús el único camino al Padre, el ser Jesús el único nombre, el ser Jesús la única fuente del Espíritu Santo





EL PADRE 
ENVIÓ AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO


33.    El Padre decide cuales seres humanos lo conocerán.  El padre decide, previamente, muchas circunstancias de las vidas humanas.  Todo ser humano nace en la Tierra, ya sea adentro o afuera del llamado pueblo de Dios, por orden del Padre.  El Padre es el que decide en cual nación, en cual pueblo y en cual tiempo, nace todo ser humano, y eso no es casualidad, no es azar.  Miles de millones de seres humanos jamás oirán hablar del hijo de Dios, que es Jesús, por decisión soberana del Padre, que los envió a nacer afuera del pueblo de Dios, en otros pueblos, que el Padre creó y dispuso sobre la tierra, según su soberanía.  Tanto amó el Padre a los seres humanos, que envió a su Hijo unigénito, una parte perfecta de sí mismo, para que todo aquel que en el Hijo crea, por medio del verdadero Espíritu Santo, no se pierda, sino que tenga vida eterna, para que el que crea, al llegar a ser hijo de Dios, por la fe en Jesús, comparta con Dios la eternidad.  Pero nadie puede reconocer por sí mismo que Jesús es Dios, nadie puede creer en el nombre y en las enseñanzas de Jesús, como Cristo, como Mesías, como enviado único del Padre, si el Padre, que envió a Jesús, no envía también a ese ser humano a donde Jesús (Juan 6: 37, 44 y 65).  No es potestad de hombre reconocer que Jesús es Dios, es el Padre quien les revela la verdadera identidad de Jesús, a quienes el Padre desea revelarlo, en su justicia, en su sabiduría y en su misericordia.  Nadie además del Padre puede revelarnos que Jesús es el Cristo, el Mesías, el enviado.

34.     Jesús enseñó que millones vendrían a Él de las naciones.  Que vendrían a Él desde todos los confines de la Tierra.  Vendrá a Jesús obviamente, lo mejor de las naciones, enviados todos hacia Jesús, por el Padre, pero no vendrán a Jesús los que los seres humanos creen que son los mejores, sino los que el Padre seleccione como sus elegidos, de acuerdo a su sabiduría.  Porque el Padre es el que envía a los seres humanos hacia Jesús, no es potestad humana, reconocer a Jesús como único enviado de Dios, como Mesías de Dios.  Los israelitas, le pedían a Jesús que les comprobara que él era aquel Mesías que ellos estaban esperando.  Si Jesús es el Rey del pueblo de Dios, no tenía por qué, demostrarle a su pueblo, ni a los sumos sacerdotes, ni a los escribas, ni a los fariseos, que Él era el Mesías, sino que sus súbditos, tendrían necesariamente que reconocerlo si en verdad eran sus súbditos, pues Jesús era su Rey, y de reconocerlo o no, dependían sus vidas como siervos de Dios.  Por eso Jesús siempre se oponía a darles pruebas de su divinidad, con evidente disgusto.  Jesús no tenía por qué comprobarles su origen divino, sino que ellos debían reconocerlo si eran el pueblo de Dios.  Todo aquel que es de la verdad, reconoce a su rey sin que se lo tenga que demostrar, y por lo tanto oye la voz de Jesús y se aleja de las voces que no son de Jesús.

35.     El Espíritu Santo que Jesús envía es su propio Espíritu.  Jesús enseñó que el Padre enviaría el Espíritu Santo en su nombre.  Lo enviaría solamente cuando Jesús se fuera de este mundo y que estaría con nosotros el Espíritu Santo, hasta el día final, cuando Jesús, en carne, vuelva para juzgar.  Pero Jesús también enseñó que, Él enviaría al Espíritu Santo, una vez se hubiera ido a su trono, porque el Padre y Jesús uno solo son.  Al ser enviado por el Padre el Espíritu Santo, a petición de Jesús y en nombre de Jesús, entonces, es Jesús quién lo envía a los seres humanos.  El Espíritu Santo que Jesús envía es su propio Espíritu, el Espíritu sin medida que el Padre le dio, el día de su bautizo, el Espíritu con el que Jesús habló y enseñó aquí en la Tierra, el Espíritu que entregó en las manos del Padre un instante antes de expirar.  Ese espíritu morará por siempre en los cuatro evangelios y de ellos sale a regar la tierra con la palabra de Dios, pero el verdadero Espíritu Santo no mora en las enseñanzas falaces del gran anticristo Pablo  
Jesús enseñó que el que recibe a un profeta verdadero como profeta enviado de parte de Dios, ha de recibir recompensa de profeta, de donde se deduce que quien se deje engañar por un falso espíritu supuestamente santo, recibirá recompensa de falso profeta.  Es Decir, todos los seres humanos que por error, aceptaron como palabras de Dios las enseñanzas del gran anticristo Pablo y recibieron el espíritu del anticristo, como si fuera el Espíritu Santo, tendrán la misma condenación del gran anticristo Pablo y no se podrán quejar de Dios, porque ellos, en su libertad se engañaron con los engaños, mientras otros seres humanos, iguales que ellos, no se engañaron con los engaños.
  
36.    No hay más que un solo nombre para Dios.  El nombre de Jesús es el nombre del Padre.  No existe nombre alguno para los seres humanos, que pueda contener la esencia del Padre, que pueda nombrar al Padre, sino el nombre de Jesús.  Es el único nombre que en sí mismo puede contener la esencia del padre, y es el único nombre que el Padre reconoce como suyo propio cuando es invocado por un ser humano.  Al nombrar a Jesús, nombramos al Padre y también invocamos al verdadero Espíritu Santo
Jesús nos dio a conocer a su Padre, nadie además de Jesús puede dar a conocer al Padre.  Es el Padre de Jesús y el Padre de nadie además de Jesús.  Jesús es el Hijo unigénito del Padre.  Por eso Jesús no se refería a Jehová o Yahvé, como los Israelitas lo invocaban, sino que Jesús hablaba de su Padre, porque solamente lo podemos conocer como el Padre de Jesús.  Por eso los verdaderos discípulos de Jesús no volvieron a emplear el nombre de Jehová o Yahvé sino el de nombre de Jesús
Jamás ha habido otro nombre para Dios, que Dios Padre reconozca y acepte, además del nombre de Jesús y el nombre de nadie además de Jesús.  El nombre de Jesús es el único nombre del Dios eterno, nombre conocido desde antes de la creación del mundo.  El nombre de nadie, además del nombre de Jesús, ha estado unido al nombre de Dios desde el principio de todos los tiempos.  El nombre de nadie, además del nombre de Jesús, será reconocido en el Cielo y en la Tierra por todos los seres humanos, buenos y malos, justos e injustos, salvos y condenados, como el único nombre de Dios, el único nombre ante el cual responden tanto Jesús, como el Padre de Jesús y el Espíritu Santo de Jesús
No hay otro nombre sino el nombre de Jesús, sobre la tierra y bajo el sol, en quien podamos tener salvación.  Ni hay otro nombre sobre la Tierra para denominar a Dios.  Jehová o Yahvé no es un nombre, sino que es la condición de ser el Señor.  El Padre es innombrable, un nombre no puede llamarlo a Él, ni puede describirlo, ni puede contenerlo.  Los Israelitas llamaban a Dios YHVH, que no es un nombre propio, sino que quiere decir: «El Señor» y Jesús es el Señor
El Espíritu Santo tampoco tiene nombre propio, pues es el Espíritu que el Padre envía en nombre de Jesús, por tanto su único nombre es el nombre de Espíritu Santo de Jesús.  Tanto el Padre de Jesús, como el Espíritu Santo de Jesús, tienen el nombre de Jesús unido a ellos.  Al nombre de nadie, además del nombre de Jesús, responde el plenamente Padre y también responde plenamente el Espíritu Santo.  Lo que pidáis en mi nombre os será hecho, nos enseñó Jesús.  El nombre de Jesús es el nombre sobre todo nombre.  El nombre de Jesús es el único nombre verdadero de Dios

37.  Ya es hora de que sea honrado el nombre de Jesús.  El eje del cristianismo es Jesús, el Cristo, y nadie unido a Jesús, ese es el eje del cristianismo.  El nombre de cristianismo dice de los adoradores del Cristo, no se llama con el nombre del Padre, ni se llama con el nombre del Espíritu Santo, puesto que no tienen nombre diferente al nombre de Padre del Cristo y Espíritu del Cristo.  Si no es así, con nadie unido a Jesús, no hay cristianismo, pues nadie además de Jesús nos da a conocer al Padre y nos envía el Espíritu Santo.  Es imprescindible nadie unido a Jesús, para poder tener al Hijo de Dios.  Y el que tiene al Hijo tiene al Padre, que lo envió.  El que no tiene al Hijo no tiene al Padre. 
Ni aún el pueblo de Israel tenía al Padre, hasta que vino Jesús.  Por eso fue que Jesús les dijo a los judíos, que todos los que vinieron antes de Él eran ladrones y salteadores.  Les dijo también que ellos, los judíos, no eran hijos de Abraham, sino hijos del Diablo, que el diablo no se había mantenido en la verdad, porque no hay verdad en el diablo, y que nadie había visto jamás a Dios, sino que el hijo unigénito es, quién lo da a conocer
A la mención del nombre de Jesús, Cielo y Tierra se estremecen.  El nombre del gran anticristo Pablo nada es, comparado con el nombre de Jesús, es un nombre estafador, es un nombre impostor.  El nombre de nadie, vale todo lo que vale el nombre de Jesús.  Pero en las naciones es honrado el nombre de profetas y el nombre de falsos profetas, como si tuvieran el mismo valor del nombre de Jesús.  El gran anticristo Pablo desvirtuó el nombre de Jesús, blasfemó del nombre de Jesús, pisoteó el lugar Santo, esa es la abominable desolación instalada en el lugar que no debe
Ha sido desatada, desde hace dos mil años, una descomunal masacre de almas.  Todos los que nacen son llevados al poderoso engaño de la trinidad usurpadora.  Las almas son masacradas, sin piedad, por las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo en el circo romano, en la Gran Babilonia espiritual.  Ese falso profeta, Judío y a la vez ciudadano romano, sedujo a las naciones, y la gran mayoría de los cristianos adora y sirve a Jesús y al gran anticristo Pablo también, se postran y reverencian el nombre del gran anticristo Pablo, como si tuviera igual valor que el nombre de Jesús.  Cuando leen sus enseñanzas, con toda ingenuidad dicen que están leyendo palabras de Dios, con lo que lo ascienden a la misma altura de Jesús.  Algún día se hará justicia al nombre de Jesús, será santificado su nombre.  Ya está pronto el día de la verdadera verdad.

38.    ¿Cuándo sé en verdad que estoy en la presencia de Dios?  ¿En dónde puede ser hallado, sin lugar a dudas, el Espíritu Santo que envió Jesús?  ¿En dónde está el Dios que quedó sobre la Tierra cuando Jesús se fue?  Ese único Dios está en las palabras de los cuatro evangelios de Jesús, en ninguno otro lugar se deja conocer Jesús, y el que tiene al Hijo tiene todo, pues tiene al Padre, que lo envió.  Las palabras de Jesús son el mismísimo Espíritu Santo, son el Espíritu que moraba en Jesús sin medida.  Cuando un ser humano lee los cuatro evangelios está delante de la misma presencia de Dios, está ante el Espíritu que dejó el hijo de Dios.  En los cuatro evangelios todos los seres humanos pueden hacer contacto perfecto con Dios.  En ninguna otra parte de toda la Tierra, se da ese contacto puro y perfecto, en la misma presencia de Dios.  Cuando un ser humano guarda en su memoria las enseñanzas y las historias que nos dejó el Espíritu Santo en los cuatro evangelios de Jesús, ese ser humano está en unidad con Cristo, está comulgando con Cristo, está comiendo el cuerpo y la sangre de Cristo, está comiendo el pan y bebiendo el vino de la última cena.  El ser humano que guarda en su memoria, los evangelios, las enseñanzas de Jesús, guarda a Jesús adentro de sí, come el cuerpo y la sangre divinos, bebe la sangre de Cristo, en la copa en que él la sirvió para que la bebiéramos, bebe la sangre sagrada en el mismísimo santo grial.  Los cuatro evangelios son el espíritu de Dios, son el testimonio de Jesús, son el verbo eterno




JESÚS NO HA REGRESADO AL MUNDO.
Ni una sola vez ha regresado.
Ni siquiera ha regresado en Espíritu.


39.    Jesús no ha regresado al mundo ni una sola vez.  Desde que Jesús se fue, de la presencia de sus discípulos, no  ha venido al mundo.  Ni Jesús volverá a venir al mundo, hasta el día del juicio final.  Jesús avisó que muchos vendrían en su nombre, diciendo que Jesús se les había aparecido, que Jesús había estado aquí o allá, que venían en nombre de Jesús, que Jesús en persona los había enviado a cumplir alguna misión
Jesús, a nadie se ha aparecido después de su partida ese día, en medio de sus discípulos verdaderos, y a nadie se aparecerá, tal cual lo predijeron los dos ángeles (hechos 1: 9-11), pues Jesús, para estar con nosotros hasta el fin del mundo, como lo enseñó a sus discípulos, Jesús ha enviado a su propio Espíritu, el Espíritu Santo
Como Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitado y antes de irse, por eso el gran anticristo Pablo dijo que Jesús se le había aparecido después de irse Jesús, pero como el gran anticristo Pablo no podía decir que Jesús se le había aparecido en carne, entonces fue que dijo el gran anticristo Pablo, que descendió un rayo del Cielo y que ese rayo le dijo que era Jesús, y todos dan por hecho que fue en espíritu, en forma de rayo de luz, que supuestamente se le apareció Jesús al gran anticristo Pablo para obligarlo a ser cristiano.

40.    Jesús enseñó que vendrían muchos diciendo haberlo visto.  Jesús advirtió que no les creyéramos a los que dijeran que habían visto a Jesús, ni fuéramos tras ellos, porque la segunda venida de Jesús a la Tierra será tan de improviso y tan sin anunciar, como un relámpago, y será para juzgar a toda la humanidad.  También enseñó Jesús, cuando estaba en la Tierra, en medio de sus seguidores, que nadie, absolutamente nadie, de los seres humanos, volverá a verlo, ni en carne, ni en espíritu, ni siquiera una sola vez, hasta que venga, por segunda vez, día en el cual Juzgará a toda la humanidad.  Ese día de la segunda venida de Jesús, será el día final de esta generación de seres humanos sobre la Tierra
El primer gran mentiroso, falaz impostor, el primer gran usurpador fue el gran anticristo Pablo, que dijo que Jesús había bajado del Cielo en espíritu, para enviarlo a cumplir la más grande misión, la de ir a los gentiles.  Ese fue el primero que dijo que Jesús había vuelto a la tierra y que solo él, el gran anticristo Pablo, lo había visto y había dialogado con Jesús.  Es tal la falacia, que el gran anticristo Pablo dijo que Jesús no había respetado el derecho al libre albedrío del gran anticristo Pablo, sino que lo había obligado a cambiar de bando, dejando de ser el primer perseguidor, el primer anticristo, y hacerse cristiano si quería recuperar la vista el gran anticristo Pablo, pues Jesús para dominarlo y controlarlo, supuestamente lo había derribado y enceguecido (Hechos 9: 3-8).

41.     Jesús comprobó que a Él nadie lo iba a ver en Espíritu.  Cuando Jesús le dijo a Tomás, delante de todos, que tocara las heridas abiertas de los clavos en las manos y en los pies, y tocara también Tomás la herida abierta de la lanza en el costado de Jesús, porque Jesús vino en carne y resucitó en carne, no en espíritu, lo hizo Jesús para que entendiéramos que Jesús no iba a venir en espíritu (Juan 20: 27-28).   Jesús, le dijo a Tomás que metiera Tomás los dedos en las perforaciones del cuerpo resucitado de Jesús, para que comprobara que Jesús no había resucitado en espíritu, Porque, según Jesús, «el espíritu no tiene carne, ni tiene huesos, como tenía Jesús» (Lucas 24: 36-43)
Es que no puede haber dos Espíritus de Dios diferentes, entre el Espíritu de Jesús y el Espíritu Santo.  No puede haber diferencia, ni la más mínima, entre esos dos Espíritus Santos, pues son el mismo Espíritu Santo.  Por esto es que Jesús vino en la carne y no se aparece en Espíritu, puesto que serían dos Espíritus Santos y no uno solo.  Jesús nos envió el Espíritu Santo, que es su propio espíritu con el cual habló aquí en la Tierra, el Espíritu que Jesús le entregó al Padre, en la cruz.

42.    El Espíritu Santo no viene en carne, no se puede ver.  Pues es el Espíritu por excelencia.  El Espíritu Santo no tiene un cuerpo, solo el cuerpo del Hijo de Dios ha sido su cuerpo natural.  Todo el que vio a Jesús, vio al Espíritu Santo, y todo el que oyó a Jesús, oyó al mismísimo Espíritu Santo.  Mientras vuelve Jesús a la Tierra, por segunda y última vez, el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Jesús, enviado por el Padre en nombre de Jesús, permanece sobre la Tierra, guiando a los verdaderos siervos de Dios, guiando a los discípulos de Jesús hacia la verdad total.  El verdadero Espíritu Santo permanece guiando a los que no se dejen confundir por el falso espíritu santo, que es el espíritu del gran anticristo Pablo, regado por los millones de engañados hijos suyos sobre la Tierra
El Espíritu Santo no es posible verlo, sino que es el Espíritu de Dios, dado a los seres humanos, morador en los seres humanos, no morador afuera de los seres humanos.  El Espíritu Santo no es posible verlo afuera de los seres humanos.  Podemos ver seres humanos, en los cuales reposa por momentos el Espíritu Santo.  Podemos ver seres humanos, inspirados en algún momento por el Espíritu Santo, pero no nos es dado ver al Espíritu Santo.  El Espíritu descendió sobre Jesús en forma de paloma, pero aunque la paloma no se entró en Jesús, el Espíritu si estaba en Jesús.  Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesús como lenguas de fuego, se veía el fuego pero no se veía el Espíritu.  Cuando se presentó el Verdadero Espíritu Santo, el día de pentecostés, los presentes sintieron un fuerte viento, pero el viento no era el Espíritu Santo, sino una señal que lo precedía.

43.    El Hijo y el Espíritu Santo, dan vida a los nuevos hombres.  Igual que recibió la vida Adán en el Paraíso, primero la carne y luego el espíritu, así se forma el cristiano también, pero ahora nacido del agua y del Espíritu, en el verdadero paraíso, en el huerto espiritual de las enseñanzas de Jesús.  Todo cristiano verdadero cree en el nombre de Jesús, que es el hijo de Dios y cree en las enseñanzas de Jesús, que lo guían a reconocer cuales son las verdaderas enseñanzas del Espíritu Santo.  Jesús no vino en espíritu, ni resucitó en espíritu, Jesús vino en carne, resucitó en carne y en carne ascendió al Cielo, pero sus enseñanzas, sus palabras, ese viento sagrado que salía de sus labios, son el Espíritu y son vida, según enseñó el mismo Jesús.  Al solo sonido de los labios de Jesús, obedecía todo el universo, y los primeros en postrarse y obedecerle a Jesús, aquí en la Tierra, eran los demonios, pues siendo espíritus, reconocían al Espíritu, mientras los israelitas estaban todos confundidos sobre la verdadera identidad de Jesús como Mesías.  En el antiguo testamento se lee que Dios Padre hizo al hombre a su imagen y semejanza, se lee que Dios primero hizo al hombre de carne y luego le sopló, le infundió el espíritu.  Así mismo sucedió en el cristianismo, el Padre primero envió a su Hijo Jesús en la carne, y luego envió a su Espíritu Santo.  En esto vemos que los seres humanos sí somos hechos a imagen y semejanza del Hijo de Dios y del Espíritu Santo.

44.    Nadie, además de Jesús ha subido al cielo.  Cuando el apóstol Juan escribió el libro de las revelaciones, el Apocalipsis, dijo muy claramente, no que subió al cielo, ni en cuerpo, ni en espíritu, sino que todo lo que escribió fue una visión y en esa visión Jesús le habla.  Juan dice que es una visión, no que en algún momento Jesús vino a Juan en espíritu o que Juan se presentó delante de Jesús, allá en su trono.  Y si algún ser humano sobre la Tierra hubiera podido decir que habló con Jesús ese era Juan, su discípulo de más confianza, pero Juan mentiría si dijera que Jesús habló con él después de irse al Cielo Jesús.  El libro de las revelaciones del Apocalipsis es el libro de una visión de Juan.  En verdad Jesús no ha descendido todavía a la Tierra, y por consiguiente, a Jesús nadie lo ha visto desde que se fue
El gran anticristo Pablo mintió, engañó, usurpó, cuando dijo que Jesús, “en espíritu“, descendió a hablar con él.  Pero no contento con esto, también mintió y engañó, cuando dijo haber subido al Cielo, inventando fábulas de un supuesto, pero en verdad inexistente, tercer Cielo, y que no sabía si había subido en cuerpo o en espíritu.  El gran anticristo Pablo adulteró, para sus extraviados seguidores, la verdad inalterable de Jesús, que dice que nadie puede ver a Jesús antes de su segunda venida.  Para ver a Jesús tendría que haber subido al Cielo
Ese gran privilegio que a nadie le fue dado, de ver u oír a Jesús antes de su próxima venida, fue usurpado por primera vez con un falso encuentro del gran anticristo Pablo con Jesús, y luego usurpado, miles de veces, con falsos encuentros de equivocados seguidores del gran anticristo Pablo, con Jesús. Ese gran privilegio para nadie está reservado entre los seres humanos, nadie es así de importante, como para que Jesús cambie todo el plan de Dios, anunciado por el mismo Jesús, y de paso desautorice al Espíritu Santo, cuya palabra es la única palabra verdadera que se oye, de parte de Dios, por lo que la verdad del Espíritu Santo se oye y se lee en medio de millones de falsas palabras de Dios, palabras falaces, palabras usurpadoras, palabras destinadas a probar a los seres humanos, mientras se cumplen los tiempos de las naciones, de acuerdo a lo anunciado por Jesús.

45.  Jesús, en verdad de nadie se dejará ver hasta el día final.  Jesús no solo anunció que no volvería, sino que entonces, como consecuencia de esto, estaba anunciando que nadie entre los seres humanos, ningún ser humano, volvería a ver a Jesús, sino hasta el día que venga con poder, a juzgar a toda la humanidad.  Jesús no miente, Jesús no se equivoca, Jesús lo sabe todo.  Ese supuesto Jesús que descendió del cielo como un rayo, que encegueció y derribó al que ya era el primer anticristo, Saulo de Tarso, es una falaz mentira del diablo, autorizado desde el Cielo, para poner a prueba a los cristianos de todos los tiempos.  Ese Satanás que vio Jesús descender desde el Cielo como un rayo sobre el anticristo Saulo de Tarso, definitivamente no era Jesús y menos era el Espíritu Santo, descendido del Cielo.  Ese día del rayo-satanás descendido del cielo, cuando el espíritu falaz derribó al perseguidor Saulo de tarso y lo engañó diciéndole que hablaba con Jesús, ese día estaba reunida por primera vez sobre la Tierra, la trinidad usurpadora
Todo ojo verá a Jesús cuando vuelva por segunda vez.  Ese día las naciones no estarán felices, según Jesús, ni harán fiesta, ni lo alabarán, sino que según las enseñanzas de Jesús, se lamentarán todas las tribus de la Tierra y los que traspasaron las enseñanzas de Jesús, todos los engañados por el gran seductor, por el falso profeta, que es el gran anticristo Pablo, se lamentarán, pues no le creyeron solamente a Jesús y a sus doce apóstoles verdaderos, sino que engañados, siguieron y adoraron las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, como palabras de Dios.  Según las escrituras sagradas, más que un día de alegría, ese será un día de llanto  y de crujir de dientes, para la mayoría de los seres humanos, inclusive para la gran mayoría de los cristianos.

46.    Nadie puede ver al Padre, ni al hijo, ni al Espíritu Santo, hoy.  Es necesario saber lo que a nadie le fue concedido tener en el cristianismo, para que tengamos bien presentes  las obras que nadie puede hacer en el cristianismo.  Es imprescindible entender que nadie ve al Padre, porque es demasiado grande para que un ser humano pueda verlo.  También es imprescindible entender que nadie ve al hijo, porque se fue y no volverá, hasta la consumación de los tiempos, vendrá a juzgar a los seres humanos.  Además es imprescindible entender que nadie ve al Espíritu Santo, porque es Espíritu, y solo podemos ver seres humanos inspirados momentáneamente por Él, haciendo profecías, recibiendo a veces instrucciones verdaderas; pues los profetas están en medio de muchos falsos espíritus santos, que engañarán a todos los que se dejen engañar, con sus prodigios, con sus visiones, con sus revelaciones, con sus profecías y con sus falaces instrucciones, sutilmente adulteradas, aparentemente verdaderas.  Aunque sea mucho el engaño y millones de engañados seres humanos digan que vieron al Padre, o que vieron al Hijo, o que vieron al Espíritu Santo, o que las enseñanzas del gran anticristo Pablo son palabras de Dios mismo en persona, engañando a su vez a miles de millones de seres humanos, no serán engañados aquellos que sean de la verdad, aquellos que se nieguen de verdad a sí mismos, aquellos que al dejar de ser alguien para la gloria del mundo, sean nadie para el mundo.  Cuán importante es nadie en el cristianismo, pues de nadie se ha dejado ver Jesús y de nadie se dejará ver hasta el día final.

47.    ¿A quién vieron todos los que dijeron haber visto a Jesús? ¿A quién vieron, entonces, los muchos que dijeron que habían hablado con Jesús y que además dijeron que Jesús les había dado instrucciones y que Jesús los había enviado?  ¿Quién es ese ángel que se hace pasar por Jesús? y ¿Por qué Dios se lo permite?  ¿Ese ángel usurpa el lugar de Jesús a espaldas de Dios, o lo hace autorizado por Dios?  ¿Sucederá algo a espaldas de Dios?  ¿Sucederá una mínima obra que Dios no haya autorizado primero en su universo sin fin?  ¿Habrá algún mínimo rincón del universo de Dios que no esté bajo su absoluto control?  ¿Descenderá el diablo del Cielo a la Tierra, a hacerse pasar por Jesús, sin la autorización de Dios Padre?  ¿Por qué desciende el diablo del Cielo a la Tierra, si se supone que el Cielo está vedado para el diablo?  ¿Por qué no dijo Jesús que veía a Satanás subir del infierno a la tierra?  ¿A quién vieron entonces, todos los seres humanos, que antes de venir Jesús, y después de haberse ido Jesús, dijeron haber visto a Dios cara a cara y dijeron que Dios les había hablado?  La respuesta es obvia



CREÍAN VER A DIOS, PERO VEÍAN UN ÁNGEL



48.    ¿Qué han visto de Dios los seres humanos?  De Dios los seres humanos solo han visto a Jesús, pero además han visto ángeles venir en nombre de Dios, diciendo que son Dios, o permitiendo que los seres humanos creyeran estar en la presencia de Dios.  En muchos de los casos en que los humanos dijeron haber visto a Dios, en realidad estaban viendo una visión.  Además, algunas de esas veces, estaban viendo una visión del diablo, que no ha dejado de ser uno de los obedientes ángeles de Dios, estaban viendo al probador, al que nos pone a prueba, a ver si sabemos la verdad en nuestras almas.  Estaban viendo al acusador, haciéndose pasar por Dios, o haciéndose pasar por alguno de los otros ángeles de Dios, con el conocimiento previo de Dios desde la eternidad y con su autorización.  Porque Dios todo lo sabe, y por lo tanto, el diablo ha descendido del Cielo mismo, autorizado por Dios, para suplantarlo para poner a prueba a todas las almas humanas con la excepción del alma de nadie.  Solamente los seres humanos que vieron a Jesús, los que lo oyeron, lo que hablaron con Él, en verdad vieron a Dios, oyeron a Dios, hablaron con Dios, nadie más lo ha visto, nadie más ha estado en la presencia de Dios.

49.    El diablo se ha presentado como Dios, autorizado por Dios.  Todo lo que el diablo hizo, lo hizo autorizado por Dios (1° de reyes 22: 1-38).  Porque si al diablo no le autoriza Dios mismo, el hacerse pasar por Dios, suplantar a Dios y hacer prodigios, no lograría el diablo poner a prueba a los hijos de Dios.  Por esto es que dice Jesús que veía a Satanás descender desde el Cielo, porque venía de la presencia de Dios, autorizado por Dios todo poderoso, para hacer su trabajo de probador.  Es que nada sucede sin la autorización de Dios sobre la Tierra.  Era absolutamente necesario, dentro de los planes de Dios, para que toda alma humana sea puesta a prueba, que desde el principio de la creación, el diablo se presentara como Dios, se hiciera pasar por Dios, a ver quiénes de los hijos de Dios reconocían la verdad, diferenciándola de las aparentes verdades.  Si el diablo no hubiera sido autorizado previamente por Dios para probar a los seres humanos haciéndose pasar por Dios, y el diablo obrara de esa forma por fuera de la voluntad de Dios, entonces habría otro ser diferente a Dios, con igual poder que Dios, o con un poder fuera del dominio de Dios, por lo que Dios no lo sabría todo, ni tendría todo el poder, ni estaría en todas partes, por lo cual no sería Dios.

50.    Las pruebas escritas de la suplantación del diablo.  Las pruebas de las suplantaciones del diablo, han permanecido escritas por siglos, en las escrituras, y en los libros de los profetas, que dos mil años después de la venida de Jesús, son llamadas como la sagrada Biblia.  En esas escrituras están descritas, como un testimonio milenario, para los cristianos que sean de la verdad, las numerosas pruebas y evidencias, de las veces que los hombres hablaron en nombre de Dios, pero en realidad daban enseñanzas y órdenes del diablo, pues en verdad le servían al diablo (Judas 1: 9).  Están, para los hijos de la verdad, por siglos y siglos, escritas en el antiguo testamento, las pruebas de como el diablo, haciéndose pasar por Dios, los ponía a hacer el mal, como asesinar seres humanos en nombre de Dios, y ellos no se dieron cuenta que el Dios verdadero jamás los pondría a asesinar a otros seres humanos en nombre de Dios. 
Por ningún motivo pondría Dios a sus hijos a asesinar, ni siquiera los pondría a asesinar a sus enemigos, y con ninguna justificación enviaría a ningún ser humano a matar a otro.  Todo aquel que sea verdaderamente de Dios, sabe, en lo más profundo de su alma, que la vida humana nadie la puede tomar sin perder la entrada al Cielo (1ª de Juan 3:15).  El diablo es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él, según enseñó Jesús.  Todo homicidio es deseado y ordenado por el diablo.  Asesinar seres humanos sucede todos los días sobre la Tierra, y Dios todo poderoso lo sabe y no detiene a los asesinos, pero asesinar no es obra de los hijos de Dios, sino de los hijos del diablo.  El más grande engaño del diablo hacia el pueblo de Israel fue el inducirlos a matar en nombre de Dios
Por ese grande error diabólico, de asesinar personas en nombre de Dios “los siervos de Dios”, fue que Jesús, el hijo unigénito de Dios, vino en nombre de Dios y se dejó quitar la vida, para enseñarnos a dar la vida y no quitarla, y mucho menos en nombre de Dios.  De Jesús viene esa enseñanza que nadie además de Él pudiera darnos, cuando dijo que no tuviéramos miedo a los que matan el cuerpo, pues el alma nadie, además de Jesús, la puede matar.

51.   Pruebas de la suplantación en el nuevo testamento.  También en el nuevo testamento, hay pruebas escritas de la suplantación diabólica.  Está escrito que el diablo reclamaba a Moisés como su siervo, mientras que el arcángel Miguel también lo reclamaba como siervo de Dios, es decir trabajó engañado para el diablo mientras trabajaba para Dios, por eso se ve que mientras Dios le decía que no matara, el diablo le decía que asesinara a millones de personas, para entrar a la tierra prometida (Judas 1:9).  Por ese fatal error, de asesinar personas en nombre de Dios, personas que Dios no mandó  asesinar, es que Moisés no pudo entrar a la tierra prometida, en el reino de los Cielos.  El arcángel Miguel no insultaba al diablo, mientras contendía con él, sobre el cuerpo de Moisés, sino que decía: “que el Señor te reprenda oh satán.” 
Están escritas, para los ojos de los hijos de la verdad, las pruebas, de las veces que el diablo se hizo pasar por Jesús en espíritu, como el día que descendió del cielo como un rayo, para derribar y enceguecer al primer y más grande anticristo, Saulo de Tarso.  Descendió del Cielo, descendió con poder de hacer prodigios, y además descendió autorizado por Dios, que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo puede (Hechos 9:3-5)
En el nuevo testamento quedaron escritas todas las veces que el espíritu de ese gran anticristo Pablo, puso lazos y trampas a los cristianos, para ponerlos a prueba, a ver si se dejaban engañar por enseñanzas de hombres y las recibían como palabras de Dios, solo porque ese profeta hizo milagros, a pesar de las advertencias de Jesús, que decían que el día del juicio, no pocos, sino muchos, profetas y hacedores de milagros, serán arrojados a la gehena del fuego
No todos los que hicieron prodigios, los hicieron por ser siervos de Dios, sino que por el contrario, la gran mayoría de los que hicieron milagros también eran siervos del Diablo, y muchos de ellos lo ignoraban, porque eran siervos del Cristo, y siervos engañados del gran anticristo Pablo, a la vez.  La gran mayoría de los profetas, maestros, padres y pastores, serán arrojados a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto  y crujir de dientes, aunque hayan obrado milagros en nombre de Jesús (Mateo 7: 21-23)

52.    Nada sobra en las escrituras.  Los relatos, las veces que habló el diablo haciéndose pasar por Dios, las profecías falsas, con las que se engañaron tantos, a la vez es prueba de la sabiduría de Dios de que los engañados, en realidad, no le creyeron a Jesús y a sus doce apóstoles verdaderos.  Lo que buscaban verdaderamente aquellos que a sí mismos se engañaron con las enseñanzas del gran anticristo Pablo, eran sus propios intereses, no pensaron que era importante negarse a sí mismos, no le creyeron a Jesús cuando repitió tantas veces que era imprescindible negarse, crucificar la carne
Por eso dijo Jesús que el Espíritu de la Verdad, que el Padre enviaría en nombre de Jesús, convencerá al mundo de pecado, porque no creyeron en Jesús.  ¿Quiénes eran los que debieron haber creído en Jesús?  ¿Los que no oyeron de Jesús?  ¿Los que Jesús no llamó?  Los que no creyeron en Jesús fueron los cristianos, que creyeron que las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo eran palabras eternas de Dios y se fueron tras él, hacia la cautividad de la Gran Babilonia, su falaz y vano imperio espiritual
Hasta los escritos del gran anticristo Pablo, sobre sí mismo, están en las escrituras.  Está el gran anticristo Pablo, escribiendo no con su verdadera identidad de anticristo, sino son su falsa identidad de apóstol Pablo, con la cual se enmascara.  El gran anticristo Pablo escribió que el gran anticristo se manifestaría al final de los tiempos.  Y en verdad, solo al final de los tiempos se sabrá, para todos los pueblos, la verdadera identidad secreta del falso profeta, el gran anticristo Pablo, será descubierta su verdadera cara, será desenmascarado.  En ese momento, el gran anticristo Pablo, acusará a todos sus seguidores, el por qué se dejaron extraviar por simples opiniones humanas, a las cuales les dieron el valor de palabras sagradas de Dios mismo.
  
53.    Grandes sorpresas están guardadas en las escrituras.  Grandes sorpresas, que nadie esperaba, están reservadas por Jesús para el final de los tiempos.  Millones de seres humanos que son tenidos hoy por grandes santos, padres, líderes y pastores de la humanidad, serán humillados delante de toda la humanidad, por ser revelado que, engañados, fueron siervos de la trinidad usurpadora, siervos del diablo, del gran anticristo Pablo y de la mentira.  Pero también, muchos que fueron perseguidos y murieron con sed de justicia, al final verán la recompensa, cuando el verdadero Espíritu Santo que ellos siguieron, sea reconocido, el día final.  Según el gran anticristo Pablo, en un instante, al final, seremos todos trasformados, porque de un instante a otro, por la revelación de la verdadera identidad del gran anticristo Pablo y por la revelación de la verdadera identidad del diablo como ángel sumiso de Dios, como el probador, toda la Iglesia de Jesús, de un instante para otro, será transformada de la ramera rebelde, en la verdadera Iglesia, fiel al Señor Jesús y a nadie además de Jesús, conocedora de Dios, tal cual Dios es, todo poderoso, comparable con nadie, iglesia en la que al fin, la verdadera verdad es dicha.

54.    Jesús dijo a los judíos, que eran hijos del diablo. Jesús les dijo que el diablo es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad porque no hay verdad en el diablo.  Según enseñó Jesús, cuando el diablo habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque el diablo es mentiroso y el diablo es el padre de la mentira.  El diablo es el padre, es el creador del gran anticristo Pablo, que también es mentiroso y es homicida, exterminador de cristianos, desde el principio, el cual en estos dos milenios, con sus enseñanzas sutilmente adulteradoras de la verdad, ha asesinado no ya los cuerpos de los cristianos, sino que ha asesinado silenciosamente, a miles de millones de almas humanas, no habiendo sobre la Tierra un hacedor de masacres de almas más grande, el más grande asesino en serie de toda la humanidad.  Era un Israelita, fariseo y además era un sumiso ciudadano romano, presto a apelar al César para que juzgara su causa, donde quedó probado que su defensor no era en verdad Jesús, su esperanza no era Jesús.  Pero no fue que el diablo se volvió mentiroso por su propia cuenta, saliéndose del control de Dios, sino que así, tal como lo definió Jesús, padre de la mentira, fue creado el diablo por Dios, para probar a los seres humanos.  Dios no es el padre de la mentira.  El diablo es llamado por Jesús el padre de la mentira, también por contraposición a Dios Padre, que es el padre de la verdad, y el Padre de Cristo.  El diablo es el padre de la mentira, que es su espíritu, y es el padre del gran anticristo Pablo.  Es la trinidad de la falacia, la trinidad de la mentira, porque su espíritu es engañoso, es la trinidad opuesta a la trinidad del Cielo.

55.    La trinidad usurpadora solo obra en la mente humana.  Esa trinidad de la mentira solo actúa en las mentes humanas, no actúa en el resto del universo, solo obra en los hijos de Dios, que para ser hijos de Dios, es necesario tener el poder de crear nuestra vida libres, eligiendo entre varias posibilidades, tomando de esos frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal.  No obra la trinidad usurpadora sobre los planetas, ni sobre los ríos, ni sobre los mares, ni sobre los animales, ni sobre las plantas, para ponerlos a prueba.  Cuando un león caza y devora a un venado, o cuando mata y devora a un ser humano, no fue el diablo, ni el león es malo.   Cuando explota un volcán  o cuando hay un terremoto, o un huracán, el diablo no estaba dañando la Tierra.  Cuando explota un planeta y se convierte en estrella, tampoco fue el diablo. 
La trinidad del mal no se creó a sí misma.  Esa trinidad de la mentira, trinidad de la oscuridad, trinidad de las tinieblas, de la niebla, trinidad de la ignorancia, trinidad del mal, trinidad de las apariencias, trinidad de la falacia, no se creó a sí misma, tal cual es, no se creó de la nada, sino que fue creada por Dios, para que los seres humanos fuéramos libres de elegir entre varias posibilidades de vida, para que hubiera una trinidad que le propusiera al ser humano lo malo y lo aparente, para que el hombre pudiera decidir, tuviera libre albedrío
Fue por amor a los seres humanos, que el creador de todo, creó a la trinidad usurpadora, creando al diablo, el cual creó a su propio hijo de perdición que es el gran anticristo Pablo, y envía a su espíritu falaz, usurpador del verdadero Espíritu Santo, para que ellos tres propongan senderos diferentes a los seres humanos,  senderos que sean diferentes a los senderos de Dios, senderos falaces, senderos que parecen ser de Dios, que parecen ser buenos, para que los hijos de Dios puedan crear su propia vida, según deseen, hasta pudiendo ser rebeldes a Dios.  Si no fuera por la creación de la trinidad usurpadora y su influencia sobre todas las mentes humanas, los seres humanos no seríamos creadores de nuestra propia vida.  Nos faltaría el imprescindible libre albedrío para ser hijos de Dios, no probaríamos los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo cual nos hace semejantes a Dios.

56.    A todos nos son ofrecidos el mal y el bien.  Aunque no lo desee, todo ser humano prueba de los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, aquél árbol que comieron Adán y Eva en el Paraíso.  A todo ser humano sobre la Tierra, por orden de Dios, le es presentado tanto el Bien como el mal, y todo ser humano debe decidir qué es bien y qué es mal.  De esa decisión depende que el ser humano sea hijo de Dios o no lo sea, sea creador o sea destructor.  Las más de las veces, el mal se disfraza de bien, aparenta ser el bien, es falaz, haciendo que sea toda una ciencia saber diferenciar lo bueno y lo malo, por eso el creador la llamó la ciencia del bien y del mal.  Hay innumerables espíritus impostores tratando de inducir a engaño a la humanidad, y la humanidad en masa se extravía con ellos, así tenía que ser y así fue anunciado por Jesús y sus doce apóstoles verdaderos
Son tres las proposiciones que del árbol del bien y del mal, recibe todo ser humano a la vez: El mal disfrazado de bien, también le es propuesto el mal, tan malo como es, y finalmente también le es propuesto a todo ser humano el bien, no se le propone el bien disfrazado de mal, porque el bien jamás se disfraza de mal
Los ángeles que suplantaron a Dios en el antiguo testamento, eran probadores descendidos del Cielo.  Esas visiones de ángeles que vieron los patriarcas y los profetas, antes de la venida de Jesús, estaban autorizados por Dios para hacer la tarea de probar, haciéndose pasar por Dios, dándoles a los seres humanos órdenes que Dios no daría, unidas a órdenes que Dios sí daría, para así dar al hombre el libre albedrío, de decidir entre lo bueno y lo malo, libertad absolutamente necesaria para ser hijos de Dios, superiores a los ángeles, que no viven el dilema de reconocer el bien y el mal
Todo ser humano tiene el dilema de reconocer por sí mismo, cuales obras son de Dios y cuales obras no son de Dios, sino que son falacias, errores, o imposturas, esos son los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal.  Ni un solo asesinato es orden de Dios.  Jamás algunos seres humanos, que sean hijos verdaderos de Dios, asesinarán a otros seres humanos en nombre del Dios de la vida, es una contradicción en sí mismo, es un absurdo.  Todas las veces que los israelitas fueron enviados por los profetas a asesinar seres humanos en nombre de Dios, todas las veces que esos mismos profetas, con sus propias manos, asesinaron reyes y asesinaron a sus enemigos, no era Dios el que les había hablado, sino el diablo, haciéndose pasar por Dios, poniéndolos a prueba, a ver si se dejaban engañar.  Y cayeron en el engaño, hasta los más grandes profetas y estudiosos de todos los tiempos, con muy contadas excepciones.



DIOS ES TODO, O NO ES DIOS.
Dios es omnipotente, Dios es omnisciente,
Dios es omnipresente, Dios es eterno.
O no es Dios.


57.    Dios todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes.  Además Dios es eterno, para Dios no hay pasado, ni hay presente, ni hay porvenir.  Para Dios, según Jesús, todos vivimos al tiempo puesto que no tiene tiempo, es eterno.  Esta verdad, que Dios es todo poderoso, ha sido desconocida por los cristianos cautivos, que han nacido secuestrados espiritualmente, con un velo de falacias en sus mentes, durante dos mil años, pues sin darse cuenta, creen que Dios no es todo poderoso, aunque de labios para afuera dicen que Dios sí es todo poderoso, pero solo de labios para afuera 
Los cristianos creen que el diablo se rebeló en contra de Dios.  Creen así por cuenta de los engaños del diablo y de su poderoso hijo de perdición, el gran anticristo Pablo, engaño este del diablo, con el cual los cristianos pierden totalmente el conocer a Dios, pues Dios es todo poderoso, o si no es todopoderoso, entonces no es Dios.  Si una sola obra o suceso de la creación hubiera sucedido sin que el Padre, previamente, lo hubiera autorizado, sin que el Padre previamente lo supiera, o sin que el Padre la presenciara, entonces Dios en verdad no sería todo poderoso, no lo sabría todo y no estaría en todas partes, por lo tanto no sería Dios, habría otros seres tan poderosos como Dios, capaces de resistírsele, capaces de desafiar a Dios y sobrevivir.  Estaría Dios sujeto a que le sucedieran cosas que no esperaba y además sucederían hechos ocultos a Él, con lo cual se demostraría que Dios no sería entonces eterno
Dios en verdad es omnipotente, omnisciente, omnipresente y eterno, menos para aquellos miles de millones de seres humanos, a quienes el diablo y su hijo, el falso profeta, el gran anticristo Pablo, han engañado, dejándolos prisioneros en la Gran Babilonia espiritual, pues creyeron en las falaces enseñanzas de la trinidad usurpadora.  Dios autoriza todo lo que sucede, incluso ha autorizado las falacias de la trinidad usurpadora, para así conceder el necesario libre albedrío a los hijos de Dios, los seres humanos.
 
58.    Jesús enseñó que el Padre es absolutamente justo.  Todo el bien y todo el mal que sucede sobre la Tierra a todos los seres humanos, primero es autorizado en el trono del Padre.  Luego de esta predestinación inicial, los seres humanos gozamos de una gran libertad, pues los seres humanos decidimos cómo reaccionar, o qué hacer, en medio de esas circunstancias previamente establecidas sin errores, por Dios, para todos los seres humanos, uno por uno.  Los seres humanos decidimos nuestro propio destino porque el Padre así lo previó, lo decidió, lo autorizó, puesto que somos sus hijos, hechos a su semejanza, libres, creadores, no creados
Dios a nadie le pone pruebas y circunstancias que sean superiores a sus fuerzas.  La prueba de ello es que cuando una persona dice que una circunstancia fue superior a sus fuerzas y que por ello se traumatizó, perdió el control, o se volvió hacia la maldad, siempre habrán millones de seres humanos a los que les sucedió esa misma situación y no se desmoronaron, ni perdieron el control de sí mismos, ni se desviaron hacia el mal, por las circunstancias.  Nadie, el día del juicio le podrá echar la culpa a los demás, del mal que decidió hacer, nadie podrá decir que fue forzado por las circunstancias, a desmoronarse, a descontrolarse, o a reaccionar haciendo el mal
Nadie, sobre la Tierra, podrá echarle culpas a Dios el día del juicio, por las circunstancias en que nació, por las circunstancias que le correspondió vivir, sino que por el contrario, brillarán tanto la misericordia y la justicia de Dios ese día del juicio, que, sin tener que ser convencidos por argumentos, todos los seres humanos, sabiendo en su interior el juicio de Dios sobre sus obras, sin excepción, doblarán sus rodillas reconociendo la justicia, la magnanimidad y la misericordia de los designios de Dios.  Pero sin lugar a dudas, el Padre es más que justo, puesto que es misericordioso, según enseñó Jesús, es decir, el Padre no nos hace justicia sino que nos perdona muchas maldades y errores, no nos cobra todo el daño que hicimos en el universo.  Según Jesús la misericordia se gloría de ser superior al juicio.

59.  El Padre no tiene, ni tendrá rivales, ni oponentes.  El Padre, siendo omnipotente, omnipresente y omnisciente, no tiene enemigos, el Padre no tiene opositores, el Padre no tiene siervos rebeldes, ni siquiera uno, ni siquiera el diablo.  Al padre nada le falla, el Padre no se descuida, el Padre no comete errores.  Nadie se le puede dañar o torcer al Padre, a menos que el Padre lo haya previsto.  El Padre no es presa de conspiradores que, ocultos a su presencia y lejos de su saber, tramen rebeliones en contra de Él.  Nadie puede rebelarse en contra de la voluntad de Dios y sobrevivir, a menos que Dios prevea que así debe ser, pues nadie es tan poderoso, tan sabio y tan grande como Dios.  Nadie es rival de Dios, nadie se opone a Dios, nadie hace obras fuera de la voluntad de Dios.  Nadie es semejante a Dios.  Nadie es imprescindible al lado de Dios.  El Padre todo lo sabe, el Padre todo lo ve.  Nada hay en el universo que el Padre no vea, nada hay en el universo que el Padre no sepa, absoluta mente nada.  El Padre en ningún momento deja de ver todo el universo, en su todo y en sus partes, por diminutas que nos parezcan.  El Padre Está en todas partes.  El Padre todo lo ocupa.  El Padre está en todo el universo infinito, pero el Padre también está en todas las partes de ese universo.  Por lo tanto en el Padre está el universo mismo
Según Jesús, el Padre ya sabe cómo sucedió toda la historia humana, el Padre ya sabe cómo nos fue a todos y a cada uno de nosotros en nuestras pruebas.  Según Jesús, el Padre ya sabe si fuimos vencedores o si fuimos vencidos.  Según Jesús, el Padre ya hizo el juicio final, el Padre ya vivió el juicio final, desde el principio de todos los tiempos, desde la eternidad, porque para el Padre el tiempo no existe.  Para el Padre todos los seres humanos vivimos al mismo tiempo, según enseñó Jesús, que es el único que puede dar a conocer al Padre.  Para Jesús, igual que para el Padre, nadie puede ser su oponente, su rival, pues nadie está a su altura.  Jamás se le oyó decir a Jesús que el diablo era su oponente.  Jamás los demonios, al estar en la presencia de Jesús le decían que era su oponente, sino su amo y le obedecían sumisos en todo.
 
60.    Los ángeles no tienen libre albedrío.  Esto lo confirmó el gran apóstol Pedro, cuando escribió que los ángeles deseaban ser como nosotros.  Ellos no pueden decidir ser buenos o malos, pues ellos son los ejecutores directos de la voluntad de Dios.  Por eso, los demonios se postraban delante de Jesús y lo reconocían como su superior, mientras que los seres humanos dudaban, estaban confundidos sobre la verdadera identidad de Jesús, sobre si Jesús era o no era el enviado de Dios, el esperado, el Mesías.  Porque los demonios, como ángeles que son, saben quién es Jesús, pero los seres humanos, por razón del libre albedrío, no lo saben, sino aquellos a quienes por designio del Padre, les sea revelado.  Solo a los seres humanos nos fue concedido por voluntad del Padre, el tener nosotros ese único poder de ser libres hasta para rebelarnos en contra de Dios, y ese poder está garantizado en la persona del diablo, que tienta a todos los seres  humanos, sin excepción, a rebelarnos en contra de Dios, diciendo que él se rebeló en contra de Dios, lo cual es mentira del diablo, cuyo fin es tratar de que nos engañemos con sus falacias
La creación del diablo, malo desde el principio, como padre de la mentira, es la garantía de Dios todopoderoso, para que los seres humanos tengamos libre albedrío, teniendo un ser diferente a Dios, creado por Dios, para que le proponga al ser humano lo que Dios no le propondría.  Es mentira que el diablo se rebeló en contra de Dios.  Mucho menos es verdad que se hizo rebelde, sin que Dios lo hubiera previsto, que lo hiciera en contra de la voluntad de Dios, después de haber sido creado por Dios, bueno y perfecto el diablo.  Es mentira del diablo, que el diablo sacó la tercera parte de las estrellas del Cielo, sin el previo conocimiento de Dios, sin su previa autorización, rebelión que en verdad fue autorizada por Dios, para que se cumpla estrictamente la voluntad de Dios, para que haya un ejército de ángeles que pongan a prueba a todos los seres humanos.  El Padre no pelea en contra del diablo, el Padre no odia al diablo, sino que por el contrario el Padre ama al diablo, pues el Padre a nadie odia, el Padre es amor.  El padre creó al diablo como el diablo ha sido siempre, por tanto no tiene cuando estar decepcionado del diablo.  El diablo no alcanza a hacerle daño al Padre, ni lo toca en lo más mínimo, ni daña una mínima parte de su esencia y de su poder.  El padre no pierde el control de todo.