LIBRO
IV
Los doce
apóstoles verdaderos
185. ¿Son
once, son doce, o son trece? Ese
poderoso engaño, de tratar de destruir el número sagrado de los doce
fundamentos del muro que rodea a la nueva Jerusalén, de tratar de violar las
doce piedras sagradas del efod de Dios, engaño destinado a probar a todas las
almas humanas sin excepción, fue avisado desde el antiguo testamento, como
símbolo de lo que sucedería en la nueva alianza. Por lo que está escrito que el número cerrado
y sagrado de las doce tribus, representadas por los doce hijos de Jacob
(Israel), que son las doce piedras del altar del templo y las doce piedras del
efod, ese sagrado y cerrado número doce fue atacado por el diablo, cuando puso
en algunos de ellos el designio de asesinar a su hermano, José. José no murió, pues se hubiera perdido su
descendencia, se hubiera roto el número sagrado de doce, predestinado desde la
fundación del mundo. Pero como José, realmente se perdió, al
volverse egipcio, Jacob le juró a José, que sus dos hijos, Efraín y Manasés,
heredarían cada uno media tribu, tomando su lugar, para que no se perdiera su
descendencia, ni su heredad entre los hijos de Israel. Por lo tanto, eran trece tribus, con las de
Efraín y Manasés, pero en realidad eran doce
Algo semejante sucedió con los doce apóstoles, que
son los doce hijos espirituales de Jesús, que son el nuevo pueblo de Israel, el
del Espíritu, el verdadero, el de la nueva alianza, la verdadera alianza. Sucedió entre los doce apóstoles, que uno de
ellos estaba predestinado a perderse, siendo judas, un siervo del diablo,
elegido por Dios para tal fin. Cuando
Jesús fue llevado al Cielo, para volver solamente hasta el día final, lo
primero que hicieron ellos once apóstoles, fue reunirse, e invocar al Espíritu
Santo, para que eligiera, entre dos que ellos habían seleccionado de entre
cientos de discípulos, que aparte de los doce, habían seguido a Jesús, desde el
principio de su ministerio, hasta el día que fue elevado al Cielo a la vista de
ellos, habiendo sido también, testigos de su resurrección, pues era
absolutamente necesario que todos los doce apóstoles verdaderos de Jesús fueran
testigos presenciales del ministerio y muerte de Jesús, hasta su resurrección y
su ascensión a los Cielos, según lo que los apóstoles verdaderos de Jesús
determinaron, con la autoridad total que el mismo Jesús, en vida, les había
conferido
El gran anticristo no pudo ni cumplir estos
requisitos necesarios para ser apóstol verdadero, ni pudo cambiarlos. No fue testigo del ministerio de Jesús en la
tierra, ni fue testigo de la muerte y de la resurrección de Jesús, ni fue
testigo de su ida al cielo, para volver solo el día final. Por eso, tenía que tratar de destruir el
número sagrado y cerrado, de los doce apóstoles
El Espíritu Santo, para volver a cerrar el número
sagrado de los doce apóstoles, de los
doce fundamentos de la nueva Jerusalén, eligió a Matías, lo eligió para
que ocupara el lugar que el gran anticristo Pablo trataría de usurpar años más
tarde, dejando cerrado para siempre, con la elección de Matías, el número sagrado
de los doce únicos, reyes y fundamentos,
para que nadie pudiera infiltrarse entre ellos
Los doce apóstoles verdaderos
de Jesús son irreemplazables. Nadie,
además de ellos doce, es apóstol verdadero de Jesús. Ni siquiera aquellos más de cien discípulos y
seguidores de Jesús, que fueron testigos de su ministerio y de su resurrección,
pueden ser llamados apóstoles. Matías
fue elegido de entre ese gran grupo de discípulos, seguidores de Jesús, pero
Jesús, a pesar de haberlos enviado a todos a predicar el reino de Dios, a pesar
de haber enviado a setenta y dos de sus discípulos de dos en dos, así y todo
solamente los doce pueden ser llamados apóstoles, nadie puede ser un treceavo
apóstol.
186. El doce costó la sangre de millones de seres
humanos. Fueron
muchos los siglos que tardó en formarse ese número sagrado. Fue mucha la sangre derramada a nivel
mundial, tanto de los israelitas, como de sus enemigos, para que ese número
sagrado del Padre, manchado de sangre por las falacias del diablo, que los
incitaba a asesinar personas en nombre del Dios de la vida, quedara grabado en
la historia de la humanidad. Fue
derramada la sangre de millones de seres humanos, según se lee en el antiguo
testamento, y en la historia de las guerras mundiales, donde se ha pretendido
borrar de la faz de la tierra el número sagrado de las doce tribus de Israel,
un rio de sangre humana con la que quedó escrito, imborrable, en la historia de
la humanidad, ese número sagrado y cerrado de las doce tribus de Israel, que
son las doce puertas de entrada a la nueva Jerusalén, que son las doce piedras
preciosas del pectoral del sumo sacerdote terrenal, llamadas por su nombre
propio piedra por piedra, pero que también son los doce cimientos del muro que
rodea y protege a la nueva Jerusalén, la Cuidad eterna, la ciudad de Dios, que
desciende del Cielo. Piedras preciosas
del pectoral y fundamentos del muro que son los doce apóstoles verdaderos de
Jesús. Durante miles de años murieron
millones de personas, para que ese número sagrado y cerrado, quedara grabado
con sangre indeleble en la historia de la humanidad.
187. Nadie además de Jesús, está por encima de los doce
apóstoles. Ni en
sabiduría, ni en autoridad, ni en gobierno, absolutamente nadie está por sobre
los doce apóstoles verdaderos de Jesús y nadie está a la par de ellos doce. Como dijo Jesús: yo en ellos y tú, Padre, en
mí, para que sean uno, así como nosotros somos uno, y vean mi gloria que tú me
diste. Nadie además de Jesús, entre
todos los seres humanos, puede poner la autoridad de sus palabras, por encima
de las palabras y enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús ni puede
decir que sus enseñanzas valen lo mismo que las de los doce apóstoles
verdaderos de Jesús. Nadie puede
burlarse de ellos doce, nadie puede desestimarlos a ellos doce, nadie puede
ignorarlos a ellos doce, si desea hallar la verdad total. Todo aquel que siga el fatal ejemplo del gran
anticristo Pablo, desestimando a los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pierde
el cristianismo verdadero, se extravía del sendero celestial. El
gran anticristo Pablo, en sus falaces enseñanzas ha dicho, por dos mil largos
años, de sí mismo, que él era un apóstol, que tenía una autoridad superior a la
de los doce apóstoles, y por aparte de los doce apóstoles, y que por lo tanto
él, tan grande y tan importante que era, no tenía que sujetarse para nada a los
doce apóstoles, aunque se sujetaba por voluntad propia, con lo cual parece que
acepta la autoridad de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero en realidad
estaba haciendo con esto, que los seres humanos creyeran que los doce son un
adorno, son inútiles, son inoperantes, son innecesarios. Esa es una de sus estrategias de engaño, para
probar a todos los habitantes de la Tierra
Nadie sobre la tierra ha
tenido, o ha recibido de parte de Dios, lo que a los doce apóstoles les fue
dado.
Entre esos doce, jamás ha sido hallado el gran anticristo Pablo. Ellos
doce recibieron las enseñanzas de Dios mismo, en persona, transformado en
hombre, manifestado para esos doce apóstoles, durante tres años seguidos, en
los cuales fue su único Maestro, y nadie además de ellos doce ha tenido ese
Maestro en esa forma, ni ha sido elegido por ese Maestro en esa forma, ni ha
sido llamado por ese Maestro, con el nombre de apóstol. Durante tres años El Maestro los protegió,
los sostuvo y les ayudó en todo. Antes de ver a Jesús nadie había visto a Dios
y nadie había hablado con Dios, según enseñó Jesús. Después de irse Jesús nadie ha visto a Dios y
nadie ha hablado con Dios. Por eso ellos
doce recibieron algo que a nadie, además de ellos fue dado.
188. Jesús no hizo su voluntad al elegir a esos
doce. Fue el
Padre, desde siempre, eternamente, el que ya sabía quiénes eran los doce
apóstoles verdaderos de Jesús. El Padre,
desde la eternidad, ya sabía que iba a suceder, con todos y con cada uno de
ellos doce, los únicos doce apóstoles verdaderos de Jesús. El Padre sabía de la infiltración del gran
anticristo Pablo y por eso fue que el mismo Padre dejó la señal del falso
apóstol, Judas Iscariote. El Padre se
tomó el trabajo de crear y presentar, en medio de la mismísima verdad, en medio
de su primera iglesia de sus doce apóstoles verdaderos, la elección del falso
apóstol, Judas, el cual al final fue removido y remplazado por el verdadero
apóstol, Matías, según la voluntad de Dios (Hechos 1: 15-26). Dando a entender, según la sabiduría divina,
que el gran anticristo Pablo, aunque autorizado desde el Cielo, para su misión
exterminadora, probadora, será removido de su puesto de usurpador, el día
señalado por Dios, al final de los tiempos, porque en verdad toda la humanidad
sabrá la verdad sobre la identidad del gran anticristo Pablo, solo al final de
los tiempos, como lo dijo el mismo gran anticristo Pablo en sus epístolas, que
al final todos seríamos transformados, que al final se manifestaría el misterio
de la iniquidad
Fue el Padre quien eligió a los
doce apóstoles verdaderos de Jesús, por eso fue que Jesús los llamó, para
cumplir en ellos doce la voluntad eterna del Padre. Entre los doce llamados no está el gran
anticristo Pablo, pues el gran anticristo Pablo no pertenece al número sagrado
de los doce apóstoles verdaderos de Jesús y definitivamente no es el treceavo
apóstol. “Nadie” es el nombre verdadero
del treceavo apóstol de Jesús, nadie puede serlo legítimamente. De nadie, de ningún ser humano, es el
privilegio de ser el treceavo apóstol verdadero de Jesús. Todo aquel que pretenda ser el treceavo y
todo aquel que pretenda ser apóstol, sin ser del número sagrado y cerrado de los doce apóstoles verdaderos de
Jesús, se hace anatema a los ojos de Dios, aunque a los ojos de los hombres su
impostura perdure por siglos.
189. Los doce apóstoles son eternos. Los doce apóstoles son los fundamentos del
muro que rodea a la nueva Jerusalén, que es eterna y viene del Cielo de parte
de Dios. Los doce apóstoles son las doce
piedras preciosas eternas, del efod eterno, del sumo sacerdote eterno. Estas doce piedras preciosas no son un simple
número de piedras preciosas indeterminadas, pues todas, una por una tiene un
nombre propio, igual que los doce apóstoles de Jesús tienen nombre
insustituible. Estos doce cimientos de
la nueva Jerusalén, los doce apóstoles, son inmutables, son eternos, descienden
del Cielo. Si la nueva Jerusalén es
eterna, los doce cimientos de su muro, son eternos, y esos cimientos eternos
son los doce apóstoles de Jesús, según dice el libro del apocalipsis. Si la nueva Jerusalén desciende del cielo de
parte de Dios, sus doce cimientos, los doce apóstoles, descienden con ella, del
cielo de parte de Dios. No son doce
seres humanos cualquieras, no son doce seres humanos aparecidos de la nada. Son doce reyes verdaderos, son doce piedras
preciosas en el pectoral de Dios, son doce seres especiales, son doce seres
elegidos por Dios, desde el principio de los tiempos, pero puestos en la Tierra
y presentados como pescadores y publicanos, igual que el Cristo fue presentado
como un carpintero. Ellos han sido
menospreciados, al igual que su Maestro celestial ha sido menospreciado, lo
cual fue previamente anunciado por Jesús que sucedería.
190.
Reconocer
a los doce viene del Cielo. Reconocer
a los doce apóstoles verdaderos de Jesús no es dado por la inteligencia
humana. Lo normal es que los seres
humanos los menosprecien, debido al velo sutil tejido por las falaces
enseñanzas del gran anticristo Pablo. El
que reconozca a los doce apóstoles en su justo valor, no es porque la carne ni
la sangre le haya revelado el valor sagrado
y eterno del número y de los
nombres de los doce apóstoles, sino porque el Espíritu Santo le está revelando
la verdad total y está pasando por encima de las enseñanzas falaces del gran
anticristo Pablo, que fue aquel que pretendió ser reconocido como el treceavo
apóstol, cuyas enseñanzas son muy difíciles de desestimar, por lo sutil de su
engaño y de su falacia. Si no se tienen,
no solamente el número, sino también el
nombre de uno por uno, de los doce apóstoles, si no se reconocen, uno por uno,
en su verdadero valor, se pierde Jesús, se pierde la legitimidad, se pierde la
entrada a la nueva Jerusalén. Se está en
poder de los engaños del gran anticristo Pablo
Todo ser humano que se haya
dejado engañar por las fuertes y sutiles seducciones de las falaces enseñanzas del
gran anticristo Pablo, menospreciará la altísima autoridad de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, no les dará su verdadero lugar de reyes con
trono, con corona, con autoridad y poder de juzgar en el cristianismo y creerá
que ellos no son únicos, sino que hay muchos más apóstoles mejores y más sabios
que esos doce apóstoles, y hará énfasis en que los doce apóstoles eran unos
humildes pescadores ignorantes, tal como los ha tratado por dos mil años el gran
anticristo Pablo.
191. Miles de millones han menospreciado a los
doce. Todo
esto debido a las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, que delante de
toda la humanidad, durante dos mil años, en sus escritos falaces, ha
despreciado a ellos doce, los ha ignorado, los ha enfrentado, los ha desafiado
y los ha regañado a ellos doce, como si no fueran los que son. Toda persona que lee el nuevo testamento, lee
el menosprecio brutal hacia los doce apóstoles verdaderos de Jesús, escrito en
varias partes de las vastas epístolas del gran anticristo Pablo. Pero toda esta campaña de desprestigio la
hizo muy sutilmente el anticristo, no la hizo muy abiertamente, para que no se
notara, sino solamente se viera cuando los seguidores del evangelio, estudiaran
a fondo las enseñanzas de Jesús. Los
lectores desprevenidos, que creen sin reservas en las tradiciones, que no se
atreven a cuestionar lo que viene en las tradiciones, no perciben que el gran
anticristo está enseñando a los demás seres humanos a irrespetar a los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, está induciendo a los seres humanos ingenuos, a
irrespetar las decisiones de Jesús. El gran
anticristo menospreció y pasó por alto de la autoridad de Jesús, al establecer
Jesús a los doce apóstoles
Ni los doce apóstoles en
grupo, ni uno solo de los doce, son cuestionables, no se les puede desacatar,
ellos doce y nadie además de ellos doce, son la esencia misma del cristianismo,
son la Iglesia primera, son la iglesia primitiva, la iglesia perfecta, la única
Iglesia que tuvo como Sacerdote, Ministro, Maestro y Pastor, a Jesús en cuerpo
y alma, por lo cual es perfecta sin importar los defectos humanos de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús. En ellos
doce y en nadie además de ellos doce, El Señor Jesús fundamentó su Iglesia.
192. Los doce apóstoles son doce reyes en verdad. El poder de todos y de cada uno de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús es único, nadie más lo puede tener, tienen una
autoridad absoluta en nombre de Jesús.
Son uno con Jesús, porque Jesús lo estableció así, Jesús los autorizó
así, pues su autoridad no procede de ser perfectos, o todo poderosos, sino de
haber sido autorizados por Jesús. De ahí
viene la palabra autoridad, de ser autorizado por el que tiene todo el poder en
el Cielo y en la Tierra. Y ese poder de
los doce apóstoles, esa autoridad, es infalible y es intransferible a otros
seres humanos, contrario a lo que desean hacernos creer los miles de millones
de equivocados y extraviados de la verdad total, que le creyeron a falsos
maestros, y dicen que ese poder y esa autoridad ha ido pasando, a través de las
generaciones, hasta el día de hoy, en los supuestos sucesores de algunos de los
doce apóstoles. Ellos doce han gobernado
la Iglesia verdadera de Jesús, desde hace dos mil años y jamás su poder, su
reinado, su autoridad se desvanecerá.
Ellos doce no están pintados en una pared, ni son adornos del
cristianismo, son verdaderos reyes y jueces de toda la humanidad, son los únicos
doce gobernadores de Jesús, nada más y nada menos.
193. Los doce apóstoles vieron a Jesús en cuerpo, no en
espíritu. Lo
vieron subir al Cielo, para no
volver más Jesús hasta el día del juicio final.
De los doce apóstoles se despidió Jesús, y ellos doce lo vieron subir al
Cielo, después de decirles que no volverá más, sino al final de los tiempos,
cuando venga con poder y majestad, a juzgar a toda la humanidad. El Señor Jesús subió al Cielo, a la vista de
ellos. Jesús se despidió de ellos y
luego no ha descendido, ni en cuerpo ni en espíritu, a hablar con otras
personas, o perseguidores, o profetas, para enviarlos por aparte a misiones
especiales, y después subir Jesús, otra vez al Cielo, sin que lo estuvieran
viendo sus doce apóstoles, su verdadera Iglesia. El Señor Jesús, no bajaría del Cielo, ni en
carne ni en espíritu, luego de haberse ido, en presencia de su Iglesia, de sus
doce, sin que ellos lo supieran o fueran informados por Él. ¿Qué importancia tiene esto? Es importante
recordarlo, porque el gran anticristo y muchos más seres humanos han dicho que
Jesús se les apareció, ya fuera en espíritu, o en carne, que habló con ellos, y
que les envió a alguna misión, por lo cual se sabe que mienten
Los doce no vieron el Espíritu de Jesús. Nadie
puede ver el espíritu de Jesús. El
Espíritu de Jesús es el Espíritu Santo.
Jesús no se aparece en espíritu, puesto
que Jesús es Dios transformado en carne, es el cordero, que fue degollado, y
por eso resucitó en carne, y así, degollado y resucitado, ha estado, está y
estará, por toda la eternidad, delante del trono de Dios, en medio de los
cuatro vivientes. De la Trinidad, Jesús
es el Hijo, Jesús es la carne. Jesús es
el cuerpo del Espíritu Santo, y a su vez el Espíritu Santo es el espíritu de
Jesús. La única forma de ver el cuerpo
del Espíritu Santo es viendo el cuerpo de Jesús, no hay otra forma de ver al
Espíritu Santo, sino viendo a Jesús.
Nadie puede ver al Espíritu Santo en cuerpo, sino es viendo a Jesús, a
quien vieron los doce apóstoles verdaderos de Jesús. El Espíritu Santo es enviado a los seres
humanos por su portador, que es Jesús, pero el Espíritu Santo no es visible. Por tanto, cuando el gran anticristo Pablo,
dice que vio a Jesús, luego de haberse ido Jesús al Cielo, miente, y cuando
dice que oyó y le habló a Jesús, también miente.
Los
dos falsos apóstoles infiltrados
Por lo tanto, el Padre le dio la orden a Jesús, de
infiltrar al primer apóstol falso, entre los verdaderos apóstoles de Jesús,
como una señal, como un símbolo del verdadero gran traidor, el falso apóstol
infiltrado en el número sagrado y
cerrado de los doce, el gran anticristo Pablo.
Como un anuncio de este otro hijo de perdición, que iba a infiltrarse,
por orden del diablo, pero contando con la previa autorización de Dios, también
entre los doce verdaderos apóstoles de Jesús, con el propósito de poner a
prueba las almas de todos los hijos de Dios, con el propósito de probar a todos
los cristianos
Judas, el primer traidor, igual que el gran
anticristo Pablo, que es el segundo traidor, estaban infiltrados los dos,
autorizados por Dios, sin ser de los doce verdaderos apóstoles de Jesús,
ninguno de los dos traidores. Ocupaba
Judas un alto cargo, entre el número los doce apóstoles llamados directamente
por Jesús, y por eso fue que nadie sospechó, que fuera precisamente Judas, el
que iba a ser el traidor, el hijo de la perdición, que Dios había puesto
infiltrado, camuflado, oculto, invisible, entre los doce apóstoles verdaderos
de Jesús, como símbolo del gran anticristo Pablo, que también, sin ser del
número de los doce, había de infiltrarse luego de la partida de Jesús, desde el
principio del cristianismo, para hacer la guerra espiritual a los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, desde adentro mismo de la Iglesia y desde la
dirección de la Iglesia, para vencerlos por un tiempo limitado, según el
designio y los tiempos previamente establecidos por Dios
Nadie se esperaba esa estrategia magistral de Dios,
de llamar a un traidor al grupo de los doce, sin ser de los doce, dejando sin
revelar el nombre del doceavo verdadero, el nombre de Matías, hasta después de
haberse ido Jesús. Así también con el supuesto
apóstol Pablo, nadie se esperará, por la altísima importancia del personaje,
que él sea el anticristo, el usurpador.
Nadie se esperaba una estrategia tan extraña de parte de Dios. En todos estos detalles, es semejante la
elección de Judas y la del gran anticristo Pablo. Van a decir algunos seres humanos que esta
estrategia es muy retorcida, pero no es verdad, porque Dios todo lo hace recto,
y nosotros hemos de poner voluntad y deseo de aprender sus designios, estar muy
atentos a sus señales, y seguir sus senderos estrechos
Cuando Jesús llamó a Judas
Iscariote, tanto el Padre, como Jesús ya sabían que ese llamado sería el sello
final de la condenación de Judas Iscariote.
Pero Jesús y el padre no dañaron a Judas Iscariote, sino que Judas
Iscariote ya era hijo de perdición, ya había elegido su propia perdición antes
de ser llamado, con sus obras, pues de no ser así, el Padre hubiese elegido a
otro que ya fuese hijo de perdición. Así
mismo el gran anticristo Pablo había elegido odiar al cristianismo y ser el
primer asesino de los apóstoles y seguidores de Jesús, antes de ser llamado por
el diablo, cuando, haciéndose pasar el diablo por Jesús, lo derribó el rayo
descendido del Cielo. Así mismo, al gran
anticristo Pablo no lo volvieron falaz, ni Jesús, ni el Padre, ya el gran
anticristo Pablo era el que era.
195. Judas Iscariote es señal celestial sobre el
anticristo. Judas
Iscariote y el gran anticristo Pablo, pretendieron ser del número sagrado de
los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero los dos, en verdad son hijos de
perdición. Judas, el primer hijo de
perdición, es una señal puesta por Dios y después removida, para que todos
aquellos que deseen hallar la verdad total, sepan que entre los doce apóstoles
verdaderos de Jesús, con la previa autorización de Dios Padre, se iba a
infiltrar un hijo de perdición, sin ser del número sagrado de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, se iba a infiltrar un falso apóstol, el gran
anticristo Pablo, para prueba de la fe de todos los seres humanos, pero al
igual que con judas Iscariote, cuando le llegue su tiempo habrá de ser
removido. El primer hijo de perdición
entre los doce apóstoles, Judas, llamado por Jesús y luego arrojado del número
de los doce, era una muestra y un aviso de parte del Padre, para que los
cristianos descubrieran la verdadera identidad secreta del gran anticristo Pablo,
el segundo hijo de perdición, infiltrado entre los doce apóstoles verdaderos de
Jesús, sin ser del número de los doce.
196.
Un
rayo venido del Cielo infiltró al falso apóstol. Cuando el gran anticristo Pablo
dijo que era Jesús el que había descendido del cielo, como un rayo y se le
había aparecido, para obligarlo por la fuerza, después de derribarlo y
enceguecerlo, sometiéndolo, forzándolo a dejar de ser perseguidor de los
cristianos, y convertir al gran anticristo Pablo en un líder cristiano, sin
respeto del libre albedrío del gran anticristo Pablo, era el diablo el que
había descendido del Cielo, como un rayo y además había descendido obrando
prodigios, según dijo Jesús que veía al diablo, no ascender del infierno, sino
descender poderoso, desde el Cielo, como un rayo. Por ese rayo, fue que Jesús dijo que veía a
Satanás descender desde el Cielo como un rayo (Lucas 10: 18), para avisarnos a los cristianos sobre
la suplantación que hizo el diablo de la persona de Jesús, autorizado desde el
Cielo, para probar a todos los seres humanos.
Suplantación que usó el diablo para darle vida al gran anticristo Pablo,
en la persona de uno de sus siervos, uno de los hijos de perdición, el
encarnizado perseguidor de los primeros cristianos, aquel que perseguía a
muerte a los doce apóstoles verdaderos de Jesús y a sus seguidores, aquel que
cuidaba complacido, los vestidos de los asesinos de Esteban, el diacono (Hechos
7:58 y 8:1)
Dijo Jesús que veía a satanás
como un rayo de luz para que los cristianos pudiéramos unir esa exclamación de
Jesús con el rayo que derribó y encegueció
al gran anticristo Pablo. ¿Qué
tal si Jesús no nos hubiera dejado esa señal celestial, cuando dijo esa frase
suelta, casi misteriosa, diciendo que veía a satanás descender desde el cielo
como un rayo? Se sobreentiende que el
diablo descendió del cielo autorizado por Dios (Job 1:6) (Job 2:7), para, con
su espíritu de engaño (1° de Reyes 22: 1-38), llevar al pueblo de Dios a la
cautividad de la Gran Babilonia, con las enseñanzas del falso profeta, que
siendo israelita, tenía también la ciudadanía romana. Se sobreentiende que todo esto sucedió por
designio de Dios, no contra la voluntad de Dios. Nada de lo que sucede sobre la faz de la
Tierra, sucede sin la previa autorización de Dios.
197. Ese rayo no le cayó a cualquier ser humano
inocente. El gran
anticristo Pablo se complacía profundamente en el exterminio y en el asesinato
de los cristianos (Hechos 8:3) (Hechos 9:1-2).
Un ser humano puede que no sea cristiano, o que crea que el cristianismo
esta errado, incluso puede ser que a un ser humano le disguste el cristianismo,
pero algo muy diferente, pero muy diferente, es ser las primicias del mal, ser
el primer y el más apasionado exterminador de cristianos, alguien que respiraba
odio hacia el cristianismo, eso es blasfemar contra el Espíritu Santo, puesto
que el cristianismo verdadero está guiado por el verdadero Espíritu Santo. Si la blasfemia contra el Espíritu Santo
jamás tendrá perdón, entonces es imposible que alguien que haya blasfemado de
esa manera contra el Espíritu Santo, sea siquiera un apóstol de Jesús, y menos,
que Jesús se haya tomado el trabajo de volver a la Tierra, a hablar con el gran
blasfemo de la bestia, ya perdido eternamente, para hacerlo el más grande de
los apóstoles de Jesús, contrario a lo que les había dicho a los doce
Ese rayo, no le cayó a
cualquier israelita, con ciudadanía romana, no le cayó a un ingenuo,
desorientado sobre la Tierra. Ese rayo
no le cayó a un ser humano común y corriente, a un inocente y desprevenido ser
humano, ese rayo le cayó justamente al que le podía caer, a un siervo del
diablo, a alguien que odiaba a muerte al cristianismo, por lo que también
odiaba a muerte a Cristo y odiaba a muerte al Espíritu Santo. Ese rayo de perdición le cayó al que
previamente había decidido ser el primer perseguidor y asesino de los
cristianos. A aquel que por dos mil años
ha escrito los nombres de blasfemia, en la frente de la ramera, que sentada
encima de la bestia, se embriaga con la sangre de los santos y de los mártires
de Jesús (Apocalipsis 17: 1-6), haciendo que los habitantes de la tierra se
extravíen y adoren sus enseñanzas humanas como si fueran palabras de Dios, lo
cual es la suprema blasfemia, usurpando el lugar de Dios, llegando a ser la
abominable desolación de las enseñanzas de un hombre, en el lugar sagrado de
las enseñanzas de Dios.
198. Jesús no entregó el cristianismo al enemigo del
Espíritu Santo. Jesús
no hubiera puesto al primer y mayor asesino de cristianos, al primer
perseguidor encarnizado de los doce apóstoles verdaderos, al exterminador, al
que los odiaba a muerte, con la misión del más importante cristiano de todos
los tiempos, como desde su puesto de usurpador, el gran anticristo Pablo hace
que lo vean hoy los cristianos de las naciones, engañados, miles de millones de
cristianos de todas las denominaciones y sectas, que cada que mencionan las
falaces enseñanzas, de las extensas epístolas del gran anticristo Pablo, dicen
que fue Dios mismo el que habló, y ante sus enseñanzas hacen tal reverencia,
como que están ante las mismísimas enseñanzas de Dios, menospreciando al
Mesías, al Cristo y blasfemando en contra del verdadero Espíritu Santo, sin
saberlo. En verdad se sigue cumpliendo
que el pueblo de Dios muere por falta de sabiduría
Jesús no hubiera obligado al gran
anticristo Pablo a seguirlo, Jesús no hubiera derribado y enceguecido al gran
anticristo Pablo, para obligarlo, quisiera o no quisiera, a decidir convertirse
en cristiano. Los cristianos que en
verdad conocen a Dios, los que son de la verdad, los que fueron liberados por
las verdades de Jesús, saben bien que jamás Jesús obliga a un hombre a salvarse
o a trabajar para Él, jamás. Jesús
respeta la libertad de todo ser humano, porque Jesús nos libera. Jesús justamente es todo lo contrario de lo
que era ese rayo diabólico, probador de toda la humanidad, visto por Jesús,
descendido desde el mismo Cielo, pues Jesús es la libertad.
199. El Espíritu Santo a nadie ha derribado o
enceguecido. Jesús no
derribó al gran anticristo Pablo. El
espíritu que derriba a las personas, es el espíritu del gran anticristo Pablo. El espíritu que hace que las personas pierdan
la luz de sus ojos, al perder la conciencia, el espíritu que los enceguece
momentáneamente, el espíritu que hace que las personas pierdan la fuerza, que
pierdan la energía, que caigan sin control al piso, ese es el mismo espíritu
falaz que cayó sobre el gran anticristo Pablo, lo derribó y lo encegueció, es
el espíritu del gran anticristo Pablo.
Es un espíritu que quita, que tumba, que derriba. Pero el verdadero Espíritu Santo da luz,
ilumina la visión, da vida, da fortaleza, da control de sí mismo al ser humano,
nada quita al cristiano, el cual no pierde las fuerzas, ni pierde la
conciencia, derribado en el piso, sino todo lo contrario. ¿Por qué ingenuamente reciben a cualquier
espíritu como venido de parte de Dios?
«Escudriñad los espíritus, a ver si de verdad son de Dios, porque muchos
falsos espíritus han salido a escena en el mundo» enseñaba Juan, el apóstol
preferido de Jesús, desde el siglo primero
Los seres humanos temerán
llamar falso apóstol al anticristo. Por
estar extraviados de la verdad, por no conocer las enseñanzas de Jesús, temerán
diferenciar el falso espíritu, que no podemos llamar Espíritu santo, que les
trae el falso profeta, el falso apóstol, hacedor de prodigios, milagros y
profecías, el falso espíritu que les trae el gran anticristo Pablo. Lo que más temían que era blasfemar en contra
del Espíritu Santo y por eso no se atrevían a diferenciar los espíritus, eso es
lo que les vino, la condenación, por recibir el espíritu falaz, y en ello,
blasfemar del verdadero Espíritu Santo.
200. Una blasfemia real contra el Espíritu Santo. Quien reciba al gran
anticristo Pablo, como un apóstol de Jesús, como uno de los gobernadores de Jesús, como un profeta
verdadero de Dios, y quien diga que las enseñanzas del gran anticristo Pablo
son palabras de Dios, son un quinto evangelio, blasfema en contra del verdadero
Espíritu Santo. Cuando alguien en verdad
tiene el espíritu de Dios, no duda ni un instante en llamar verdadero a lo
verdadero y falso a lo falso. Al pan lo
llama pan, y al vino lo llama vino, por tanto, jamás llamará palabra de Dios, a
simples palabras y opiniones de hombres.
Si el cristiano recibe las enseñanzas del gran anticristo Pablo, como
simples palabras de un ser humano, sujeto a errores y pasiones, como todos
nosotros, puede ver en el gran anticristo Pablo a un ser humano grande en
inteligencia y un ser humano grande en sabiduría, con bastantes enseñanzas
verdaderas. Verlo así no le hace daño al
creyente; es más, puede disfrutar de las grandes verdades que le fueron
reveladas a ese ser humano. Pero si un
creyente cree que todas las enseñanzas de ese profeta son palabras de Dios,
entonces ese profeta es un anticristo, como Pablo, es un usurpador, un
idólatra, por obvias razones condenado al fuego de la gehena.
201.
El
puesto del treceavo apóstol eternamente es para nadie. A los doce apóstoles los
eligió el Padre, no los eligió Jesús. Jesús
hacía lo que el padre le decía. Los doce apóstoles terminaron siendo los doce
seres humanos más cultos que jamás ha habido y que jamás habrá sobre la faz de
la Tierra, puesto que nadie además de ellos doce recibió de Jesús esas
enseñanzas unidas a esa autoridad que Jesús les dio. Nadie puede ser el treceavo apóstol. Nadie es tan importante. A nadie eligió Jesús, desde la eternidad,
como su treceavo apóstol. El puesto del
treceavo apóstol, por lo tanto, ha estado reservado, desde la eternidad, para para
nadie, es decir, está reservado para todo aquel que se niegue de verdad a sí
mismo, y al negarse llegue a ser nadie.
Ese ha sido, es y será el treceavo apóstol, nadie. Todo aquel que se niegue de verdad a sí
mismo, todo aquel que de verdad crucifique su carne, sus deseos, de acuerdo a
las enseñanzas de Jesús, como ya no es alguien, es nadie. Para ese ser humano, para el que se niegue,
para el que crucifique su carne y sus deseos, para el que sea nadie, Jesús ha
dejado este honor y este tesoro de ser el treceavo apóstol, de ser uno con los
doce, con Jesús y con el Padre
Llegará el día en que millones
de seres humanos, se nieguen de verdad a sí mismos, y entonces tomen su cruz y
claven en ella su propia carne y sus deseos.
Por fin ocuparán la Tierra personas que se nieguen de verdad, personas
que le crean a Jesús y a sus doce apóstoles verdaderos, y cumplan de verdad la
voluntad del Padre, de negarse a sí mismos, como sí se negaron Jesús y sus doce
apóstoles, que eran uno con Jesús y con el padre por su negación. Negación que no pudo tener el gran anticristo
Pablo, pues tenía que afirmarse a sí mismo, para probar y tratar de extraviar a
los cristianos, enseñándoles a afirmarse a sí mismos, enseñándoles a hacer la
caridad en público y hasta pregonarla, enseñando a los cristianos a hablar
mucho de sí mismos. Pero por muchos que
sean todos juntos los que sí se nieguen a sí mismos de verdad, según enseñó
Jesús, y no se nieguen aparentemente, como enseñó el anticristo, por muchos que
sean, los que sí se nieguen a sí mismos de verdad, siempre todos juntos serán
nadie, como Jesús y los doce verdaderos
eran nadie. Por lo tanto el puesto del treceavo apóstol por siempre y para
siempre, será para nadie.
202.
Si
Jesús hubiera llamado al falso apóstol. Todo
sería perfecto, todo sería verdadero en el gran anticristo Pablo, si Jesús
hubiera llamado a su grupo cerrado de apóstoles al gran anticristo Pablo,
cuando Jesús y el gran anticristo Pablo estaban en la Tierra, compartiendo el
mismo sol y la misma Tierra en Jerusalén, pero no lo hizo, pues vivían senderos
muy diferentes. Si el Señor hubiera
deseado que alguna persona en especial, contemporánea de Jesús, casi de su
misma edad, además de los doce apóstoles, fuera su apóstol, lo hubiera llamado,
estando El, Jesús, en la Tierra, le hubiera enseñado personalmente, lo hubiera
presentado a sus representantes, los doce apóstoles, y lo hubiera revestido de
autoridad delante de ellos, y ellos, los doce apóstoles, lo hubieran presentado
al mundo como el treceavo
Más hubiera hecho así Jesús, presentándolo a los
doce, si se trataba de un enemigo al que según Pablo, le constituyó
supuestamente Jesús como su apóstol, por aparte y por sobre la autoridad de los
doce apóstoles. Entonces ese tal
supuesto apóstol no hubiera tenido que pasarse su vida dando testimonio de sí
mismo, como las escrituras dan cuenta de ese hablar y testificar de sí mismo,
del anticristo, por lo que su testimonio no es verdadero, porque Jesús enseñó a
estar alerta sabiendo, que el que de sí mismo da testimonio, no es veraz sino
que busca su propia gloria, pero el que busca la gloria del que lo envió, ese
es veraz y no hay en él injusticia. Para
el buen entendedor pocas palabras bastan, y los detalles son los que hacen las
diferencias, y están esos detalles ocultos a los que decidieron ser seguidores
y adoradores de las enseñanzas del gran anticristo Pablo
El Señor nombró a sus doce representantes y no les
iba a quitar esa autoridad luego, desautorizándolos delante de un perseguidor
de cristianos, que lo que deseaba era asesinarlos a ellos, y si no lo podía
hacer, matándolos en la carne, entonces deseaba vencerlos en el espíritu,
dividiendo su número, destruyendo su número sagrado y cerrado y
desprestigiándolos. Ellos doce estaban
dando su vida, ellos estaban poniendo la cara por el cristianismo, con valor,
delante de los perseguidores, delante de ese, el mayor perseguidor, siervo de
Satanás, el gran anticristo Pablo. El Señor
no los iba a desautorizar
Si el Señor hubiera deseado que alguna persona
fuera su apóstol, lo hubiera presentado entonces como reemplazo de Judas
Iscariote, y no tendría desde la eternidad a Matías en el número cerrado y
sagrado de sus doce apóstoles verdaderos, aunque su elegido fuera muy
perseguidor, aunque fuera muy fariseo y a la vez fuera un ciudadano romano,
reuniendo en sí mismo las dos señales de los antagonistas de Jesús, ser fariseo
y ser Romano. Pero aunque fuera muy
enemigo, si el Padre se lo hubiera señalado a Jesús, para que lo llamara al
grupo sagrado de los doce, Jesús lo hubiera llamado, y ese personaje hubiera
obedecido al llamado de Dios
Muchos dirán que el gran
anticristo Pablo, según dice la escritura, era muy joven cuando Jesús llamó a
sus doce apóstoles, pero sabemos que Marcos, el evangelista también era joven,
además de ser de los seguidores de Jesús y no se atrevió a autodenominarse
apóstol. Si el Padre hubiera, en su
voluntad deseado que el gran anticristo Pablo fuera del sagrado número de los
doce apóstoles verdaderos de Jesús, el problema de la juventud no sería
problema alguno para aquel Dios que es todo poderoso, sencillamente el gran
anticristo Pablo, hubiera tenido la edad necesaria, si el Padre hubiera deseado
tenerlo entre los doce.
203. El falso apóstol fue mártir en Roma, como lo fue
Pedro. En su
estrategia más poderosa, más sutil y más elaborada, tenemos un gran anticristo Pablo,
un falso profeta, un falso apóstol mártir en Roma, por el nombre de Jesús. Si no tiene toda esta preparación y toda esta
presentación el gran anticristo Pablo, no lograría engañar por dos mil años
a tantos miles de millones de seres
humanos. Es que se trata, durante dos
mil años, nada más y nada menos, que de todas las naciones, llenas de mentes
preparadas e inteligentes, pero extraviadas, desviadas del cristianismo con
falacias sutiles y con grandes prodigios, con grandes señales y con grandes
milagros. Engañados por dos mil años, y
nadie parece darse cuenta, exceptuando un resto de rebeldes a esa impostura
descomunal, exceptuando entonces a los elegidos, a los portadores de la verdad
total, los cuales, por obediencia a esa verdad total, han guardado un silencio
ordenado desde el trono mismo de Dios, un silencio sagrado, un silencio
celestial, un silencio divino, por dos mil largos años, mientras pasa el tiempo
de la prueba para las naciones.
204. Desde el primer siglo se formó la niebla. Desde el primer siglo se
tendió el velo de oscuridad del falso apóstol sobre las naciones. Algunos de los doce apóstoles verdaderos de
Jesús, advirtieron repetidas veces en sus escritos, que el anticristo, sin ser
de los doce apóstoles verdaderos, salió de entre los doce, y que esto sucedió
para que se manifestase que no todos son de los verdaderos, puesto que el gran
anticristo Pablo, disfrazado de apóstol, engañó a la inmensa mayoría de los
gentiles que se convirtieron al cristianismo, diciéndoles que el supuesto gran
anticristo vendría, se manifestaría solo al final de los tiempos. Falacia que las naciones le creyeron al gran
anticristo Pablo, dejando de lado advertencias de Jesús y de sus apóstoles
verdaderos, entre ellos Juan, su apóstol preferido, que dijo que sabían que el gran
anticristo estaba, haciendo su ministerio de iniquidad en la Tierra, desde el
primer siglo
Durante dos mil años y hasta el día del juicio de
Dios sobre las naciones, el gran anticristo Pablo ha estado y estará
extraviando a las naciones, interponiéndose entre Jesús, con sus doce apóstoles
verdaderos de un lado, y las naciones del otro lado. El gran anticristo Pablo ha sido adorado, el gran
anticristo Pablo ha sido elevado a los altares, sus palabras son para las
naciones, palabras de Dios. Valen lo
mismo las palabras del gran anticristo Pablo, que las palabras de Jesús, para
las naciones, que al adorarlo, porque adoran sus palabras como si fueran de Dios,
han sido y serán idólatras
Esa Roma del gran anticristo Pablo,
donde las tinieblas espirituales tienen
secuestrada a la verdad de Jesús, es la madre de las rameras y de las
abominaciones de la Tierra, esa Roma del gran anticristo Pablo, que con sus rituales
y sus hechicerías extravió a todas las naciones, extravió a los cristianos de
todas las denominaciones que surgieron de Roma.
Todos los que creyeron haber salido de Roma, que es la Gran Babilonia,
siguieron en manos de las enseñanzas del gran anticristo Pablo, en realidad no
han salido de Babilonia, siguen secuestrados, siguen cautivos.
205. ¿Por qué al falso apóstol no lo mató el Espíritu
Santo? Pudo
haberle pasado al falso apóstol Pablo, lo mismo que le sucedió a Ananías y a
Safira, cuando trataron de engañar al Espíritu Santo, que perdieron de
inmediato la vida, en presencia de Pedro en presencia de los cristianos, y
fueron puestos como escarnio público.
Pero en realidad el gran anticristo Pablo no era un cristiano seguidor
de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, sino por el contrario, era el primer
anticristo, el más ardoroso asesino de los cristianos, el estandarte de todos
los que odiaban al Espíritu Santo. Por
lo que el gran anticristo Pablo no recibió al Espíritu Santo, sino al diablo
que descendía del cielo autorizado para engañarlo, para obligarlo contra su
voluntad a convertirse en cristiano, o si no lo dejaría ciego, violando el
libre albedrío del gran anticristo Pablo.
El gran anticristo Pablo estaba tirado en el piso, derribado por un
poderoso rayo que lo obligaba a ser cristiano, eso que el gran anticristo Pablo
tanto odiaba, pero por coacción fue obligado.
Algo que Jesús jamás haría a ser humano alguno. Por eso es que al gran anticristo Pablo no le
sucedió lo mismo que a Ananías y Safira.
206.
Los
doce dejaron que el falso apóstol se infiltrara. Dejaron que se infiltrara a
sabiendas, de que al final solo se cumpliría la voluntad de Dios, ni más ni
menos, y que ninguno que fuera de la verdad, se engañaría a sí mismo con las
estrategias del gran anticristo Pablo.
Es imposible que un ser humano que sea de la verdad sea engañado, no
importa cuántos sean los engaños y no importa que tan sutiles sean los engaños,
y no importa que tan graves, o tan grandes sean los engaños. Tampoco importa en lo más mínimo que tan
antiguos sean los engaños. Todo aquel
que es de la verdad oye la voz de Jesús y la voz de nadie, además de la voz de Jesús. ¿Entonces por qué aquel que sea de la verdad
debe oír la voz de los doce apóstoles si debe oír la voz de nadie además de la
de Jesús? Porque la voz de Jesús dice
que ellos son uno con El y con el Padre y que lo que ellos doce digan en la
Tierra es ley en el reino de los Cielos, pues ellos doce fueron la Iglesia
fundada directamente por Jesús y son sus doce únicos representantes
El gran anticristo Pablo fue sutil en sus engaños y
ellos doce fueron igual de sutiles para señalar las diferencias. Se trata de una batalla de altura espiritual
y de profundidad espiritual. El gran
anticristo no iba a engañar sino a los que estaban destinados para ser
engañados, es decir, casi toda la humanidad, puesto que a los que fueran de
Jesús, nadie era capaz de engañarlos, nadie podía engañarlos. Pero esta verdad de que nadie puede engañar a
los elegidos, a los que eligieron la verdad, a los que son de la verdad,
solamente la entienden los elegidos, los que sí son de la verdad. Los que no son de la verdad, se creen el muy
popular engaño, de que a los que son de la verdad los pueden extraviar también
el diablo y el gran anticristo Pablo, se oye decir que a los elegidos los
engañará el diablo por un tiempo, lo cual es totalmente absurdo
Para los doce apóstoles y para
los hijos de la verdad, el gran anticristo nada puede hacer en su contra,
absolutamente nada; y por eso es innecesario sacarlo de la Iglesia, en la cual
ocupa el muy necesario puesto de acusador y de probador. El gran anticristo Pablo tiene poder
solamente en los que no son hijos de la verdad, es decir otra vez, tiene poder
de extraviar a casi toda la humanidad.
Toda alma será probada a ver si no es de la verdad. Esta es la razón por la cual ha habido tan
grave y profundo silencio por dos mil años, de parte de los verdaderos siervos
de Dios, que conocían una verdad tan profunda, una verdad tan peligrosa y una
verdad tan importante, como es la verdadera identidad secreta del gran
anticristo Pablo. Un silencio sagrado de
dos mil años. Una prueba a todo ser
humano por dos mil años. Van dos mil
años y han sido masacradas miles de millones de almas humanas, que han sido
ejecutadas en silencio por los probadores.
207. Pocos conocerán la identidad secreta del falso
apóstol. Igual
que solamente Juan y Pedro, en la última cena con Jesús, conocieron la
identidad secreta del primer falso apóstol, la verdadera identidad secreta de
Judas Iscariote, siervo del diablo, así mismo una minoría de los cristianos de
toda la tierra sabrán la verdadera identidad secreta del gran anticristo Pablo,
el segundo falso apóstol, el falso profeta que hace señales y prodigios delante
de la bestia, con los cuales extravía a los moradores de la tierra
Desde antes de consumarse la
entrega, la traición, en el huerto de los olivos, Juan y Pedro supieron que se
trataba de Judas el que había de traicionar a Jesús, pero guardaron silencio y
respetaron el secreto que Jesús les había permitido conocer antes de la
traición, así también, una minoría de los cristianos, conocerán la resolución
del misterio del gran anticristo Pablo, el segundo traidor, y su identidad
secreta, mucho antes de que sea manifestado, desenmascarado a las naciones, al
final de los tiempos, pero igual será un secreto a voces entre los que saben.
208. Al final de los tiempos todos sabrán la
verdad. Solo
al final de los tiempos, todos los habitantes de la Tierra enmudecerán, por la
sorpresa y por el temor de ver como se engañaron a sí mismos, cuando seguían en
pos de un simple ser humano, del cual dijeron que sus palabras eran de Dios,
haciendo idólatras a todos sus seguidores, hijos de la gehena del fuego,
iguales que él, todos unos anticristos como Pablo. Ese mismo gran anticristo Pablo, predijo de
sí mismo, que en un instante seríamos todos trasformados por la verdad, cuando
eso es lo que sucederá, en el instante que sea revelada la verdadera identidad
secreta del gran anticristo Pablo.
Entonces, al final de los tiempos, el día del juicio final, el día de
las bodas del cordero, cuando sea revelado el misterio de la iniquidad, cuando
sea removida la máscara del gran anticristo Pablo, cuando puedan ver al que
siempre estuvo invisible a sus ojos engañados, muchos de los que todo el tiempo
fueron respetados como amigos del cristianismo, y muchos de los que aparentemente eran dirigentes del cristianismo,
se verán realmente como enemigos del cristianismo, como saboteadores del
cristianismo, como saqueadores del cristianismo, no que lo hicieran a
sabiendas, sino que engañados, trabajaron para el diablo y su hijo el gran anticristo Pablo. A todos ellos Jesús les va a decir que no los
conoce, que se aparten de Él, obradores de iniquidad, muy a pesar de que hayan
hecho muchos y muy grandes milagros, señales y profecías en su nombre.
Pedro
más Juan
Hay dos estrategias complementarias,
Tanto en el mal, como en el
bien.
209. Jesús estableció preferencias entre los doce. Jesús estableció, adentro de
su Iglesia personal, adentro de su primera Iglesia, adentro de la Iglesia de
sus doce apóstoles verdaderos, a un pequeño grupo de tres apóstoles, llamados
Pedro, Santiago y Juan, a los cuales dio más informaciones, y les reveló
situaciones de las cuales les prohibió hablar a ellos tres, hasta que Jesús no
se hubiera ido a su Reino, según se halla en los evangelios. Por ejemplo, el día que Jesús se transfiguró
delante de ellos tres, se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con
Jesús. Jesús le advirtió a Pedro, a
Santiago y a Juan, que a nadie le revelaran lo que habían visto y oído, en la
trasfiguración «hasta que el hijo del hombre hubiera resucitado de entre los
muertos». Era una revelación de la más alta importancia, una revelación que
influye en muchos temas del verdadero cristianismo, del cristianismo no
adulterado por las enseñanzas falaces del gran anticristo Pablo, el falso
apóstol, el falso profeta. También el día
de la última cena, Jesús le reveló a Juan y por su intermedio a Pedro, la
identidad secreta del traidor, cuando todos los demás, entre los doce, creyeron
que Jesús había enviado a Judas Iscariote, a que preparara la pascua, o a que
comprara algunos víveres. Esto debido a
que Judas, era muy importante entre los doce, pues Judas era el tesorero de
Jesús, el que administraba los bienes de Jesús, aunque era un hijo de
perdición, siervo del diablo, destinado a perderse, ninguno pensaba que el
traidor sería ese tan importante en el grupo de los doce. Al establecer preferencias, responsabilidades
y misiones especiales, en Pedro, Santiago
y Juan, Jesús no hace injusticia, por ninguna razón se debe presuponer
que los doce todos iban a tener las mismas responsabilidades y la misma
revelación.
210. El paso de los siglos revela dos apóstoles
principales. El paso de
los siglos sobre la iglesia de Jesús, ha dejado al descubierto que Pedro y
Juan, representan dos etapas en El cristianismo, dos estrategias
complementarias. El Espíritu Santo, con
el paso de los siglos, deja ver dos estrategias definidas, dos estrategias
secretas de gobierno de parte de Jesús.
Dos estrategias celestiales para que los seguidores de Jesús, al
entender las dos estrategias, puedan salir vencedores, cuando sean asaltados y
atacados en su fe, por las dos estrategias secretas, también complementarias,
estrategias de guerra, que tiene el mal,
que son los engaños del diablo y los engaños de su hijo, el gran anticristo Pablo,
siendo que ellos dos se confirman y se apoyan en sus falacias el uno al otro,
tanto el diablo, como su hijo, el gran anticristo Pablo
Si Jesús reconoció, en medio de los doce, el amor
tan fuerte que Pedro le profesaba, como aquel que más había amado a su Maestro
(Juan 21: 15), es para que todos nosotros lo tuviéramos bien en cuenta, para no
creerle al gran anticristo Pablo, el falso apóstol, cuando en sus epístolas iba
a pisotear la autoridad de Pedro y la gran sabiduría de Pedro, que fue el
primero que le fue dado saber que Jesús era, no un profeta más, sino el
mismísimo Dios Padre, en medio de los seres humanos, andando sobre la Tierra,
compartiendo con los hombres. El amor es
sabiduría pura, por eso, según Jesús, Pedro que era el que más amaba a Jesús,
obviamente estaba inspirado de una alta sabiduría en lo referente al reino de
los Cielos
Si para Jesús, Juan era su preferido, eso no era un
adorno, eso no era un capricho, sino todo lo contrario, era una señal de la más
alta importancia, pues para los verdaderos seguidores de Jesús, las enseñanzas
de Juan son las preferidas, para eso hizo Jesús esta señal. Para que todos los seguidores del sendero de
la verdad, vean primero las enseñanzas y escritos de Juan, para que Juan sea el
preferido de los buscadores de la verdad
Estas informaciones de amores,
lealtades, solidaridades y preferencias, entre Pedro, Jesús y Juan, no son
detalles sin importancia, son
decisiones trascendentales de Jesús, que definen la autoridad y sus respectivas
misiones, de Pedro y de Juan entre los doce apóstoles verdaderos de Jesús. Estas referencias no son tenidas en cuenta
entre las naciones, porque las naciones han estado engañadas, han estado
extraviadas, han estado seducidas, por las enseñanzas falaces del gran
anticristo Pablo, al cual le fue dado
hacer la guerra a los santos, a los doce apóstoles verdaderos de Jesús,
y vencerlos, en las almas y en los corazones de los seres humanos, que
engañados, los menosprecian.
211. Pedro es formador de las bases y Juan es
constructor. Pedro
es el formador de la piedra de base en las naciones (Mateo 16: 18), y Juan es
el constructor del templo. A Juan el
ángel le dio una caña de medir, para levantar el templo de Jerusalén, que
estaba destruido (Apocalipsis 10:11 a 11:3).
El templo de la Jerusalén espiritual, que es las enseñanzas sagradas de
Jesús, más la enseñanzas de sus doce apóstoles verdaderos, está destruido por
la cautividad de esa verdad en Babilonia, pisoteado y traspasado por los
engaños y las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, que era fariseo y
tenía la ciudadanía romana. Les fue dado
al gran anticristo Pablo y a Roma, en un solo hombre, con doble identidad de
fariseo y romano, hacerles la guerra espiritual a los santos, a los doce
apóstoles verdaderos de Jesús y vencerlos, llevándolos secuestrados en
espíritu, extraviando al pueblo de Dios, con sus falacias, con su sacrificio y
con los prodigios que le fue dado hacer delante de la bestia, durante estos dos
milenios. Le fue dado llevarlos
cautivos, incluyendo a Pedro, mientras el imperio romano espiritual se extiende
por todo el mundo, con la verdad de Jesús como su rehén, atada con los lazos
sutiles de las falaces enseñanzas del césar romano, el gran anticristo Pablo.
212. Hombres de piedra, más aliento de vida. Hoy hay sobre la tierra hombres
de piedra, hombres de Pedro, hay muñecos de barro. Igual que con la creación del primer hijo de
Dios en el paraíso, fue formado primero de un muñeco de barro y luego el Señor
le infundió aliento de vida, así entre los hijos de Dios, los hijos de Jesús,
hoy hay hombres con un corazón de piedra, esperando el aliento de vida, que es
las palabras que habló Jesús, cuando por fin sean recibidas sin añadirles
palabras de hombres. Pedro es cuerpo sin
vida, es cuerpo de piedra. Por eso en
Roma se ven grandes monumentos de estatuas de piedra, eso no es casualidad,
sino todo lo contrario, es coincidencia, porque coincide con su propia
esencia. Hoy Roma está poblada de
estatuas de piedra, sin corazón, sin vida.
El Señor Jesús en su estrategia doble, tiene a un Pedro que es el cuerpo
de los Hijos de Dios, y tiene a un Juan, que es espíritu, es águilas, Juan es
palabras del Hijo de Dios, Juan es palabras de Jesús, Juan es conocer a Jesús
en la totalidad de sus enseñanzas, sin mezclas de enseñanzas humanas
Sobre la piedra que es Pedro,
Juan mide el templo. En la doble estrategia del Espíritu
Santo, Juan se levanta sobre Pedro, sobre la piedra de base, que ha formado
Pedro durante dos mil años, Juan se levanta con el verbo de Dios completo,
entero, con la verdad total, con las enseñanzas de Jesús, completas, que incluyen las enseñanzas
de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, pero sin las enseñanzas humanas, sin
las enseñanzas unas acertadas y otras falaces, del gran anticristo Pablo. No se levanta Juan contra la piedra, no se
levanta Juan contra Pedro, Juan se levanta para tomar las medidas del templo y
erigir las columnas del templo. Juan se
levanta sobre la piedra, pero deja de lado el atrio exterior del templo, que
fue entregado a las naciones, que fue entregado al imperio romano espiritual,
que fue pisoteado por las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, que ha
sido pisoteado por dos mil largos años por las naciones enceguecidas, que
hollarán la ciudad santa, que es la verdad de Jesús, la hollarán mientras pasan
los tiempos de las naciones (Apocalipsis 11:2).
213. Dos etapas en Dios y en el hombre. Jesús es la carne y su Espíritu es el
Espíritu Santo, los dos son Dios y son las dos etapas de la revelación de Dios,
vivientes al tiempo en un solo ser, en el Cristo. Dios Padre se da a conocer de los seres
humanos enviando a Jesús y enviando luego al Espíritu Santo, en nombre de
Jesús. Por eso fue que Jesús, al ser
bautizado, se posó sobre Él el Espíritu Santo, solo en ese momento, para luego
irse al desierto a ayunar cuarenta días
Dios creó al hombre en dos momentos, semejantes al
hijo y al Espíritu Santo. Por eso dice
la escritura que Dios primero formó un muñeco de barro y luego le infundió el espíritu de vida y lo
llamó hombre. También todo ser humano se
forma en dos etapas, primero nace un cuerpo humano que siente, como sienten los
animales, pero a los meses, ese ser recibe el lenguaje, y al hablar y pensar
con el lenguaje, el ser tiene conciencia de su existencia. También por eso el hombre nace de mujer, pero
luego debe nacer del espíritu. Siempre se ve una constante de creación
en dos etapas, en lo humano y en lo divino
Dios determinó esas dos etapas del desarrollo
humano, estas dos etapas tienen semejanza con la dentadura, que es por donde el
cuerpo se alimenta y a la vez por donde las palabras salen, por lo que parece
ser que toda la vida reside en la boca del ser humano. A todo ser humano primero le da Dios una
dentadura pequeña, provisional, mientras crece y se desarrolla su cuerpo, y
cuando ya está preparado su cuerpo, esa dentadura se cae sola y es reemplazada
por una nueva dentadura, permanente, fuerte y acorde con su cuerpo desarrollado
Así mismo a Pedro le dijo Jesús que lo seguiría muy
pronto, pero también al mismo Pedro, le dijo Jesús que Juan permanecería hasta
su venida. Pedro es provisional,
mientras crece la Iglesia, mientras es atacada por el gran anticristo Pablo y
sus semejantes, que la convierten en una ramera idólatra, en una iglesia de
hombres lobos que aúllan su adoración a las palabras de un hombre, la iglesia que
se deja llevar en pos de las enseñanzas de seres humanos, como si fueran
palabras de Dios
Pero luego, al amanecer del
tercer día, que es el amanecer del tercer milenio, viene Juan, que es la
madurez de la Iglesia, cuando la iglesia deja de ser ramera, deja de
prostituirse en pos de las enseñanzas de hombres, deja de creer que los grandes
hombres pueden hablar palabras de Dios.
Con Juan la Iglesia es fuerte, no hay falsos apóstoles, como el gran
anticristo Pablo, infiltrados en la Iglesia, que la puedan extraviar, porque ya
los cristianos no le añaden palabras humanas, a las palabras de Jesús y sus
doce apóstoles verdaderos. A nadie
además de Jesús adoran los de la Iglesia del milenio. El periodo de los engaños del Diablo y los
engaños del gran anticristo Pablo, se da mientras la Iglesia es niña, con
Pedro, cuando la iglesia está sujeta a los extravíos de los maestros de la
palabra, pero durante el milenio de Juan, ni el diablo ni el gran anticristo Pablo
tienen poder, entre los que sean tenidos por dignos de vivir en el milenio. Ha llegado el reino y la autoridad del Señor a la tierra, para
reinar sin imponerse durante mil años.
214. Pedro y Juan representan las dos alianzas. Hay un pueblo de Israel de la
carne y un pueblo de Israel de espíritu. Dios Padre previó dos alianzas en el pueblo de
Dios. Primero formó su pueblo de carne,
el pueblo de Israel, que son los descendientes de las doce tribus de Jacob, que
es Israel, cuando su alianza estaba grabada en su carne con cuchillos de
piedra, cuando la ley de Dios estaba grabada en Piedras, y fue grabada dos
veces, porque Moisés tuvo que subir dos veces al monte para recibir la ley
escrita en dos tablas de piedra, mas Dios luego formó su pueblo del espíritu, con
su alianza grabada en los corazones, el Israel espiritual, que es el pueblo
formado por todos los cristianos de la Tierra, descendientes espirituales de
los doce apóstoles verdaderos de Jesús.
En el Israel espiritual las leyes de Dios también están grabadas en
piedra, puesto que los hombres de piedra, por Pedro, reciben las enseñanzas de
Jesús sin añadirles palabras de hombres, pero le es dado al gran anticristo
Pablo extraviar a las naciones con sus seducciones, le es dado al pueblo de
Dios que decidan si desean ser idólatras, si desean hacerse becerros de oro, si
desean adorar diciendo que son de Dios, palabras de hombres, como las falaces
enseñanzas del anticristo Pablo. En Pedro el pueblo de Dios tiene la verdad
grabada en la piedra y en el gran anticristo Pablo, tienen a su becerro de oro
El pueblo de Israel se formó
como pueblo, como nación, en dos etapas, vivió dos etapas importantes en su
definición como pueblo de Dios, porque uno es el que le da forma e identidad al
pueblo (Moisés), pero otro líder es el que entra al pueblo a su promesa, a su
tierra prometida, a su reino de los Cielos (Josué). Así mismo se da en el cristianismo, con Pedro
formando una gran base, una gran piedra de base y luego viene Juan, para tomar
las medidas del templo de Dios sobre esa base y con palabras escritas sobre esa
piedra santa, reconstruir el templo de Dios, que estaba arrasado por las
naciones aullando blasfemias, al decir que las enseñanzas del gran anticristo
Pablo eran palabras de Dios.
215. Semejanzas de José y Juan entre los doce. Otros dos hombres ungidos de Dios con
semejanzas, en las dos alianzas del pueblo de Dios, son José el preferido de
Jacob, en el Israel de la carne, y Juan el preferido de Jesús, en el Israel del
espíritu. Igual que José desapareció de
entre sus hermanos en Egipto, Juan despareció del gobierno de la iglesia de
Jesús, por dos mil años, durante los cuales estuvo Pedro, semejante a Rubén que
se hacía cargo de todo lo referente a los hermanos, también en la ciudad que
espiritualmente se llama Egipto, Sodoma y Babilonia, en Roma. Juan fue separado de su lugar entre los doce
por un tiempo y luego, como José, que volvió para dar a sus hermanos una tierra
mejor, por lo que Juan debe volver a profetizar, a medir el templo, a esperar
al Maestro el día de su venida. Ambos,
José y Juan, se fueron, desaparecieron, pero ambos volvieron a aparecer para
ser los dirigentes del pueblo de Dios.
Ambos eran el preferido de Israel, Jacob, Israel de la carne y el
preferido de Jesús, el Israel del Espíritu.
Ambos tuvieron doble herencia, pues en Israel, el primogénito siempre tiene
doble herencia. José heredó a través de
sus hijos, doble tribu, heredó dos medias tribus y por su lado, juan debe
volver a profetizar, a medir el templo de la verdad de Jesús, arrasado por las
falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, sea como sea que la venida de
Juan llegue a hacerse realidad, pues Jesús dijo que juan permanecerá hasta la
venida del Señor y Jesús no se equivoca, ni habla por hablar, ni exagera, Juan
vuelve.
216. Pedro más Juan: dos Iglesias en una. Aparte de que hay dos iglesias en una: la
ramera y la virgen, la del gran anticristo Pablo, y la de los doce apóstoles
verdaderos de Jesús, en la verdadera iglesia, Jesús creó dos Iglesias que se
complementan la una a la otra. Primero
se deja ver muy definida la Iglesia de Jesús según Pedro, la iglesia de las
naciones, la iglesia ramera, la iglesia donde se adora a Jesús y al gran
anticristo Pablo a la vez, que es la iglesia que ha reinado sobre las naciones
durante dos mil largos años, sobre miles de millones de hombres lobos, que
aúllan sin saberlo, su adoración a un lobo romano disfrazado de oveja israelita. Pero también ahora, luego de dos mil años, se
deja ver la Iglesia de Jesús según Juan, la iglesia virgen, la iglesia que
reconoce que solamente Jesús es Dios, aquel Jesús que bajó en carne a la
tierra, por lo que solamente Jesús habló palabras de Dios. La iglesia con Juan es la que respeta a todos
los grandes líderes, los aprecia, los ama, como al gran anticristo Pablo, pero
no adora sus enseñanzas, no acepta que todas las palabras de hombres, por
grandes que hayan sido, que en algún momento hablaron o escribieron inspirados
por el Espíritu Santo, son palabras de Dios.
217. La iglesia en Pedro es horizontal y en Juan es
vertical. La
base de piedra se extiende con Pedro a todos los confines de la Tierra, en la
gran iglesia que Pedro llamó la Gran Babilonia, llevando a todos las enseñanzas
de Jesús, pero donde todas las escrituras y palabras tienen igual valor y
autoridad, donde las palabras de Jesús, que es Dios, no valen más que las de
los hombres, porque así lo enseñó el gran anticristo Pablo, por lo que no hay
autoridad, es horizontal, cualquiera puede hablar palabras de Dios, el Mesías
es menospreciado en verdad, es pisoteado, es humillado, es golpeado y escupido,
por los seguidores del gran anticristo Pablo
La Iglesia en Juan es vertical, porque reconoce el
principio de autoridad de las palabras y enseñanzas de Jesús, sobre toda otra
palabra o enseñanza de cualquier profeta y de cualquier tiempo. Luego de la autoridad suprema de Jesús, en
orden descendente de autoridad, están las palabras y enseñanzas de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, y luego, descendiendo, están las enseñanzas de
todos los demás seres humanos, con igual valor, todos, sin excepción. Aquí las palabras del gran anticristo Pablo
no valen lo mismo que las de Jesús, que es Dios. Ni siquiera valen como palabras de Dios las de
Moisés y Elías, que siendo hombres como nosotros, estaban el día de la
trasfiguración con Jesús, que ayunaron cuarenta días, como Jesús y que como
Jesús de ellos dos no se conoce que tuvieran una tumba en la tierra
Si tuviéramos que elegir de
entre todos los seres humanos a los más grandes, sin lugar a dudas serían
Moisés y Elías, sin embargo nadie pretende que sus enseñanzas todas sean
palabras de Dios mismo. Todos sabemos
que Elías hombre era semejante a nosotros, lo mismo que Moisés. Pero siendo el gran anticristo Pablo,
alguien que no estuvo en la trasfiguración, que no ayunó cuarenta días, así y
todo los seres humanos, por tradición, aceptan las enseñanzas de un mortal, con
muchos errores y soberbias, como si fueran las palabras mismas de Dios, porque
es en esas falaces enseñanzas que está insinuado sutilmente, que todas las
escrituras tienen igual valor, es en esas falacias que las escrituras se
vuelven horizontales, ofendiendo al Mesías, cuyas palabras en verdad son
iguales a las de nadie en valor y en autoridad. No es santificado el nombre de
Jesús cuando los extraviados dicen que las enseñanzas de un ser humano son
palabras de Dios mismo en persona, palabras eternas.
218. Pedro y Juan escribieron sobre las iglesias elegidas. Pedro y Juan son los dos apóstoles con mayor responsabilidad y autoridad, en el
cristianismo de todos los tiempos y de toda la tierra. Pedro, enviado a los gentiles por el Espíritu
Santo, se alejó de las Iglesias elegidas, pero desde lo lejos, desde Roma, a la
cual Pedro llamó Babilonia, señaló cuales eran las Iglesias elegidas, según la
presciencia de Dios Padre, según el verdadero Espíritu Santo, que en Pedro
vivía todos los días de su vida, todo el tiempo, sin irse de él ni un solo
instante, hasta el día que tuvo que dejar este mundo. Las iglesias elegidas por el Espíritu Santo,
viviente permanentemente en Pedro y en Juan, según consta en las epístolas y en
el libro de los hechos de los apóstoles, fueron las iglesias del Asia menor,
del ponto, Galaccia, Capadocia, Asia y Bitinia
Jesús envió a sus apóstoles a las iglesias elegidas
del Asia menor, menos a Pedro. Jesús inicialmente envió a sus doce
apóstoles verdaderos a predicar su evangelio, pero con la advertencia explícita
de que no fueran a Jerusalén, ni tomaran camino de los gentiles, sino que
fueran a las ovejas perdidas de la casa de Israel, a la dispersión, a la
diáspora, que eran los Judíos que vivían en el Asia menor. Pero Pedro fue enviado a Roma, que es decir
Egipto, que es decir Babilonia, fue enviado y luego quedó preso, secuestrado,
cautivo de las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, puesto que no iba
a entrar en divisiones con el gran anticristo Pablo, según la voluntad de Jesús
que no le hiciera frente al mal y que no arrancara cizaña de la huerta. Ese gran anticristo Pablo era el otro que iba
a ceñir a Pedro y lo iba a llevar a donde él, Pedro no quería, a la cautividad del
cristianismo (Juan 21:18)
Pedro da cuenta de la elección, sagrada y divina,
de las Iglesias elegidas, del Asia menor, decretada desde el mismo cielo y
desde la eternidad, cuando desde Roma,
escribía para los cristianos de esas Iglesias, y se despide diciendo que él
saluda a los cristianos del Asia menor,
saluda a las ovejas perdidas de la casa de Israel, que se habían
asentado en su mayoría en el Asia menor, lo que los judíos llamaban la
diáspora, la dispersión. Este saludo
especial lo escribía Pedro desde la mismísima iglesia de Roma (1ª de Pedro
5:13), participe de que la elección reposaba en las Iglesias del Asia menor (1ª
de Pedro 1:1-2)
Juan escribe de las iglesias
elegidas en sus epístolas, escribe desde una de las iglesias elegidas y así la
llama, “elegida”, pero además las llama por sus nombres de Éfeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiátira, Sardis, filadelfia y Laodicea en el libro de las
revelaciones, en el Apocalipsis, donde el mismo Espíritu Santo las llama
así. Entre las elegidas no estaba la
iglesia de la gran babilonia, antes por el contrario, esa fue elegida para ser
la oponente de la verdad, la ramera que adora las falaces enseñanzas del gran
anticristo Pablo, como si fueran palabras de Dios, la secuestradora del pueblo
de Dios.
219. “la iglesia de
Babilonia participe de vuestra elección.” Algunos cristianos, que ignoraban ser siervos
engañados del gran anticristo Pablo, amañadamente, han traducido por siglos,
diciendo que en esa frase, de saludo a las Iglesias elegidas del Asia menor,
Pedro dice que la iglesia que está en Babilonia también fue elegida como las
del Asia menor (1ª de Pedro 5:13).
Traducen que la iglesia de Babilonia es elegida como las otras elegidas. Esos siervos creían que le servían a Dios,
pero trabajaron para servicio del gran anticristo Pablo, con su teología
aparentemente verdadera por dos mil años, pero falsa en algunas falsedades, e
infiel a la verdad de Jesús desde el principio
Juan vio en la revelación del
apocalipsis, a la Gran Babilonia, a la cual Pedro le puso ese nombre de
Babilonia, como la Gran enemiga, como la antagonista del cristianismo, que se
ha bebido la sangre de todos los mártires de Jesús. Pero para que se dieran los tiempos del gran
anticristo Pablo al frente de la Iglesia ramera, para que se dieran los tiempos
de las naciones, ha sido ocultada por designio de Dios, temporalmente la verdad
sobre Babilonia.
220.
El
Espíritu Santo impidió al anticristo entrar en Asia. El gran anticristo Pablo quiso
entrar a predicar al Asia menor, pero recibió orden expresa del Espíritu Santo,
de no predicar allí (hechos 16: 6).
luego dice el gran anticristo Pablo, haber recibido una conveniente
visión de un varón macedonio, para que fuese a predicar allí. ¿Por qué el Espíritu Santo le prohibió al
gran anticristo Pablo predicar en el Asia menor, si justamente es ahí donde
estaban asentadas las iglesias llamadas “elegidas” en el Apocalipsis y en la
epístola de Pedro? Le fue prohibido por
el Espíritu santo, al gran anticristo Pablo, predicar en Asia menor, en
Turquía, y no pudo inicialmente entrar en Éfeso, la ciudad donde Juan estaba al
frente de la iglesia. Como el gran
anticristo Pablo no podía supuestamente estar en Éfeso, en el Asia menor, envió
el gran anticristo Pablo a otro de sus discípulos, a Tíquico y lo envió con una
de sus más famosas epístolas, la epístola a los efesios
A pesar de saber que el gran anticristo Pablo es el
falso profeta, que había de extraviar a todos los habitantes de la tierra, con
las señales y prodigios que le fue dado hacer delante de la bestia, el Espíritu
Santo envía al gran anticristo Pablo a donde el Espíritu Santo quiere. Porque Dios tiene la soberanía y todos los
seres, hagan lo que hagan, terminan cumpliendo la voluntad de Dios sobre la
tierra. No es que por ser el gran
anticristo Pablo el falso profeta, el masacrador, el Espíritu Santo no lo podía
usar o enviar o hablarle
Realmente se manifestó el
Espíritu Santo, para decirle al gran anticristo Pablo que no entrara al Asia
menor, pero el gran anticristo Pablo al final, durante sus viajes, entró al
Asia menor y predicó durante más de dos años, según está escrito, y se armaron
problemas en Éfeso y en otros lugares del Asia menor, por cuenta del gran
anticristo Pablo, para que fuera evidente que había estado allí
predicando. Si el gran anticristo Pablo
entró en el Asia menor
desobedeciendo la advertencia del
Espíritu Santo, o si después le fue permitido, eso no está escrito, pero sí
leemos el mensaje del Espíritu Santo, advirtiendo que a ese profeta falaz no le
era posible entrar y afectar con sus enseñanzas a las iglesias verdaderamente
elegidas.
221. Los primeros no son los primeros según Jesús. En la primera etapa del
cristianismo, la de Pedro, se ha
llevado durante dos mil años el nombre de Jesús hasta los confines de la
Tierra, pero las enseñanzas del gran anticristo Pablo han impedido durante esos
dos mil años, que sea conocida por los cristianos la verdad de Jesús en su
totalidad, no porque falten verdades, sino porque le añadieron palabras de
hombres, las cuales adoran como palabras de Dios. En la segunda etapa del cristianismo, la del
apóstol Juan, es reconocida libremente la verdad total, lo cual es lo mismo que
decir: la verdad sin añadiduras humanas.
Los primeros no son los primeros.
En la etapa de Juan, el diablo y el gran anticristo Pablo no tienen poder, porque ha terminado la etapa
romana. Los siguientes personajes de Israel,
que siendo primeros no fueron primeros, son una señal de Dios sobre la
transición entre Pedro y Juan.
ü Adán: fue el primer hombre, y fue
creado predestinado por Dios, para que cayera en los engaños del diablo, para
que luego viniera el segundo Adán, que es Jesús, el verdadero hijo de Dios,
para traer el equilibrio según la voluntad de Dios, de concedernos el libre
albedrío, que nos hace semejantes a Dios.
El verdadero Adán es Jesús, el segundo Adán.
ü Caín: fue el primer hijo de Adán,
pero asesinó a su hermano Abel, y con eso se perdieron para siempre, tanto
Abel, que no tuvo descendencia, como Caín.
Por lo que el verdadero heredero de Adán, con miras a la creación de la
historia de la humanidad, fue set, el cual invocaba el nombre de Dios, según
dice la escritura. En el tercer hijo de
Adán, en Set, está la descendencia de la humanidad.
ü Enoc: fue un ser humano recto a los
ojos de los hombres, el séptimo desde Adán, que anduvo en rectitud delante de
la presencia de Dios durante 365 años, y Dios se lo llevó. No está escrito que Enoc murió. Pero aun así Enoc no fue Mesías, Enoc no dejó
enseñanzas, Enoc solo fue una primicia fugaz, pues para el Padre aún no había
llegado el tiempo del Mesías. También
podemos decir que una cosa es andar rectamente ante Dios, según el punto de
vista humano, pero otra muy diferente es
ser cien por ciento fiel a la voluntad de Dios, según el punto de vista del
Padre, lo cual solo se dio en Jesús (Génesis 5: 22).
ü Abraham: fue el elegido por Dios para
que de su semilla naciera el pueblo de Dios, Abraham fue el Padre tanto de los
hijos de Ismael, como de los hijos de Isaac. De Abraham realmente nacieron esos dos
pueblos, enemigos para siempre, pero el padre real del único pueblo de Dios, no
fue Abraham. Ni siquiera fue su hijo
Isaac, el padre del único pueblo de Dios, sino que fue Jacob, el nieto de
Abraham, tercero en la línea de descendencia. De Jacob Dios formó una tribu con
cada uno de los doce hijos. Con las doce
tribus, Dios formó el pueblo de Dios. El
pueblo de Dios no es el pueblo de Abraham, puesto que incluiría a los
ismaelitas, incluiría a todos los hijos de Abraham, que eran ocho en total:
Ismael, Isaac, Zamrán, Jocsán, Medán, Madián, Jesboc y Sue. Sería un pueblo de ocho tribus, por lo que el
Mesías elegiría entonces ocho apóstoles y Jesús sería llamado el Abraham
espiritual y el pueblo sería llamado el
pueblo de Abraham, no el pueblo de Israel.
El pueblo de Dios tampoco es el pueblo de Isaac, puesto que incluiría a
los edomitas. El pueblo de Dios se llama
el pueblo de Israel. Jacob es Israel. El pueblo de Jesús no es el pueblo del
Abraham espiritual, ni es el pueblo del Isaac espiritual, el pueblo de Jesús es
el pueblo del Israel espiritual. Los dos
primeros no fueron los primeros.
ü Ismael: Ismael realmente fue el
primogénito de Abraham, el verdadero hijo mayor de Abraham, el hijo de Agar la
sierva de Sara, la esposa de Abraham.
Sara autorizó a su sierva darle hijos a Abraham, no fue un engaño, ni
fue una petición de Abraham o de Agar, sino que la concepción de Ismael fue la
voluntad de Sara. Pero no fue en Ismael
que el Señor mantendría la promesa de un pueblo para Dios, sino en Isaac, que
realmente no era el primogénito, y aun así, no siendo el primero, la bendición
y la primogenitura le fueron dadas de parte del Cielo al que no era el primero.
ü Esaú: (Génesis 25: 23) Desde el
vientre de su madre, Esaú venía predestinado por la palabra de Dios, que había
profetizado que el hijo mayor de Isaac serviría a su hermano menor, que el
primero, también en ellos, no sería el primero, ni tendría las bendiciones de
la primogenitura, que una vez más el último era el primero. Jacob tomó la
primogenitura de su hermano, no le fue dada, la robó con engaños, y así y todo
el pueblo de Dios tomó su nombre. Era
posiblemente más honesto Esaú que Jacob, pero ni aún por la honradez los
primeros fueron primeros.
ü Rubén: El primogénito de los doce
hijos de Jacob, en cuya tribu no se dio
la dinastía del Mesías. Ni siquiera la
tribu de Leví, que era el segundo hijo de Jacob, fue la tribu elegida, sino que
fue elegida la tribu de Judá, que era el tercer hijo de Jacob. Esa fue la tribu
elegida, ese fue el heredero elegido por Dios.
ü Leví: Lo normal y lo que todos
pensarían, es que el Mesías, viniera a la Tierra en medio de la familia de
alguno de los sacerdotes de la tribu de Leví.
Se suponía que ellos eran mejor vistos a los ojos de Dios y mejor
reconocidos delante de la presencia de Dios, por estar más en el estudio de la
palabra de Dios, porque ellos vivían todo el tiempo en la oración, en las
labores de adorar a Dios, le ofrecían a Dios los sacrificios de todo el pueblo,
y se suponía que si era verdad que Dios era el que había elegido a la tribu de
Leví, a través de la tribu de Leví, Dios enviaría la mayoría de sus mensajeros,
y por consecuencia, el Mesías vendría en el seno de la tribu de Leví. El que Dios, al reducirse a su forma de
Mesías, hubiera elegido a José y a María, una familia de la tribu de Judá,
constituye un antecedente importante para entender que, no una sino muchas
veces, Dios estaba avisándonos que los
primeros no son los primeros, para que abramos los ojos y estemos alertas, ante
todos los personajes que nos sean presentados como los primeros.
ü José: Era el hijo más amado de
Jacob, era el primogénito de la mujer que Jacob más amaba, aquella que habiendo
pedido de primera Jacob, le fue suplantada, aquella que siendo la primera, le
fue dada de última, aquella por la cual Jacob, el engañador, fue, a su vez,
engañado por su tío Labán. Además José,
el primogénito del corazón de Jacob, había sido destinado a reinar sobre sus
hermanos, José era el que tenía los sueños y José también era un vidente. Aquel a quien Dios le revelaba muchas
verdades, que para los demás estaban ocultas.
A los ojos humanos, ese hijo de Jacob, José, era el número uno de los
hijos de Jacob, todo ser humano daría por hecho que el Mesías vendría entre la
descendencia de José, pero para la dinastía del Mesías, Dios Padre tenía los
ojos puestos en la tribu de Judá. José, para Dios, no era el primero, ni aunque
hubiera heredado doble tribu.
ü Moisés: Fue el primer gran líder del
pueblo de Israel, cuando ya los doce
hijos de Jacob, no eran igual que al principio, una familia grande y numerosa,
sino que durante la cautividad en Egipto, habían llegado a ser un pueblo tan
numeroso que sobrepasaban el medio millón de individuos. Cuando Jesús fue juzgado y asesinado por los
príncipes y por los sacerdotes del pueblo de Israel, ellos eligieron entre
Jesús y Moisés, eligieron entre los dos grandes líderes que les hablaron de
parte de Dios, pero el verdadero líder no fue el primero, Moisés, sino el
último, Jesús. En la ley de Moisés
confiaban a ciegas los hijos de Israel, pero la verdadera ley perfecta, no fue
la ley de Moisés, sino la de Jesús, que fue después de la ley de Moisés.
Moisés fue el libertador del pueblo de Israel, los
liberó de la esclavitud de Egipto, Moisés fue el que los sacó de Egipto, con
mano poderosa, y los guió por cuarenta años, en el desierto. Pero a Moisés no le fue permitido por Dios,
entrar a la Tierra prometida, fue a otro, que no era el primero, a Josué, a
quien le fue concedido ese gran honor de entrar al pueblo de Israel en la
tierra prometida. Los primeros no son
los primeros.
ü Saúl: Fue el primer rey de Israel,
pero fue desechado por Dios, estando aún vivo, por lo que Dios ungió al
verdadero primer rey de Israel, a David, de cuya dinastía vendría el
Mesías. David respetaba la vida del
primer rey de Israel, respetaba la vida de Saúl, aunque el espíritu de Saúl no
fuera bueno y tratara de matar a David.
Pero David no le tocaba ni un pelo a Saúl, solo esperaba el momento en
que Dios decidiera hacer justicia. Siempre
hubo un primero que no era primero, en toda la historia del pueblo de Israel, y
en todas las personas que rodeaban al Mesías, y en todas las enseñanzas que
rodeaban a las enseñanzas del Mesías, hubo unas primeras enseñanzas que no eran
perfectas, por eso decía Jesús que todos los que vinieron antes de Él, eran
ladrones y salteadores.
ü David: Fue el primer gran rey de
Israel, y de su descendencia era José, el padre terrenal de Jesús, pero así y
todo David no brilló por tener una gran sabiduría, ni el Señor le permitió a
David, hacerle un templo, porque sus manos estaban manchadas de sangre inocente
(1ª de Juan 3:15). Al final de sus días
David se alejó de la protección del Señor, se alejó de vivir de acuerdo a los
preceptos y ordenanzas del Señor y a pesar de que los profetas anunciaban al
Mesías como un nuevo David, estaba David lejos de parecerse siquiera al Mesías
de Dios.
ü Absalón: Era el primer hijo de David,
era fuerte, era el más opcionado heredero del trono de David, heredero de las
promesas del Señor, heredero de la dinastía que recibiría al Señor, pero a
pesar de ser el preferido de David, Dios no lo había elegido para ser el
continuador de la dinastía del Mesías y muy por el contrario, la vida de
Absalón fue azarosa, marcada por sus muchas injusticias.
ü Juan bautista: Era el
portador, sin saberlo él, de la segunda parte del espíritu de Elías, de
aquellas dos partes que pidió el profeta Eliseo, cuando tomó el manto de Elías,
antes de que Elías fuese llevado al Cielo. Según Jesús, entre los nacidos de mujer, no ha
habido profeta más grande que Juan el bautista, pero el más pequeño en el Reino
de los Cielos es mayor que él. Juan el
bautista, que es Elías, que volvió, es el más grande profeta de la antigua
alianza, pero ni siquiera es comparable, con el más pequeño del Reino de los
Cielos. por tanto en Juan el bautista, en Elías, se revela que la primera
alianza, la alianza de Abraham, la alianza de la carne, que fue la primera
alianza, en verdad no era la primera alianza, sino que la primera, en verdad
era la de Jesús y ninguno de los de la primera alianza pudo entrar al reino de
los Cielos, según Jesús.
ü Los Fariseos y los saduceos: En
realidad no eran tribus de las doce del pueblo de Israel, sino que eran las dos
escuelas teológicas más importantes en el pueblo de Israel, eran los primeros
en el estudio y en el conocimiento de la ley y los profetas. Cualquiera
supondría que el Mesías, cuando se presentara en Israel, iba a ser aprobado por
los escribas, e iba a ser aprobado también por los fariseos, y también por los
saduceos. Cualquiera supondría que a su vez, el Mesías los iba a reconocer a
ellos como verdaderos intérpretes de la ley, y que por tanto el Mesías sería un
fariseo o un saduceo más, y que al aglutinar en El a todos los maestros y
teólogos del pueblo de Israel, se unirían en uno solo y se resolverían en paz todas la diferencias
teológicas que habían entre ellos.
Pero no solamente no reconocieron al Mesías los
fariseos y los saduceos, sino que el Mesías se convirtió en un problema para
ellos, le tuvieron gran temor, y el Mesías no siguió los preceptos y enseñanzas
de los fariseos, o los de los saduceos.
Ellos aborrecieron al Mesías, lo odiaban a muerte, rechinaban los
dientes ante su presencia, o ante sus enseñanzas. Para el Mesías no eran los primeros, ni los
que se iban a salvar, ni los que iban a ser justificados. Justamente los seres humanos que los fariseos
y los saduceos despreciaban, por ser ignorantes de su teología, por ser
publicanos, o por ser pecadores de la carne, para el Mesías estaban primeros e
iban a ser justificados a los ojos de Dios.
Los últimos han sido, son y serán los primeros.
ü El anticristo: El gran anticristo Pablo se anticipó, para
poder seducir una humanidad engañada, que no lo esperaba. El gran anticristo Pablo escribió que el esperado
anticristo se manifestaría al final de los tiempos, para que los cristianos no
desconfiaran de él, porque en verdad él era el gran anticristo, por eso, en el
gran anticristo Pablo se cumple que estando desde el principio, parecía estar
al final de los tiempos, el que parecía de último, realmente estaba de primero.
El gran anticristo Pablo parece ser el número uno entre todos los cristianos,
pero no se negó a sí mismo, es más pequeño que el más pequeño en el reino de
los Cielos.
ü Pedro: Cuando Jesús les decía a sus
discípulos, que los primeros no serían primeros, estaba declarando la sabiduría
misma con la que Dios había creado todo, y hablaba Jesús de siglos de historia
del pueblo de Israel, escrita durante
miles de años, escrita con guerras, escrita con sangre, y escrita con grandes
sacrificios, para que todo aquel que estudie la palabra de Dios, pueda entender
que en todos los niveles de sus verdades y en todos los tiempos, los primeros
no son los primeros
Pedro fue el primero a quien envió Jesús a las
naciones, lo envió a apacentar sus ovejas.
Luego Jesús le avisó a Pedro, que pronto sería sacrificado por el nombre
de Jesús, que sería removido de su cargo, en el cual no permanecería hasta la
segunda venida de Jesús y que Juan permanecería hasta el día de la segunda
venida de Jesús. Pedro parece ser el
primero, pero en verdad Juan, aquel a quien Jesús más amaba, siendo el segundo,
estando en silencio durante dos mil años, es hoy el primero.
La Gran
Babilonia de Pedro
¿Por qué Pedro eligió irse a
vivir y predicar en Roma?
222. A Dios lo de Dios y al césar lo del césar. Jesús, con su verbo eterno, estableció que hemos de darle a Dios lo que es de Dios y darle al césar lo que es del césar. El antagonista elegido por Dios, establecido y señalado por el verbo eterno de Jesús, es el césar. El antagonista de los cristianos es el emperador romano, y fue delante del césar que se inclinaron para sujetarse todos los dirigentes del pueblo de Israel, diciendo que no tenían más rey que al césar. La Roma de Pedro, y no la Roma del césar, es el verdadero pueblo de Dios, pueblo cautivo por dos mil años, pueblo secuestrado, como estrategia de Pedro, cautivo como estrategia del Espíritu Santo, cautivo, por dos milenios, en la Roma del gran anticristo Pablo, que es el césar espiritual. Pedro es la piedra de base que se extiende por toda la Tierra. En Pedro vive la buena Roma, que es la que eligió el sendero estrecho y la puerta angosta. La mala Roma es la Roma del gran anticristo Pablo, la que eligió el camino amplio y la puerta ancha de las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, esa Roma que es la ramera embriagada, con la sangre de los santos de Jesús, con la sangre de Pedro y con la sangre derramada por los demás mártires, a los cuales ha vencido espiritualmente el gran anticristo Pablo, por dos milenios, con sus falaces enseñanzas, y está ebria esa ramera al servicio del gran anticristo Pablo, ebria con la sangre espiritual de todas las almas masacradas, asesinadas, en número de miles de millones, con las enseñanzas falaces del gran anticristo Pablo.
223. Roma no es la virgen, sino que es la ramera. Es la amante, la concubina del
gran anticristo Pablo, aquella que está ebria de sus falaces enseñanzas, la que
se ha bebido la sangre de miles de millones de almas de seres humanos. La Roma del césar espiritual pisotea la
verdad, esa Roma son los gentiles que pisotearán el atrio entregado a ellos,
extraviados por las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo. A la Roma del gran anticristo Pablo, que es
el mismo falso profeta, le fue dado del Cielo hacerle la guerra a la mujer, a
la Iglesia virgen y pura, a la Iglesia de los doce apóstoles verdaderos de
Jesús, le fue dado a Roma, hacer la guerra a los santos y vencerlos, uniéndole
a la Iglesia virgen, la otra iglesia ramera del gran anticristo Pablo, y luego
suplantando esa iglesia ramera, a la Iglesia virgen verdadera, aquella a quien
tiene cautiva, prisionera
No es una virgen la iglesia de
Roma, es una ramera, pero ahí en
Roma, está la verdad, la gran verdad de los apóstoles verdaderos de Jesús, está
en Pedro a quien tienen secuestrado, y Pedro lo sabe y acepta este sacrificio,
ordenado del cielo, para bien de la creación de los hijos de Dios. El gran anticristo Pablo en Roma tiene a la
verdad secuestrada, la tiene prisionera, pues los seres humanos que seducidos
se extravían en pos de sus falacias, adoran las enseñanzas del gran anticristo Pablo
como si fueran las mismísimas palabras de Dios, iguales según ellos, en toda
autoridad, valor y eternidad, a las palabras sagradas de Jesús, que abominable
desolación, menos mal que algún día, al fin, la verdad será dicha.
224. Es bestia porque no se le puede domar. No se le llama bestia al imperio romano porque
necesariamente sea malo, se llama bestia porque es un organismo espiritual viviente,
demasiado grande e imposible de controlar del todo, nadie lo puede domar, por
eso es una bestia. La bestia es el
lenguaje romano y sus siete hijos, que
son las siete lenguas romances, más el derecho romano, que son las leyes
romanas, que han conquistado a todos los pueblos, con el paso de los siglos,
más la religión romana. Ellos tres son
todos entidades espirituales, son palabras, son verbo. Ellos constituyen la bestia espiritual
indomable.
La religión romana es el más grande poder espiritual
del orbe. Por eso, la manifestación más poderosa de
esa bestia indomable y grande, además del lenguaje y las leyes romanas, es la
religión romana, dividida en tres partes, los cristianos católicos, los
cristianos ortodoxos y los cristianos de la reforma protestante. Todos
están aún en Roma, aunque algunos crean haber salido de esa Gran Babilonia,
pero no, sino que están todos presos de las hechicerías de la ramera y de las
mentiras del falso profeta, que ha conseguido seducirlos con sus engaños por
dos mil largos años. No pertenecen a la gran
Babilonia todos los cristianos, por su sumisión al obispo de Roma, sino por su
sumisión a las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo. Porque todo el Cristianismo, desde el primer
siglo, estaba contaminado de las sutiles desviaciones de difícil inteligencia,
del gran anticristo Pablo, que siendo Israelita, también era ciudadano romano,
y tiene a todo el cristianismo seducido, cautivo, prisionero en Roma, su ciudad,
un lobo romano disfrazado de oveja israelita
La bestia conquista al mundo,
autorizada desde el Cielo, elegida desde el Cielo para conquistar a todos los
pueblos, elegida para ser la antagonista espiritual de los cristianos de toda
la Tierra. La religión romana, el derecho romano y los
lenguajes latinos, que hacen la bestia, no son en sí mismos malos. La maldad de la bestia está en la mujer que la
cabalga ebria de la sangre de los mártires y de los santos verdaderos de Jesús,
esa mujer ramera es la iglesia del gran anticristo Pablo, que suplantó a la
verdadera Iglesia, la de los apóstoles verdaderos de Jesús y ambas iglesias
están en Roma, la falsa está usurpando y la verdadera está prisionera.
225. En Babilonia tiene su autoridad el anticristo. La de hoy es una iglesia
ramera porque está con el Cristo y también está con las falaces enseñanzas del gran
anticristo Pablo, aceptando las enseñanzas de un simple ser humano, como si
fueran verdaderas palabras de Dios. Es
una iglesia idólatra porque adora, como sagradas, todas las palabras y
enseñanzas de un simple ser humano, que en algunos momentos de su vida y en
algunas de sus enseñanzas, fue inspirado por el Espíritu Santo, pero solamente
en algunos momentos y en algunas enseñanzas, como todos los demás cristianos
En la iglesia de Roma, uno que
no es Dios, un ciudadano romano, ha sido elevado a la categoría de Dios, es
adorado, como adoraban al César, pues por siglos, al leer las extensas y
complicadas epístolas del falso apóstol Pablo, los cristianos, al terminar
rezan que esto que leyeron es palabra de Dios.
Adorar a un hombre es ser idólatras.
En toda la Tierra, bajo la influencia de la iglesia de Roma, y teniendo
en cuenta también a todas las denominaciones disidentes, que han nacido de
ella, en su vasto territorio, todos los días, se enseñan algunas pocas enseñanzas
de Jesús, mezcladas con enseñanzas del antiguo testamento, y mezcladas con
enseñanzas del falso apóstol Pablo, amparadas por una falaz enseñanza (2ª a
Timoteo 3: 16-17), que proclama un supuesto igual valor de todas las escrituras
y de todas las palabras y enseñanzas que se leen en el conjunto de libros
llamado, la Biblia. Sutil tropezadero
ese, de la supuesta igualdad sagrada, de las palabras de todos los profetas,
haciéndolas palabras de Dios todas, error predicado por el gran anticristo Pablo
en sus epístolas.
226.
Pedro
zarandeado en Roma por el anticristo. Aquí
halla razón de ser la frase de Jesús, cuando le pre dice a Pedro que será
zarandeado por Satanás, como se
zarandea el trigo, pero Pedro, una vez convertido, convierta a sus
hermanos. Estas enseñanzas de Jesús dan
a entender que Pedro había de ser llevado afuera del sendero, luego de haberse
ido Jesús, había de ser llevado cautivo por las falaces enseñanzas del gran
anticristo Pablo, pero Pedro ha de convertirse con todos los suyos de nuevo a
Jesús y a nadie además de Jesús. También
halla razón la otra frase de Jesús, cuando le dice a Pedro que otro lo va a
ceñir y lo va a llevar a donde Pedro no quiere ir, al martirio, al cautiverio
Es de vital importancia
entender lo que le quiso decir Jesús a Pedro con eso de convertido. Es decir: tú, una vez salido de la cautividad
de babilonia, ayuda a que todos abandonen a Babilonia, que en sentido
espiritual también se llama Egipto. El
pueblo del Israel espiritual, cautivo en el Egipto espiritual, cautivo en la
Babilonia espiritual, con el paso de los milenios, se hizo un pueblo numeroso
como las estrellas del Cielo y como las arenas del mar. Pedro dejó llevar al pueblo de Dios al nuevo
Egipto del gran anticristo Pablo, según el Espíritu Santo guiaba a Pedro. La base, que se extiende a todas las
naciones, que es Pedro, lleva el nombre de Jesús, lleva el verbo de Dios
completo, lleva todas las enseñanzas de Jesús,
pero eso sí, mezcladas con las extensas enseñanzas del gran anticristo Pablo,
que son sus largas epístolas que contienen verdades sublimes y las sutiles
falacias.
227.
Mil
años en Babilonia son igual a un día. Un día es igual que mil años, para Dios, según
las enseñanzas de Pedro, uno de los despreciados doce apóstoles verdaderos de
Jesús, según Pedro, el que le dio el nombre de la gran Babilonia a Roma. Un milenio es un día para Dios, y van dos mil
años, van dos milenios, van dos días, desde que Jesús se fue de la Tierra y no
ha vuelto, ni volverá, hasta el día en que venga con poder y majestad a juzgar
a todas las almas de la Tierra. Jesús
resucitó al amanecer del tercer día, Jesús no resucitó a los tres días, ni
Jesús resucitó a las setenta y dos horas cumplidas. El Señor murió al atardecer del primer día y
resucitó al amanecer del tercer día. Estamos
en el amanecer del tercer día, porque estamos iniciando el tercer milenio
No son palabras escritas por azar las que ellos,
los apóstoles verdaderos de Jesús nos dejaron escritas. Una palabra de ellos doce, puede valer
milenios de historia, como la frase de Pedro, que para Dios mil años son igual
que un día. El verbo es creador. Por orden de Jesús que los autorizó en todo
lo que dijeran en su nombre, cada palabra de uno solo de ellos doce, es la
creación de la historia misma de la humanidad
Los descendientes de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús están secuestrados en la Gran Babilonia. Igual
que los convertidos del pueblo de Dios que vivían en Roma, en los primeros
siglos, durante las persecuciones, y no eran romanos, pero estaban en Roma, ni
tenían que ver con su idolatría, ni con su culto al césar, así mismo, el pueblo
de Dios que vive en la Roma actual, en la Gran Babilonia del espíritu, durante
la tiranía de dos mil años del gran anticristo Pablo, en la religión romana, el
verdadero pueblo de Dios está secuestrado en la Roma espiritual, tal cual
estuvo el pueblo de Israel en Babilonia y no saldrán de Babilonia hasta tanto
dejen de adorar las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo como si fueran
palabras de Dios.
228. La sangre de los mártires derrotó a Roma. Esa sangre de los mártires de
las persecuciones romanas, esa sangre de cristianos, que fue derramada porque
ellos tuvieron valor y ellos no negaron su fe, ellos no aceptaron adorar a un
hombre como si fuera Dios, esa sangre derramada, derrotó a Roma, la que se
creía invencible. La gran Roma de la
carne, la loba, la madre de todos los hombres lobo, esa Roma fue derrotada por
la sangre de unos cuantos mártires, que se dejaron asesinar sin pelear, todo
por no reconocer que un hombre, el césar, era dios, por no adorar al césar como
Dios
Sangre de los mártires de Jesús, con la cual se
embriaga la ramera de hoy, la Roma espiritual de hoy, la Babilonia de hoy, la
que se robó esa sangre para su gloria y su vanidad, la ramera del césar
espiritual, el gran anticristo Pablo, que le es infiel a su Señor, porque va en
pos de maestros humanos, inducida por las enseñanzas falaces del gran
anticristo Pablo, porque ha convivido por dos milenios con las enseñanzas del gran
anticristo Pablo, adorándolas cuando las reconoce supuestamente como “palabras
de Dios”
Roma muere, pero el
cristianismo sobrevive, cuando la ramera no esté más sobre la Tierra, desviando
a los hijos de Dios, con las enseñanzas sutilmente adulteradas del gran
anticristo Pablo, cuando no se adore más al césar romano espiritual, como si
fuera dios, al creer que sus enseñanzas humanas son palabras de Dios.
229. ¿El mal y el bien, como en el Paraíso, juntos en
Roma? Dios ha
previsto, en su sabiduría, que a todo ser humano, sin excepción alguna, le sea
propuesto el mal y el bien, Dios ha previsto, que a todo ser humano le sea
propuesto el error y la verdad, para que sea el hombre quien elija su propio
destino. Dios, con el falso apóstol, con
el gran anticristo Pablo, ha permitido que llegue a las naciones, primero que
la verdad, la propuesta del error, Dios ha autorizado que llegue el engaño
primero y que ese engaño no sea descubierto, pues si lo descubren, no es
engaño. Si la verdad y la perfección le
son presentadas primero al alma humana, el error y la imperfección ni siquiera
serán considerados por las almas y por tanto ningún ser humano elegiría su
propio destino. Es necesario que el mal sea engañosamente presentado primero,
como garantía de parte de Dios, para que todos los seres humanos sean libres,
tengan libre determinación, libre albedrío.
El diablo y el gran anticristo Pablo, es la estrategia que Dios dispuso
para que podamos elegir, para que tengamos varias opciones, varias voces entre
las cuales escuchar y podamos seguir la que deseemos
Dios puede proponernos el mal, si Dios lo desea,
porque Dios está por encima del bien y del mal y Dios todo lo puede, por lo que
según su sabiduría soberana, ha creado al diablo, malo, mentiroso y homicida
desde el principio, pero bajo la autoridad de Dios, para que sea el diablo
quien nos proponga el mal, engañosamente disfrazado de bien, para que nos
proponga lo que no pertenece a Dios, como si fuera de Dios, para que sea el
diablo quien pretenda engañar nuestras almas y sea el diablo, haciéndose pasar
por Dios, quien cree al gran anticristo Pablo, descendiendo del cielo como un
rayo. El diablo ha creado al falso
apóstol y lo ha guiado hacia su ciudad de Roma, para que al lado del apóstol
Pedro, en Babilonia, les sean presentados a todos los cristianos el bien y el
mal disfrazado de bien, la bendición y la maldición disfrazada de bendición, y
así todos terminen eligiendo entre el sendero angosto y el camino amplio, la
puerta estrecha y la puerta amplia, así se perfecciona el libre albedrío de
todos
Es una prueba advertida y
avisada por Jesús y por sus verdaderos apóstoles, pero no se la están esperando
en sus vidas los seres humanos ingenuos, porque están engañados, creyendo que
el supuesto anticristo viene solo al final de los tiempos. En el espíritu hay una gran persecución
silenciosa, una ejecución masiva de almas cristianas, en el imperio romano del
espíritu, a los ojos de Dios, autorizada por Dios, que dispuso en su justicia y
en su sabiduría, que toda alma humana debe ser probada por el diablo y por el gran
anticristo Pablo. El circo romano espiritual
está en pie, destilando ríos de sangre de las almas asesinadas, las almas
aceptan que las enseñanzas de un hombre son palabras de Dios, adoran esas
enseñanzas, las almas mueren en el circo
espiritual por millones día a día, a manos del emperador romano, que es el
falso profeta, que es el falso apóstol, que es el gran anticristo Pablo, que es
el asesino en masa más grande de toda la historia, y toda esa masacre sucede en
silencio, como si nada pasara.
230. La cautividad espiritual terminará en paz. Todos los que en el antiguo testamento, trataron
de salir de la cautividad de babilonia por sus fuerzas fracasaron, por orden de
Dios, que había decretado que solo por voluntad celestial se terminaría la
cautividad de Babilonia. A su tiempo el
Señor exaltó al trono de Babilonia al rey Ciro, el cual dio la libertad en paz
al pueblo de Dios. La cautividad de la
Babilonia del antiguo testamento, se terminó en paz, para que supieran los hijos
de Dios, que era Dios quien había decretado la cautividad y solamente Dios la
terminaría. Dios decretó esa cautividad
para que el pueblo de Jesús supiera como iba a ser la cautividad de la gran
Babilonia espiritual
Pedro sabía que el Rey de
Israel fue llevado cautivo a Babilonia y allí le sacaron los ojos, y comió,
todos los días del resto de su vida, en la misma mesa del rey de Babilonia,
pero preso, cautivo, como todo el pueblo de Dios. Así sabía Pedro que igual que el rey de
Israel, estaría con el gran anticristo Pablo, que es el verdadero rey de la
Babilonia espiritual, sabía Pedro que lo tendría el gran anticristo Pablo
humillado, menospreciado, pero Pedro se dejó llevar, porque sabía que luego de
un tiempo, luego de que Babilonia se extendiera a todos los pueblos, Dios daría
libertad a su pueblo, y decretaría la reconstrucción del templo de la verdad,
que había sido arrasado por el rey de Babilonia, por las falaces enseñanzas del
gran anticristo Pablo. Así lo entendió
Pedro, por el Espíritu Santo y por eso anunció que el pueblo de Jesús debía
estar cautivo en Roma, y se fue sumiso Pedro, guiado por el Espíritu Santo, a
vivir secuestrado espiritualmente en Roma.
Pedro sabía por el Espíritu Santo, cual era el final de toda la historia
del cristianismo sobre la Tierra, por eso, al final de los siglos Pedro fue el
que terminó invadiendo a Roma, y dejándose secuestrar del gran anticristo Pablo
y usó al gran anticristo Pablo para el propósito que Dios había decretado sobre
las naciones.
231. La Gran Babilonia dividida en tres partes. El imperio romano, en el espíritu, es el
lenguaje romano, más el derecho romano y además la religión romana. La religión romana, ella sola es la gran
Babilonia, la ramera que cabalga sobre el imperio romano, la gran ciudad que
domina sobre el vasto imperio romano espiritual. Esas tres partes hacen ver al imperio romano
dividido en tres entidades espirituales, porque todas esas tres partes, el
lenguaje, el derecho y la religión, son palabras, son verbo, son lenguaje, son
el espíritu del gran imperio romano espiritual
La tercera parte del imperio
romano, la religión romana, que es la Gran Babilonia, además quedó dividida en
otras tres partes, según la vio en visión el apóstol Juan, en el
apocalipsis. La Gran Babilonia de hoy,
se ha fragmentado durante los siglos, en tres religiones paralelas y también
complementarias, que son los cristianos Católicos, los cristianos ortodoxos y
los cristianos de la reforma protestante.
Estos tres grandes grupos tienen la verdad de Jesús, pues tienen los
cuatro evangelios de Jesús, en verdad se basan en los cuatro evangelios de
Jesús, pero están fosilizados, los tres grupos están petrificados, son como de
piedra, por Pedro, su vida es como la de las semillas, en espera de despertar,
tienen vida latente, están adormecidos, debido a las falaces enseñanzas del gran
anticristo Pablo, las que ingenua y fatalmente han aceptado como palabras de
Dios.
232. La verdad estaba predestinada para la cautividad de
Babilonia. Enseñó Jesús
que el que está destinado para la cautividad, a la cautividad irá, y que el que
está destinado a morir por la espada, por la espada morirá. El cristianismo, estaba desde toda la
eternidad, predestinado para la cautividad de la Gran Babilonia, estaba
predestinado el cristianismo a que nadie pudiera salir de la Gran Babilonia
espiritual, sino cuando desde el Trono de Dios fuera decretado
Dice la escritura que muchos trataron de escaparse
de la Babilonia del antiguo testamento, por su propia fuerza, mas no les fue
dado prosperar, pues por orden de Dios, nadie lograría salir de Babilonia antes
del tiempo decretado por Dios. Todos los
que pretendieron evadirse de Babilonia, fracasaron por orden emanada
directamente desde el Trono de Dios.
Todo eso sucedió, no por capricho celestial, sino como un perentorio
aviso a todos los cristianos, que por cientos y miles de años estarían,
derrotados y cautivos, de los engaños del gran anticristo Pablo, que era
también romano, aparte de ser un Israelita fariseo. La cautividad del cristianismo en la Gran
Babilonia espiritual, ha sido ya sufrida por los cristianos durante un largo
tiempo, mientras se consuman los designios de Dios, mientras se cumple el plazo
dado por Dios a las naciones, para que lleguen a conocer su nombre y busquen sus
preceptos, para ser eternos
La cautividad de los doce apóstoles verdaderos de
Jesús y su iglesia secuestrada por las falaces enseñanzas del anticristo Pablo,
ya está por terminar. En la primera
Babilonia, en la Babilonia de la carne, en la Babilonia del primer Israel,
cuando se cumplió el tiempo establecido por Dios, el rey Ciro, mandó a llamar a
Zorobabel, gobernador de los judíos y también hizo llamar a Josué, sumo
sacerdote de Israel, en el tiempo final de la cautividad del pueblo de
Israel. Cuando ellos dos se presentaron
delante del rey Ciro, él les dijo a Zorobabel y a Josué, que podían tomar de
los tesoros de Babilonia cuanto necesitaran para reconstruir el templo de
Jerusalén, que estaba derribado, destruido, arrasado durante la cautividad, del
cual solo quedaban los cimientos del templo, su piedra de base, su “Pedro” de
ese entonces
Ciro, por orden de Dios, le
dio la libertad en paz, al pueblo de Israel, habiendo llegado la larga
cautividad a su final. Además Ciro les
ofreció a Zorobabel y a Josué, la protección de los ejércitos de Babilonia,
para que pudieran llevar a feliz término la misión de reconstruir el templo de
Dios, que les había sido encomendada por el mismo Ciro, rey de Babilonia, que a
su vez había subido al trono de Babilonia, para liberar al pueblo de Dios y
reconstruir su templo, por orden de Dios, un Dios al cual el rey Ciro no
conocía. El Dios de Israel, ungió en
Babilonia, a un rey para que liberara en paz al pueblo de Dios. Todos estos sucesos, según Pedro, el grande,
no el menospreciado del gran anticristo Pablo, han de darse en el cristianismo,
cautivo ahora en Roma, en la Gran Babilonia espiritual.
233. El Espíritu Santo usó a Roma. La usó como el que usa un
caballo para viajar por todas las naciones (Apocalipsis 10: 6-7). El latín, que es el lenguaje del imperio,
estuvo fosilizado, estuvo petrificado por dos milenios. El latín era una lengua muerta, pero era
usada en los rituales religiosos de la Gran Babilonia, durante dos mil largos
años. Ese latín tuvo siete hijos, que
son las siete cabezas de la bestia, que son las siete lenguas romances, y donde
esas lenguas romances estén, en medio de los pueblos, ahí está el imperio
romano espiritual; donde el derecho romano sea usado, ahí está el imperio romano espiritual; donde sea
seguida una religión de origen romano, ahí está el imperio romano espiritual
¿Qué quiere decirnos entonces el Espíritu Santo con
esto de los tiempos? ¿Por qué un tiempo
y dos tiempos y medio tiempo, es lo mismo que cuarenta y dos meses, es lo mismo
que tres años y medio, y es lo mismo que
mil doscientos sesenta días y todas son medidas de tiempo de igual valor? Es un tiempo determinado por Jesús, un tiempo
medido para que el error, el engaño y el mal tengan la oportunidad de
proponerle a los seres humanos unas enseñanzas diferentes a las enseñanzas de
Dios, aunque a todas luces parezcan palabras de Dios. Si para Dios mil años son igual que un día,
según enseñó Pedro, entonces podemos pensar que como van dos milenios, van
transcurridos dos tiempos, de esos de Dios, van dos días de Dios, estamos en el
amanecer del tercer día, y al amanecer de tercer día resucitó Jesús, por lo
tanto, la verdad de Jesús, pisoteada, mancillada, traspasada por las naciones
puede muy bien ver de nuevo la luz, ya sin que sea traspasada, pisoteada, por
las naciones que se han extraviado todos estos siglos, en pos de las falaces
enseñanzas del gran anticristo Pablo adorándolas ingenuamente como palabras de
su Dios
Según los tiempos del
apocalipsis, se terminan los dos tiempos de las naciones para empezar el
tiempo, el milenio en el cual los seres humanos aceptarán las enseñanzas de
Jesús como únicas palabras de Dios, será el milenio de la plenitud del
cristianismo, el milenio en que gobernará sobre la Tierra Jesús con sus
enseñanzas verdaderamente sagradas y su nombre en verdad será santificado, no
será más pisoteado por las hordas salvajes de los extraviados adoradores de las
falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo.
234. La verdad de los doce apóstoles no ha sido
dañada. La
pura verdad de Dios, la verdad virgen, la verdad sin mancha, está en las
escrituras, pero realmente no es reconocida, ni es aceptada entre los
cristianos de las naciones gentiles, porque los seres humanos se extravían del
sendero de las enseñanzas de Jesús, por las pequeñas falacias sutiles, que el gran
anticristo Pablo, con maña, infiltró entre sus muchas epístolas, escritas con
muchas verdades del Cielo y respaldadas por todas las grandes señales y
prodigios, que le fue dado hacer delante de los hombres para poder extraviar a
todas las naciones, para poder seducir a las naciones durante estos largos dos
mil años. El templo de la verdad de
Jesús está limpio y sin manchas ni contaminaciones ni suciedades, abierto para
los que de verdad deseen entrar, está en las escrituras, está en la teoría,
mientras pasan los tiempos de las naciones, está vivo en los cuatro evangelios
y en las enseñanzas de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, autorizados
desde el cielo, solo en ellos doce, y nadie además de ellos doce, vive la
verdadera verdad, con la más grande autoridad que haya sido dada a ser humano
alguno sobre toda la tierra.
235. ¿Por qué Pedro no escribió un evangelio? Pedro no escribió un evangelio
directamente, pero su secretario, Marcos, reunió en un evangelio lo que predicó
Pedro en Roma sobre la vida y las obras de Jesús de Nazaret, el hijo de
Dios. De Marcos dijo Pedro que era su
hijo espiritual. Marcos, aunque no era
uno de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, era uno de los seguidores de
Jesús, y estando en el huerto de los olivos, la noche de la traición de Judas y
del arresto de Jesús, cuando los soldados del sanedrín trataron de capturar a
Marcos, este se les zafó, soltando su manto y huyendo desnudo, según está
escrito en el evangelio de Jesús, según Marcos
Dicen las escrituras, que Marcos inicialmente acompañó
en sus predicaciones al gran anticristo Pablo, pero hubo tan gran disgusto y
desacuerdo y exacerbación pública entre ellos dos, que Marcos abandonó al gran
anticristo Pablo, juntándose luego a Pedro y acompañándolo por el resto de sus
días, llegando a ser secretario personal de Pedro, su hijo espiritual, el
portador de su testimonio, puesto que Pedro había de quedar cautivo por siglos
en la Gran Babilonia, rehén espiritual del gran anticristo Pablo, por orden de
Dios. Por ser prisionero del gran anticristo
Pablo, Pedro delegó en Marcos la tarea de redactar un evangelio, donde dejar
por escrito los hechos y las enseñanzas del hijo de Dios. El rechazo público de Marcos hacia el amado
hermano Pablo, como lo llamó Pedro, hacia el gran anticristo Pablo, es una de
las muchas señales claras para que los que desean hallar la verdad total,
confirmen la verdadera identidad secreta del gran anticristo Pablo. Marcos se separó del gran anticristo Pablo, a
quien servía, con gran disgusto notorio a todos los que los rodeaban, pero guardó silencio sobre sus razones y motivos y
terminó sirviendo a Pedro, según está escrito
Marcos y los cientos de
discípulos, que siguieron a Jesús durante su ministerio, que le sirvieron Jesús,
que lo amaban, que fueron testigos de su muerte y de su resurrección, no
recibieron de Jesús el nombre de apóstoles, puesto que habían de ser solamente
doce apóstoles sobre toda la Tierra y en todos los tiempos, ni uno más, ni uno
menos. Todo el que ha pretendido ser
apóstol, se ha hecho delante del trono de Dios anatema, aunque a los ojos de
los hombres sean tenidos en mucho, pero la verdad al final será dicha.
Doble estrategia de Jesús con Juan
Juan es el preferido de Jesús,
Es el primogénito espiritual
de Jesús,
Por lo que le concedió una
doble herencia
236. La doble estrategia de Jesús con Juan. La verdadera estrategia de
Jesús con el segundo apóstol, con Juan, son dos estrategias diferentes también,
pues el apóstol Juan tenía doble porción de Espíritu, por ser el primogénito
espiritual de Jesús. La primera parte de la estrategia de
Jesús con el apóstol Juan, era hacernos una señal a todos los seguidores de
Jesús, sobre la persona de Juan, pues si Juan era el preferido de Jesús, por
consecuencia debe ser el preferido de todos los seguidores verdaderos de Jesús,
lo cual tiene muchos efectos inmediatos en la verdadera visión del
cristianismo. Todo discípulo de Jesús,
al entender esta señal de preferencia de Jesús por Juan, debe estar muy
pendiente de que es lo que va escribir Juan y que va a suceder con el apóstol
Juan
Todo cristiano ha de
preguntarse por qué razón Juan desapareció, aparentemente, de la dirección del
cristianismo, y al frente de la iglesia han estado por dos mil años, Pedro, en
compañía de su secuestrador espiritual, el gran anticristo Pablo. Todo cristiano, deseoso de hallar la verdad,
no va a dejar frases de Jesús con
respecto a Juan, su discípulo preferido, sin tener muy en cuenta, aunque
a veces parezcan frases sueltas, frases sin una razón de ser muy directa. Si la primera parte de la estrategia de Jesús
es que Juan sea el preferido de los cristianos, la segunda parte de la
estrategia es que Juan debe proteger a la verdadera iglesia, escondida,
mientras pasan los tiempos de las naciones, para luego de esos tiempos, volver
y reconstruir el templo de la verdad, traspasado y pisoteado por los adoradores
de las falaces enseñanzas del anticristo Pablo.
237. Al ser el preferido, Juan es el primogénito
espiritual de Jesús. Es
aquel que más responsabilidades, más autoridad y más herencia había de recibir,
aquel que debíamos tener más en cuenta nosotros, aquel que deberíamos leer
primero. En efecto, Juan, de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, es aquel en quien reside el espíritu de profecía,
desde el principio del cristianismo, hasta el final, hasta el apocalipsis, y
los escritos del apóstol Juan son los más determinantes del Cristianismo, solo
que, con la autorización de Dios, que todo lo sabe y todo lo puede, las
enseñanzas del gran anticristo Pablo, hasta hoy no han dejado conocer a Juan y
a Pedro todavía, como ellos verdaderamente son
A Juan le sucede igual que a Eliseo, que era el
primogénito espiritual de Elías, que recibió una doble porción de su espíritu,
la cual pidió Eliseo cuando tomó el manto de Elías, y que no quiere esto decir
que Eliseo tenga el doble del poder de Elías, como dicen algunos teólogos,
extraviados por las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, sino que el
espíritu de Elías en Eliseo, tiene doble porción de vida sobre la Tierra, y por
eso los profetas de Israel anunciaban que tenía que volver Elías
Así mismo, Juan el apóstol preferido de Jesús, era el
primogénito espiritual de Jesús, con todas las consecuencias que a nivel
espiritual esto conlleva, pues su herencia entre los apóstoles de Jesús es
doble, es como si fuera dos medios apóstoles, es como si fuera dos medias
tribus espirituales, como las dos medias tribus de José el hijo preferido de
Jacob. Es decir que el espíritu de Juan
estará con Jesús al principio y también ese mismo espíritu de Juan su discípulo
preferido, estará, permanecerá, según dijo Jesús, hasta el final, para
recibirlo el día que vuelva Jesús por segunda vez. José, el primogénito de la mujer que Jacob
amaba, también era vidente, igual que Eliseo, era vidente, igual que Juan el
bautista era vidente, igual que Juan el apóstol es vidente. En todos los involucrados en ser parte de las
dobles herencias de los primogénitos de Israel, vemos que fueron premiados
además con ser videntes del Espíritu de Dios.
238. La doble porción de Juan, no es un capricho de
Jesús. No es que
Jesús fuera injusto por tener preferencias, es que Jesús decidió tener tres
apóstoles de más confianza, y de entre los tres Jesús decidió amar más a Juan y
hacer manifiesta esa preferencia entre los doce. Así mismo Jesús dejó claro entre los doce que
reconocía que Pedro lo amaba más que todos los demás. Jesús sabía por qué lo hacía, estaba en todo
su derecho de que sus apóstoles todos no tuvieran igual responsabilidad o
autoridad. Es todo lo contrario, a un
capricho o a una injusticia, es una estrategia especial, secreta por un tiempo,
mientras pasaban los tiempos de las naciones, mientras pasaban los tiempos
oscuros de la supremacía del gran anticristo Pablo, de la cautividad del pueblo
de Dios en Roma, en la patria del gran anticristo Pablo, en la Gran Babilonia
espiritual. La primera parte de la
estrategia de Jesús con Juan era hacerlo su preferido, es decir, su primogénito
espiritual, y la segunda parte de la estrategia empieza cuando el señor le
entrega al apóstol Juan la custodia y el cuidado de su Madre, María, la virgen,
símbolo de la Iglesia virgen, sin manchas, símbolo de la novia del cordero, se
la entrega al primogénito. Esta
estrategia empieza cuando se la entrega en la cruz, haciendo de María y de Juan
una unidad tan indivisible, tal como Jesús lo expresó en la cruz: «He ahí a tu
hijo, he ahí a tu madre».
239. Jesús le confiaba a Juan secretos importantes. Juan era el apóstol que estaba más cerca del
Maestro, el apóstol que le preguntaba las revelaciones más secretas, y los
otros apóstoles, incluido Pedro, le pedían a Juan que le preguntara algunos
secretos al Maestro
En la última cena Juan estaba recostado delante del
pecho de Jesús, no estaban sentados a la mesa, estaban recostados, a la usanza
de la época. Juan, durante esa última
cena, para señal que debemos atender con especial interés, era el apóstol que
estaba más próximo al corazón de su Maestro celestial, estaba recostado delante
de su pecho, por eso Pedro le hizo señas para que le preguntara a Jesús por la
identidad misteriosa y secreta del primer traidor infiltrado entre los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, el cual resultó siendo Judas
Juan es aquel con quien llegó
Jesús a identificarse en tan especial manera con su apóstol preferido, que en la
cruz, antes de entregar el espíritu, viendo Jesús a su madre y al apóstol Juan,
le dijo a su madre, que ese era su hijo, y le dijo a su apóstol que esa era su
madre. Este gesto es un hecho de gran
trascendencia, que determina y define toda la historia del cristianismo. Jesús, durante su vida, descrita en los
cuatro evangelios, había dicho que la Iglesia, es decir los que oyen sus
enseñanzas y las ponen por obra, son su madre y sus hermanos (Mateo 12: 46-50)
(Marcos 3: 31-35) (Lucas 8: 19-21).
También en el apocalipsis, la visión de la virgen, que va a parir al
Mesías, tiene una corona de doce estrellas en su cabeza, que es la iglesia de
los doce apóstoles verdaderos de Jesús.
Estas son varias señales de Jesús, de que lo que realmente le estaba
confiando, como última voluntad en la cruz a Juan, era tanto su madre María,
como también la Iglesia. Es necesario
estar muy atentos a las señales que Jesús dejó, para que nuestro cristianismo,
no sea conquistado por las enseñanzas sutilmente adulteradas del gran
anticristo Pablo, a quien Jesús no le confió la iglesia.
240. Jesús le entregó el cuidado de su iglesia a
Juan. En el
libro de las revelaciones recibidas de parte de Dios por el apóstol Juan, en el
apocalipsis, hay una señal de la más alta trascendencia, que confirma que Jesús
le entregó verdaderamente la Iglesia a Juan y no a Pedro, pues dice que
apareció en el Cielo una señal, la cual, sin exagerar Juan describe como una
señal «grande y maravillosa»: Una mujer revestida del sol, con la luna debajo
de sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y gritaba por los dolores y
las angustias del parto. Pero apareció
en el Cielo otra señal: Un enorme dragón, de color rojo encendido, que tenía
siete cabezas y diez cuernos y una diadema en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las
estrellas del Cielo, y las arrojó sobre la Tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz,
el dragón se plantó delante de ella, para devorar a su hijo tan pronto como
naciera. Ella dio a luz un hijo varón,
que gobernará a todas las naciones con puño de hierro. Pero ese hijo fue arrebatado y llevado hasta
Dios, que está en su trono. Y la mujer
huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la
sustentaran durante mil dos cientos sesenta días (Apocalipsis 12: 1-6). Cuando el dragón se vio arrojado a la Tierra,
persiguió a la mujer que había dado a luz al Mesías. Pero a la mujer se le dieron las dos alas de
la gran águila para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada
durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la
serpiente. La serpiente, persiguiendo a
la mujer, arrojó por sus fauces agua como un río, para que la corriente la
arrastrara. Pero la tierra ayudó a la mujer: abrió la Tierra su boca y se tragó
el río que el dragón había arrojado por sus fauces. Entonces el dragón se enfureció contra la
mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales
obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús
(Apocalipsis 12: 13-17)
Juan es el águila que protege a la mujer lejos de
la bestia y del falso profeta (Apocalipsis 4: 7), es este Juan, el que
permanece, y al que le fue entregada la madre de Jesús, justo antes de morir Jesús en la cruz, para que Juan protegiera a
esa mujer, a esa Iglesia, mientras pasan los tiempos de las naciones, las
cuales tratarán de pisotear las enseñanzas de Jesús y a los que de verdad las
siguen, para lo cual se han confabulado los príncipes de la Tierra, para dar su
respaldo a la bestia y al falso profeta, que han seducido y extraviado a las
naciones. La virgen, la novia del
cordero, requiere ser protegida aparte, durante un tiempo, mientras pasa la
cautividad de la Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones
de la Tierra, que es la usurpadora, la hechicera, contraria a la Iglesia virgen
que se desposará con el cordero
Si a Pedro le dio el Señor la
ramera, si a Pedro no le dio el Señor a su madre, no se la entregó para que la
cuidara, si la madre de Jesús, María, se la dio el Señor en persona a Juan,
entonces la iglesia la tiene Juan. Pedro
es la base, la piedra sobre la cual será edificada la iglesia, y Juan, que es
el águila, trae esa Iglesia del lugar espiritual secreto, donde le fue dado esconderla,
mientras pasan los tiempos de las naciones, la trae después de estos tiempos
sombríos del gran anticristo Pablo, y hace nido con ella sobre la roca, sobre
las naciones. Entonces es válido esperar
que la virgen no esté en Roma pero sí se va a aparecer. La mujer con la corona de doce estrellas en
su cabeza, es la Iglesia de los doce apóstoles verdaderos de Jesús, la única Iglesia en la cual Jesús en
carne y sangre fue el Pastor, el ministro, el sacerdote, en la cual el mismo
Jesús ofreció a Dios Padre, el sacrificio de su propia carne y sangre. Esa mujer también, a la vez, es la madre del
Mesías. En una sola persona están las
dos identidades, haciendo de ella otra primogénita de todas las mujeres, con
doble herencia. Ella, María, es la mujer
fiel, es la contraparte de la ramera, de babilonia, la infiel.
241. Las naciones son el rio que trata de ahogar la
verdad. Las
naciones enceguecidas, son El río que salió de la serpiente para ahogar la
palabra de Dios (ver apocalipsis 12: 15-17).
Las naciones, con sus príncipes, con sus doctores de la ley, con sus
maestros, sus dirigentes, todos, seducidos, extraviados, siguiendo a ciegas a
dos señores opuestos, siguiendo al Cristo y al gran anticristo Pablo a la
vez, han terminado por hacer que los creyentes traspasen a Jesús,
aceptando como palabras de Dios, las enseñanzas de simples seres humanos, entre
ellos el gran anticristo Pablo, siendo ese el río de enredos y engaños que
salieron de la boca del dragón, de la serpiente, para tratar de ahogar en ellos
las enseñanzas de Jesús y de sus doce apóstoles verdaderos, y tratar de extraviar a los que siguen esas enseñanzas, siendo esta la más
grande prueba a la que ha sido sometida la humanidad, la prueba que más almas
humanas ha hecho perecer, es la abominable desolación en el lugar que no debe,
es la prueba que no estaban esperando los seres humanos, ser engañados por el
gran anticristo Pablo, aquel en quien confiaron, para terminar haciéndolos
traspasar las enseñanzas sagradas que salieron de los labios de Jesús, que es
Dios
Sin darse cuenta, los
gobernantes, los maestros de la palabra, los sabios, los eruditos, todos, igual
que hace dos mil años, se han confabulado para menospreciar a Jesús, el Mesías,
y para enseñar a las generaciones que un ser humano común y corriente como el
gran anticristo Pablo tiene el mismo valor de ser enviado de Dios de haber
hablado palabras de Dios. Sin saberlo,
se han confabulado para asesinar, extraviándolas, las almas de miles de
millones de seres humanos que pusieron su confianza en ellos.
242. Juan dará testimonio de Jesús una vez más. Según
Jesús, Juan tiene que volver a profetizar (Apocalipsis 10:11), entonces hablará
verdades que estaban en las escrituras, verdades que estaban anunciadas en las
palabras de Jesús, pero que los cristianos no percibían, porque sus ojos
estaban vendados, tenían un velo en sus mentes, porque estaban extraviados con
las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo y con los engaños del diablo, esa
supuesta rebeldía del diablo, que el gran anticristo Pablo respaldaba en sus
epístolas. Los seres humanos que han
seguido las enseñanzas del gran anticristo Pablo, que han adulterado el
cristianismo, yéndose en pos de la voz del gran anticristo Pablo, no se
esperaban esta sorpresa de parte de Jesús, esta estrategia secreta, destinada a
dar armas de victoria, a su debido tiempo, a los hijos espirituales de los doce
apóstoles verdaderos de Jesús, para que pudieran burlar y evadir los engaños
secretos y sutiles, tanto los del diablo como los de su hijo de perdición, el gran
anticristo Pablo camuflado y disfrazado de apóstol. Juan vuelve.
Juan permanece hasta la venida del Señor
(Juan
21: 22-23)
243. Jesús dijo que Juan permanecería hasta su
venida. Todas
las palabras que habló Jesús se han de cumplir, aunque en principio parezcan
imposibles para los seres humanos. La segunda parte de la estrategia de
Jesús con el apóstol Juan, llega a consumarse completamente cuando Jesús le
dijo a Pedro, que si Él, Jesús, deseaba que Juan permaneciera hasta que Jesús
viniera, así se cumpliría, con lo cual estaba decretando que así sería, pues
Jesús no hablaba por hablar, ni Jesús hablaba por jugar, ni mucho menos Jesús
hablaba por adornar las palabras, ni por ver que gesto hacían, o que iban a
contestarle, las personas que lo oían y además Jesús no se equivoca. Toda palabra hablada por Jesús y por sus doce
apóstoles verdaderos, es verbo vivo, es verbo creador, es verbo celestial. Jesús no dijo que el apóstol Juan no moriría, no dijo Jesús que el cuerpo de Juan
viviría miles de años, sino que Jesús dijo que el alma de Juan permanecería
hasta que Jesús volviera, después de los milenios que ya han pasado. No hablaba
Jesús, al decir que Juan permanecería hasta su venida, que Juan en cuerpo y
alma permanecería, sino solamente hablaba
Jesús del alma de Juan
Del otro Juan, de Juan el bautista, el juan del
antiguo testamento, dijo Jesús que era el portador de la segunda parte del
espíritu de Elías. Ese Juan bautista era
Elías, pero cuando los Judíos le preguntaban si él era Elías, contestaba sin
dudar que no lo era, porque para Juan bautista estaba oculto que era Elías, no
porque juan bautista tuviera el cuerpo de Elías, sino porque era el portador del
alma de Elías. Juan bautista era Elías,
pero él ignoraba que era Elías, pero a los ojos de Dios, Juan bautista y Elías
eran la misma persona, por el alma, porque para Dios la carne no es lo que nos
hace personas, sino el alma, el alma que no muere, sino hasta el día del juicio
final
De los dos juanes, tanto de
Juan el bautista, como de Juan el evangelista,
dijo Jesús que sus almas permanecerían en la Tierra más allá de la vida
de sus cuerpos y que esas almas estarían en más de un cuerpo, que sus almas
atravesarían los siglos, vivas aquí en la Tierra, que sus almas, es decir, que
esas personas harían trabajos para Dios, cumplirían misiones en un siglo y
volverían a hacerlo siglos después, justo los dos comisionados de preparar la
venida de Jesús en sus dos venidas.
Ambos, por coincidencia celestial tienen el nombre de Juan.
244. Juan ha permanecido estos dos milenios en la
Tierra. ¿Cómo
puede ser esto, después de dos mil años, que ese mismo Juan esté entre nosotros
y ni él ni nosotros lo sepamos? ¿Dónde
estará el apóstol Juan ahora? ¿Cuál cuerpo ocupa su alma? ¿Qué lenguaje habla? Tal vez, al igual que Juan el bautista, el
primer Juan que recibió a Jesús, ignoraba que era portador del espíritu de
Elías, por lo que Jesús les decía a los que lo seguían, que Juan el bautista
era en verdad Elías, aunque para el bautista era algo que desconocía, así mismo
ha de haber vivido el alma de Juan, el evangelista, en algunos seres humanos
que ignoraban que eran portadores del alma de Juan, sin saber cuál realmente era su identidad
divina, y sea Juan el evangelista, el próximo que reciba a Jesús en su segunda
venida aunque Juan no sepa que es Juan, puesto que esto es lo que aseguró Jesús
que sucedería
Según las enseñanzas de Jesús,
este Juan ha permanecido en silencio y en secreto, entonces, al cuidado del
verdadero cristianismo, al cuidado de la virgen que se va a desposar con el
cordero, y ha pasado el espíritu de Juan desapercibido por todas las naciones,
a la espera del tiempo señalado para él por Jesús. Un Juan recibió a Jesús la primera vez que vino y un Juan va a recibir a Jesús la
segunda vez que venga. Dos Juanes
reciben a Jesús en sus dos venidas y esos dos Juanes tienen doble porción de
espíritu, tienen el don de ser videntes y de los dos Juanes es la segunda
porción de espíritu la que recibe a Jesús, en las únicas dos veces determinadas
por el Padre para que Jesús, el cordero que está delante del trono, venga a la
Tierra a cumplir su misión celestial.
245. Los que matan los cuerpos no pueden matar las
almas. Jesús
enseñó que no le tuviéramos temor a los asesinos y a los homicidas, que pueden
matar los cuerpos de los seres humanos, pero sus almas no pueden matarlas, que
le tengamos temor solamente a aquel que sí puede enviar el cuerpo humano y las
almas humanas a la gehena. Con esta
enseñanza Jesús nos da a entender que las almas no mueren y que la verdadera
muerte es la muerte del alma, la segunda muerte, la muerte del día del juicio
final. Todas las almas están vivas
porque para Dios, que no tiene tiempo, todas las almas viven en el mismo tiempo,
por tanto para nada es imposible que Jesús haya dicho que Juan permanecerá
hasta la venida del Señor.
246. Algunos estarán en la tierra hasta la venida del
Señor. Jesús
enseñó que algunos de los que estaban presentes con Jesús, hace dos mil años,
no gustarán la muerte hasta que vean venir el reino de Dios. En el primero que piensa uno es en el apóstol
Juan, que según palabra dada por Jesús, permanecerá hasta la única segunda
venida de Jesús. Pero según la enseñanza
de Jesús, no solo Juan permanecerá, sino algunos, no se sabe cuántos, ni cuáles
permanecerán vivos hasta la segunda venida de Jesús. Sabemos que a Pedro le dijo Jesús que no
permanecería sino que tendría que dejar su tienda, como el mismo Pedro lo
confirmó en sus valiosas epístolas.
Sabemos que Pedro no es uno de los que permanecerá, pero eso no quiere
decir que Pedro haya fracasado, solo que no es uno de los que permanecerán, es
necesario que el tiempo de Pedro termine. Pedro ha estado dos tiempos, dos mil años,
luego viene el milenio de Juan y luego viene el medio tiempo
Todas estas enseñanzas de
Jesús, y las revelaciones del Espíritu Santo, sobre estas frases de Jesús al
enseñarnos sobre la permanencia de las almas en la vida, fueron desestimadas
por el gran anticristo Pablo en sus extensas epístolas, cuando enseña que para
el hombre está dado venir una sola vez a la tierra y luego es juzgado. En esa enseñanza el gran anticristo Pablo
dañó para sus extraviados seguidores la enseñanza de Jesús sobre la permanencia
y el regreso de algunas almas. El gran
anticristo Pablo cercenó, cortó para los suyos este valioso conocimiento, sin
el cual no se puede entender la justicia de Dios, que aparentemente permite que
muchos que hacen iniquidad, no reciben su paga aquí en la Tierra, pero si
tenemos en cuenta que las almas permanecen
y pueden volver, entonces se entiende cómo algunos vienen a pagar el mal
que hicieron y otros vienen a recibir bonificaciones por el bien que hicieron.
247. Esta generación no pasará hasta que todo se cumpla (Mateo
28: 18). ¿Pero qué quiso decir Jesús con
esto que no pasará esta generación, si ya van dos mil años y van miles de
millones de seres humanos que han nacido, han vivido, y luego han muerto sobre
la faz de la Tierra? Por ningún motivo
se trata de un error de Jesús. Jesús no
se equivoca, Jesús no habla por hablar, Jesús no exagera. La palabra que dio Jesús sobre que esta
generación no pasará hasta que todo se cumpla, es verdad, esta generación no ha
pasado, esta generación ha estado aquí en la Tierra estos dos mil años. Obviamente, para poder creerle a Jesús, no le
hemos creído al gran anticristo Pablo sus falaces enseñanzas, no hemos oído la
voz del falso profeta, para poder oír la voz del verdadero pastor. Realmente lo que el gran anticristo Pablo,
que es un lobo romano vestido de oveja judía, pretendió hacer fue destruir las
enseñanzas verdaderas de Jesús y sus doce apóstoles verdaderos, sembrando entre
ellas unos sutiles errores, como ese que todo ser humano muere una vez y luego
viene el juicio. Las naciones se han
dejado seducir y engañar por el falso profeta, tal como fue anunciado en las
escrituras, por los verdaderos apóstoles de Jesús.
248. Jesús dijo que la muerte es un sueño. Jesús dijo que él puede
despertar personas de ese sueño que es la muerte. Jesús despertó a Lázaro de su sueño, de su
muerte y lázaro volvió a la vida (Juan 11:11).
Jesús despertó a una niña muerta, que era la hija de Jairo, y todos se
reían de Jesús pues sabían que la niña estaba muerta, pero para Jesús ella
dormía. Cuando Jesús la llama, ella
despierta. Jesús dice que las almas humanas
son como esas vírgenes que despertaron para recibir a su novio el día de la
boda. Estas enseñanzas de Jesús han sido
dejadas de lado por los maestros de la
ley, pues le han dado fe a las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo,
que dice que solo hay una vez para las almas aquí en la tierra. Tan fuerte ha sido la seducción de un simple
hombre, que ha extraviado a toda la cristiandad, según fue anunciado por Jesús
y sus verdaderos profetas. Si la muerte
es un sueño, y las almas no mueren hasta el día del juicio final, entonces,
contrario a las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, las personas
pueden volver a despertar de ese sueño, y con mayor razón si Jesús las
despierta para cumplir una misión divina, como es el caso de Juan, que
permanece hasta la segunda venida de Jesús, y como fue el caso de Juan
Bautista, portador del espíritu de Elías, aunque el mismo juan bautista lo
ignoraba.
249. Jesús tiene las llaves de la muerte. Jesús enseñó que a él le fue
dado por el Padre todo el poder en el Cielo y en la Tierra (Mateo 28: 18). Jesús también enseñó que al tener todo el
poder, al ser todo poderoso, le fueron dadas las llaves de la muerte y del
hades. Por lo tanto al decir Jesús que
no pasará esta generación hasta que todo se cumpla, está haciendo uso de su
poder total y absoluto, que nadie además de Él posee. Jesús detuvo en la vida la generación presente
en el siglo primero. Jesús nos está
revelando algo muy grande sobre la vida de las almas, algo que el gran
anticristo Pablo, con sus falacias, impidió que los cristianos de las naciones
conocieran. Jesús, con todo su absoluto
poder nos está enseñando que las almas no mueren sino hasta la muerte del
juicio final, se desprende de estas enseñanzas de Jesús que supuestamente todos
han estado aquí desde hace dos mil años.
250. El que a cuchillo mata, a cuchillo muere. Jesús fue el que enseñó que el
que a cuchillo mata a cuchillo muere.
Jesús enseñó que el que tome la espada, a espada morirá. Según Jesús, nadie que cometa una injusticia
o un crimen, aunque lo haga en secreto o sea un gobernante, se quedará impune.
Está el ejemplo del profeta Elías, quien en un momento de celo y de ira degolló
a los ochocientos cincuenta profetas de Baal, aquellos profetas que alimentaba
Jezabel, la reina de Israel, reina idólatra, reina por tanto adúltera
espiritualmente, reina ilegítima. Siglos
después, Elías, siendo Juan en ese momento, es degollado por petición de una
reina de Israel, una reina ilegítima, adúltera, mujer de Filipo, que era amante
de Herodes, hermano de Filipo. Por eso
fue que Jesús también enseñó que lo que queramos que nos hagan los seres
humanos, se lo hagamos nosotros a los humanos, porque eso es el resumen de toda
la ley de Dios y las enseñanzas de los profetas. Aún para Elías hubo la consecuencia de sus
obras, siendo quién era. Elías degolló y fue degollado. Elías degolló a esos ochocientos cincuenta
profetas de Baal, que estaban al servicio de una reina de Israel ilegítima,
porque era adoradora de ídolos, pero cuatrocientos años después, otra reina de
Israel, también ilegítima, porque era la esposa del hermano de Herodes, mandó
degollar a Elías. Si eso se hizo en
Elías, ¿Que no se hará en los demás hombres?
Esa es la única forma en que
puede entenderse la gran justicia de Dios, que estaba oculta tras el velo falaz
de las enseñanzas del gran anticristo Pablo, pero que al dejarlas de lado se ve
claro como la luz del sol, que Dios a nadie dejará impune, aunque aparentemente
pasen sin castigo los crímenes de los gobernantes, que mueren con honores, además
de los crímenes de tantos asesinos, que estaban ocultos, pues toda alma, al
permanecer, según Jesús, vuelve y tiene que pagar o recibir beneficios según
sean sus obras, y esa alma sufre igual que aquellos a quienes hizo sufrir, sin
saber que vino a esta tierra a pagar o a recibir bonificaciones como
consecuencia de las obras de bien o de mal que hizo. Nada está oculto a los ojos de Dios y nada se
queda sin su justa, exacta y precisa recompensa. Lo que hagas a los hombres, eso te
harán. Juan bautista murió degollado,
porque Elías había degollado. Juan el
evangelista vuelve y hace lo que le fue encomendado desde hace dos mil años,
aunque ello esté oculto a los extraviados seguidores del gran anticristo Pablo,
y le creen a sus falacias de que las almas no pueden ni permanecer ni volver, a
eso vino el gran anticristo Pablo, a seducir y extraviar a las naciones, y vaya
que lo ha hecho tal cual lo anunció Jesús.
251. El que está destinado a la cautividad, a la
cautividad irá. “Y el que
esté destinado a morir por la espada, a espada morirá. En esto consisten la paciencia y la fe de los
santos, el que tenga oídos para oír, que oiga” (Apocalipsis 13: 9-10). Los que están destinados a la cautividad o a
la espada, no lo están por capricho de Dios, lo están por la ley de Dios de que
lo que les hagas a los demás eso te harán los demás a ti. El más importante ejemplo es el de Juan
bautista, que fue degollado, porque Elías había degollado. No es un capricho de Dios, que juega con las
vidas y a unos les da riquezas, talento, amor, fama, mientras que a otros los
condena a nacer de padres drogadictos, madres prostitutas, hijos de ladrones y
asesinos, niños que son violados, o asesinados, sin que aparentemente Dios los
proteja o le importe su desgracia, como si hubieran sido condenados por un azar
siniestro desde antes de nacer
Pero no todas las personas que
sufren alguna desgracia es porque están pagando algo, pues algunos vienen
destinados a sufrir, para que en ellos se manifieste la gloria de Dios. Los discípulos le preguntaron a Jesús sobre
el hombre que había nacido ciego, y llevaba ya treinta y nueve años ciego, si
era que él había cometido algún pecado o estaba pagando algo malo que hicieron
sus padres. Jesús les contestó que ese
hombre había nacido ciego para que se manifestara en él la gloria de Dios. Así mismo se puede decir de Jesús que estaba
destinado a la cruz, no por sus pecados, sino por los de todo el mundo. Esteban estaba destinado a morir apedreado
por una multitud al mando de un tal Saulo de tarso, un fariseo asesino, nada
más y nada menos que el gran anticristo Pablo.
Las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, taparon con un fino
velo invisible, estas verdades de Jesús sobre la vida de las almas, sobre su
permanencia en la Tierra y sobre la posibilidad de volver las almas.
252. Dios es Dios de los que están vivos, no de los
muertos. Dios
no es Dios de muertos, sino que es Dios de vivos, según enseñó Jesús. Jesús
enseñó que Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, porque para Dios
todos vivimos al tiempo (Mateo 22: 31-32) (Lucas 20: 37-38). Para Dios no hay tiempo, para Dios no hay un
ayer, un hoy, un mañana, pues Dios es eterno.
Por eso es que el Padre y Jesús ya saben cómo nos fue a todos nosotros
en esta vida, pues para ellos dos ya se dio el juicio final. Dios no está pendiente de lo que va a suceder
en el porvenir, para Dios todo sucede en un instante llamado eternidad. Ya sabe Dios quien se salvó y quien se
condenó a sí mismo con su libre albedrío
También Jesús dice que Él es la resurrección y la vida, que aquel que crea
en Jesús no morirá para siempre, y todo aquel que vive y cree en Jesús aunque
esté muerto vivirá. Dice la escritura en
el apocalipsis, que los hombres buscarán la muerte, y la muerte huirá de
ellos. Jesús hablaba en el monte de la
transfiguración, con Moisés y Elías, vivos, delante de Pedro, Santiago y Juan.
Todas esas enseñanzas de Jesús, sobre la permanencia de las almas, han
sido desestimadas, por los extraviados seguidores de las falaces enseñanzas del
gran anticristo Pablo. Para su propia
perdición se engañaron las naciones, se dejaron seducir de las palabras un
simple ser humano como el gran anticristo Pablo, y se extraviaron de las
enseñanzas verdaderamente sagradas de Jesús.
253. Jesús enseñó que somos portadores de
espíritus. Algunos
de esos espíritus que portamos son bondadosos, pero otros son perversos, según
enseñó Jesús. Cuando el espíritu inmundo
sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no encuentra
reposo. Entonces dice: 'Volveré a mi casa de donde salí'; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y
arreglada. Entonces va, y toma consigo
otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el
estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación
perversa" (Mateo 12: 43-45). Jesús
expulsó siete espíritus de la magdalena, y el endemoniado de Gerasa tenía una legión de espíritus, además
el espíritu de Elías vivía en Juan el bautista, sin que Juan supiera que él era
Elías. Se entiende entonces que los
espíritus que habitan en seres humanos son espíritus de otros seres humanos, no
espíritus puros malignos, ni espíritus de animales, ni espíritus de plantas, son
espíritus de seres humanos. Según Jesús
somos portadores de espíritus, portadores de almas. Los espíritus moran en personas que les son
afines por sus obras, por tanto si alguien obra el bien, portará espíritus
obradores del bien, pero si alguien obra lo malo, portará espíritus afines a
sus obras.
254. Los apóstoles no terminaran de recorrer las
ciudades de Israel. Jesús
enseñó que cuando a sus verdaderos discípulos los persiguieran en una ciudad,
huyeran a otra ciudad, y si en esa los persiguen, huyan a una tercera, que no
acabarían de recorrer las ciudades de Israel antes de que viniera el hijo del
hombre (Mateo 10:23). Van dos mil años,
las ciudades del Israel espiritual se han multiplicado, con la expansión de la
gran Babilonia, la que lleva cautivo al pueblo de Israel espiritual. Jesús no ha vuelto, y sus apóstoles murieron
hace siglos. Pero Jesús no se equivocó,
cuando dijo que ellos no terminarían de recorrer la ciudades de Israel antes de
que Jesús vuelva por segunda vez
Hay que hallar en las
enseñanzas de Jesús la verdad de la vida de las almas y como es su permanencia
en la tierra, aunque los cuerpos mueran.
En el cristianismo contaminado por las enseñanzas del falso apóstol, que
es el gran anticristo Pablo, que es el romano perseguidor de cristianos de
todos los siglos, en el cristianismo contaminado de estos dos mil años, son
despreciadas muchas de estas importantísimas enseñanzas de Jesús y de sus doce
apóstoles verdaderos. Por eso, después
de dos mil años, hay mucha confusión entre las naciones, que ignoran a fondo
las enseñanzas de Jesús, pues les fueron reemplazadas por las extensas
epístolas del gran anticristo Pablo. Es
verdad que los doce no han terminado de recorrer las ciudades de Israel, pero
para entenderlo es necesario no adorar como de Dios las falaces enseñanzas del gran
anticristo Pablo.
255. Nada hay encubierto que no llegue a revelarse. Jesús enseñó que nada hay escondido que no llegue a
descubrirse. Parecería que Jesús se
equivocó, porque muchos seres humanos se fueron a la tumba con secretos, de
obras buenas y también secretos de crímenes, que aparentemente se quedaron
impunes, sin castigo, sin saber quién fue el autor. Pero si es verdad que las almas no mueren, si
es verdad que nada se queda oculto y si es verdad que nada se queda sin su
recompensa, buena o mala, en esta Tierra, entonces es porque es verdad que
algunas almas no se van, por lo que se entiende que las personas pagan el mal y
reciben premios, por el bien que hicieron, aunque de momento está oculto a sus
ojos
Los impíos, obviamente ignoran
esta ley de Jesús, pues si la supieran no harían lo malo, porque sabrían que
tarde o temprano, así sea siglos después, recogerán todo aquello que sembraron (Mateo 10:26). Por eso vemos en esta Tierra tanta aparente
injusticia de Dios, cuando a muchos les suceden grandes males inexplicables,
mientras que algunos otros todo les sale bien.
Si no fuera por los sutiles engaños del gran anticristo Pablo, el pueblo
de Dios sabría toda la verdad, los paganos y los impíos se abstendrían de
muchos males, y todos los seres harían mucho bien, puesto que nada se queda sin
su recompensa. El probador, el falso
apóstol, el falso profeta, el gran anticristo Pablo, ha de recoger todo el daño
y el engaño que hizo, obviamente, pero ello no le va a dar la salvación a los
que se extraviaron en pos de los errores.
256. Cuando Jesús venga por segunda vez, todo ojo le
verá. Dice
la revelación verdadera y autorizada del apocalipsis, que el día que venga el
Señor, de improviso, con poder y majestad, sobre las nubes del Cielo, todo ojo
le verá, y los que le traspasaron, y se lamentarán todas las tribus de la
Tierra. Al decir que todo ojo le verá, no está diciendo que todos los ojos que
estén en esos momentos sobre la Tierra le verán, porque los que le traspasaron
lo hicieron durante miles de años. Y al decir que se lamentarán todas las
tribus de la Tierra, son todas, no solamente las que estén en esos momentos
sobre la faz de la Tierra. Para Dios
todos estamos vivos hasta la muerte del alma, porque no somos cuerpos sino
almas. Para que todo ojo le vea es
necesario que sin que haya una resurrección masiva previa, ostensible, todos
estemos aquí, y el Señor se presente a la hora menos pensada, cuando, sin lugar
a dudas, todo ojo le verá, y los que le traspasaron adorando ingenuamente como
palabras salidas de la boca de Dios, las falaces enseñanzas del gran anticristo
Pablo, y entonces, con razón, en ese momento sí se lamentarán todas las tribus
de la Tierra.
257. Juan vio en visión el trono de Dios. Nadie además de Jesús, ha ido
al Cielo o al infierno y ha vuelto a la Tierra, nadie puede hacerlo, además de Jesús, pero al apóstol Juan, el
profeta personal de Jesús, estando aquí en la tierra, le fue revelada una visón
del trono de Dios. A Juan, el profeta
establecido por Jesús en el cristianismo de todos los tiempos, le fue mostrado
el trono de Dios, según el apocalipsis y de ese trono de Dios escribió como es
en realidad. Escribió el falso apóstol
Pablo, en sus epístolas, que fue hasta el tercer Cielo y volvió, extraviando a
las naciones, como si fuera posible a los humanos ir al cielo y volver,
escalando varios cielos inventados por él, pero lo dice premeditadamente en sus
epístolas el falso apóstol Pablo, para que los incautos crean que él es un ser
humano superior, un profeta con dones únicos, alguien que de alguna forma ha
descendido del Cielo, supuestamente con palabras del Cielo, con evangelio
propio, por lo tanto alguien semejante a Jesús, con la supuesta dignidad de
apóstol y como tal le creyeron los seres humanos y ha conseguido extraviar a
miles de millones de incautos, fin para el cual fue creado por el diablo, el
gran anticristo Pablo, y fue aprobada esa prueba desde el trono de Dios, para
probar a todos los habitantes de la Tierra a ver si oían la voz de Jesús y la
voz de nadie además de Él.
258. A Juan le fue dado un librito abierto. Juan recibió ese librito
abierto, de las manos de un ángel y se le dijo: “Es preciso que de nuevo
profetices a los pueblos y lenguas.” Con
esa nueva profecía, Juan debe reconstruir el templo de las verdades de Jesús y
sus doce apóstoles verdaderos, que fue destruido por el gran anticristo Pablo
romano, con sus muchas enseñanzas verdaderas unidas a unas cuantas mentiras
sutiles. Las verdades que se dirán sobre
el cristianismo, no serán diferentes a las enseñanzas de Jesús y su doce
apóstoles verdaderos, solo que ya no serán más adoradas las falaces enseñanzas
del gran anticristo Pablo, como palabras de Dios, y esa sola diferencia hará
que los cristianos vean la luz de la palabra de Dios, no ya como un reflejo que
ven unos prisioneros, metidos en una cueva de ignorancia, por causa de unas
falacias que vendan sus ojos, sino que estarán frente a frente ante la
presencia de Dios en sus cuatro evangelios, en sus escrituras sagradas, verán
la luz, no un reflejo engañoso. No solo
le es dado un librito abierto, sino que Juan recibe la orden de volver a
profetizar, volver a enseñar la verdad de Jesús, la traspasada verdad.
259. Juan debe medir la verdad de Jesús. También dice el libro de las
revelaciones, el apocalipsis, que a Juan le fue dada una caña de medir, un
metro que usaban los constructores de su tiempo, para que midiera el templo de
la verdad, que había sido destruido, durante el tiempo de la cautividad del
pueblo de Dios, en la Gran Babilonia espiritual, regida, seducida y extraviada,
por las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo. Le fue dado a Juan, de las manos del ángel,
el poder de medir las verdades, diferenciándolas de las aparentes verdades y le
fue dado a Juan, al descubrir para los cristianos la verdad pura, sin
añadiduras, el poder de reconstruir el Templo de la verdad de Jesús, que había
sido profanado y pisoteado, por las naciones extraviadas, seducidas por las
falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo
Le fue dicho a Juan, que no midiera el atrio
exterior del templo de la verdad de Jesús, porque había sido entregado a los
gentiles, porque había sido entregado el atrio exterior a la Gran Babilonia,
porque había sido entregado el atrio exterior al imperio romano. Al atrio del templo del pueblo de Israel,
podían entrar los gentiles, más no podían entrar al templo. Le fue dicho a Juan, que los romanos, los
lobos, al comando del gran anticristo Pablo hollarán la ciudad santa, que es la
verdad de Jesús, y de sus doce apóstoles verdaderos, le fue dicho a Juan que
los hijos de la loba, los hijos de la ramera, hollarán el templo sagrado de la
verdadera palabra de Dios, hollarán la ciudad santa, por un tiempo determinado,
llamado los tiempos de las naciones. Un
tiempo de oscuridad, el tiempo de la niebla, en el cual han reinado ya por dos
mil largos años, el engaño y la impostura infiltrados por el gran anticristo
Pablo
Realmente había un gran secreto bajo las catacumbas
romanas, un secreto guardado debajo de la gran piedra de base sobre la cual
Jesús levantará su templo. La revelación
del secreto, sobre la verdadera identidad secreta del gran anticristo Pablo,
abre de par en par las puertas de las catacumbas romanas, a las multitudes que
desean conocer bien a Jesús de Nazaret.
Miles de millones de personas desearon escuchar palabras que dieran luz,
sobre la gran confusión de las naciones, porque no alcanzan a entender la
verdadera justicia de Dios, debido a los engaños sutiles que el gran anticristo
Pablo plantó en la huerta del Señor desde el principio del cristianismo. Las multitudes no pueden entender el
cristianismo, porque la iglesia que reciben al nacer, con el paso de los siglos
ha tenido demasiadas contradicciones innegables. Las gentes se salen de la fe porque están
llenos de dudas y de preguntas sin solución
El Espíritu Santo les señalaba a millones de
cristianos que en las criptas de la Roma espiritual, en las catacumbas no
materiales, sino en las catacumbas espirituales, estaban enterrados grandes
secretos que trasformarían en un instante, con solo ser revelados, la historia
del cristianismo y revelarían grandes traiciones secretas, inesperadas e
insospechadas. Y es la verdad lo que
suponían, pero no esperaban oír que el verdugo de los seres humanos era aquel
en quien más habían confiado; no sabían que el gran anticristo Pablo, entró en
la huerta, sembró cizaña y el Señor dio la orden de dejar crecer la cizaña
hasta el día de la cosecha.