El Moisés es una escultura de mármol, obra de Miguel Ángel Buonarroti (1513-1515), centrada en la figura bíblica de Moisés. Originariamente concebida para la tumba del papa Julio II en la Basílica de San Pedro, el Moisés y la tumba se colocaron finalmente en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino, tras la muerte del papa. La familia della Rovere, de la que el papa procedía, fueron los mecenas de esta iglesia, y el mismo papa había sido cardenal titular antes de su nombramiento como representante del Vaticano.(wikipedia)
La estatua se representa con cuernos en su cabeza. Se cree que esta característica procede de un error en la traducción por parte de San Jerónimo del capítulo del Éxodo, 34:29-35. En este texto, Moisés se caracteriza por tener karan ohr panav ("un rostro del que emanaban rayos de luz"), lo que San Jerónimo en la Vulgata tradujo por cornuta esset facies sua ("su rostro era cornudo"). El error en la traducción es posible debido a que la palabra "karan" enhebreo puede significar "rayo" o "cuerno". Cuando Miguel Ángel esculpió el Moisés el error de traducción había sido advertido, y los artistas de la época había sustituido, en la representación de Moisés, los cuernos por dos rayos de luz. No obstante Miguel Ángel prefirió mantener la iconografía anterior. (wikipedia)
En la epístola de Judas dice que los ángeles Miguel y luzbel se peleaban por el cuerpo de Moisés. Dando a entender que Moisés había trabajado para Dios, pero también, engañado, había trabajado para el diablo, por lo que era reclamado por los dos ángeles. Obviamente eso de mandar a asesinar a tantas personas, (millones) en nombre del Dios de la vida, ese es el engaño en que cayó Moisés. Realmente por eso fue que Moisés no pudo entrar en la tierra prometida, se había hecho maldito a los ojos de Dios de la vida, con esos millones de asesinatos (1a epístola de Juan 3:16)
Por eso decía Jesús a los judíos que ellos eran hijos de su padre el diablo, que él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Es decir, el diablo, haciéndose pasar por Dios, le dijo a Moisés que el pueblo del Dios creador de la vida tenía que ser un pueblo de asesinos y homicidas, que al más mínimo pecado matarían a sus mismos hermanos, hijos de su propia madre.
Cuando Aarón les hizo el becerro de oro, con cachos, les dijo a los judíos que ese era su Dios. Cuando el rey de Israel, Jeroboam hizo dos estatuas del Dios de Israel también hizo dos becerros de oro, con cachos, como el diablo. Esto no son casualidades, son coincidencias, con las enseñanzas de Jesús, que eran hijos del diablo.
Dicen que cuando Miguel Ángel terminó esta estatua, al ver su perfección, le dio con un martillo en la rodilla y le ordenó que hablara. Esta estatua ha estado hablando desde ese día, para todo aquel que quiera oír. Esta estatua habla de la epístola de Judas, habla de los ángeles Luzbel y Miguel y por coincidencia la esculpió Miguel Ángel.
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